Las películas de Alexánder Sokúrov tratan siempre de asuntos de importancia eterna. En la época soviética, sus obras cinematográficas, que invitan a la reflexión, recibieron comentarios negativos de las autoridades, y es fácil entender por qué. Ricas en emoción, atmósfera y música, se centran en la vida, la pérdida y el papel destructivo del poder.
Sokúrov, que compite en los principales festivales internacionales, como Cannes y Berlín, se ha hecho un nombre como director de cine, que elige su trabajo basándose en “el sentido y la sensibilidad”, más que en el negocio y el presupuesto.
El arte de Sokúrov siempre se ha distinguido. El director de San Petersburgo, que acaba de cumplir 70 años, cuestiona constantemente las fronteras y los límites de nuestra visión. El mayor reto para él es descubrir lo que hay detrás de la realidad de la existencia humana.
“Lo que me interesa es cómo una persona se somete a duras pruebas en la vida, cómo soporta las dificultades, superando el dolor, la muerte y otras amenazas metafísicas; eso es importante para mí como cineasta y como ciudadano de mi país”, afirma el director de La voz solitaria del hombre.
En 2017, el veterano cineasta ruso recibió un premio a la trayectoria de la Academia de Cine Europeo por su “destacado trabajo en el campo de la dirección, la dramaturgia y la cinematografía”.
1. 'El arca rusa' (2002)
El arca rusa es una de las películas más fascinantes de la historia del cine. Rodada en una sola e ininterrumpida toma de 87 minutos, con cámaras de vídeo de alta definición, la obra magna de Sokúrov es un homenaje más grande que la vida al Museo Estatal del Hermitage de San Petersburgo, fundado por Catalina la Grande en 1764.
Es ese raro caso en el que una imagen vale más que mil palabras. El arca rusa, filmada por el camarógrafo alemán Tilman Büttner, es un experimento de belleza, amplitud y virtuosismo inigualables.
2. 'Fausto' (2011)
Inspirada en Johann Wolfgang von Goethe y escrita por Yuri Arábov, esta obra maestra del cine es como una elaborada marcha fúnebre. Al igual que Nikolái Gogol o Fiódor Dostoevski, Aleksandr Sokúrov se despide del alma humana y de todo lo que la acompaña, incluyendo las aspiraciones, las esperanzas, la belleza, la bondad, la moral, la verdad y la justicia.
El Fausto de Sokúrov es un antihéroe que tiene poco en común con el personaje emblemático de Goethe. Deconstruyendo la imagen de Mefistófeles, Sokúrov da al espectador algunas pistas de por qué un mal que todo lo consume tiende a ser más poderoso que la verdad que todo lo vence.
El director retrata con gran autenticidad la naturaleza animal de los habitantes de la ciudad en la que se desarrolla el drama. Todos y cada uno de los personajes parecen ser pecadores. Una prueba más de que “un hombre ve en el mundo lo que lleva en su corazón”.
3. ‘Madre e hijo’ (1997)
Es una meditación surrealista sobre el significado de la misericordia, la sabiduría y la devoción. Es una historia de profundo afecto y amor incondicional entre dos almas gemelas. Es la última llamada para todos aquellos que nunca tienen tiempo de reforzar los lazos con sus padres.
Sokúrov da la nota trágica adecuada cuando muestra al hijo llevando a su madre en brazos, como un gran pájaro herido. “¡Qué tristeza! Después de todo, todavía tienes que pasar por lo que yo estoy pasando ahora. Esto es muy injusto”, dice la madre. “Nos encontraremos donde acordamos encontrarnos. Espérame. Ten paciencia, querida, ten paciencia...”, responde el hijo.
Cuidado: ¡puede que le cueste contener las lágrimas durante la película!
4. ‘Taurus’ (2001)
El líder del Partido Bolchevique, el fundador de las Repúblicas Soviéticas, el cerebro de la Revolución de 1917, un excelente orador, ideólogo nato y brillante principio de Karl Marx. ¿Quién, o incluso qué, era realmente Vladímir Lenin? Las respuestas podrían ser ciertamente inquietantes.
Sokúrov retrata al padre fundador del Estado soviético, conocido por su don de magnetizar a grandes multitudes, como un hombre miserable e insignificante que necesita desesperadamente llamar la atención para sentirse vivo.
A veces, el naturalismo de Sokúrov resulta chocante y desalentador, como si el objetivo principal del director fuera despojar a Lenin de su dignidad para conseguir un objetivo.
Una de las armas más potentes del arsenal de Sokúrov es el poder de la libertad artística y la capacidad de exponer el lado oscuro y poco favorecedor de la naturaleza humana. La verdad es que Sokúrov representó a Lenin como un anciano físicamente enfermo y mentalmente enfermo no para añadir un insulto a la herida, sino para mostrar que también es uno de nosotros.
5. 'Moloch' (1999)
Es el primer drama de la llamada “tetralogía del poder” de Sokúrov, al que le suceden Taurus sobre Vladímir Lenin, El Sol sobre el emperador japonés Hirohito y Fausto.
Moloch está ambientada en 1942 y muestra un día en la vida de Adolf Hitler, brillantemente interpretado por Leonid Mozgovoi. Hitler emprende un viaje a los Alpes bávaros para reunirse con su fiel amante, Eva Braun. La pareja estará acompañada por invitados de alto rango como el ministro de propaganda del Tercer Reich alemán, Joseph Goebbels, y la mano derecha de Hitler, Martin Bormann.
En su búsqueda de la verdad cinematográfica, Sokúrov eligió a actores rusos para los papeles y luego los dobló al alemán.
La película fue candidata a la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1999, y el amigo de Sokúrov y guionista, Yuri Arábov, ganó el codiciado premio al mejor guión.
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