Estas supersticiones pueden parecer algo de un pasado lejano. Pero todavía hay mucha gente en Rusia, incluso los más jóvenes, que creen en ellas.
El encuentro con un gato negro no siempre fue considerado un mal presagio. Los antiguos egipcios consideraban cualquier encuentro casual con un gato como un signo de buena suerte. En la tradición rusa, se creía que los gatos negros eran diablillos disfrazados. El gato negro era algo típico de una bruja de pueblo. Por lo tanto, un gato negro que se cruce en tu camino sigue siendo considerado un mal augurio. En caso de que te ocurra, debes darte la vuelta y elegir otra ruta, o escupir tres veces sobre el hombro izquierdo para ahuyentar a los malos espíritus (al igual que en los países escandinavos).
Irónicamente, otro encuentro “desafortunado” es el que se produce con un sacerdote o un monje. Que un transeúnte de este tipo se cruca en tu camino también es un mal augurio. Para alejar la mala suerte, uno debe tocar al sacerdote o su ropa, o hacer nudos en un cordel después de volver a casa, según una creencia rural.
En las sociedades tradicionales, cualquier contenedor vacío se considera “algo malo”. Hay una vieja creencia sobre que, si le das a alguien una cartera o un bolso de mano como regalo, no debería estar vacío, pues esto es un presagio de pobreza. Así que incluso una moneda en su interior eliminaría de este regalo la “mala suerte”.
El mismo prejuicio se aplica al encuentro con una mujer que lleve en sus manos cubos vacíos, trae mala suerte. Obviamente, esto viene del pasado rural ruso, así que ya casi ha sido olvidado. Además, hoy en día no se ven tantas mujeres paseando por las calles de la ciudad cargando alegremente sus brillantes cubos vacíos.
Estaba estrictamente prohibido silbar dentro de las viviendas en Rusia, con varias razones citadas para ello. De acuerdo con una versión, silbar era considerado una forma de comunicarse con el mundo paralelo, por lo que sin saberlo se convoca a los espíritus, así que definitivamente el hogar no era el lugar para hacerlo. Otra creencia afirma que el silbido convoca al viento, que “barrerá” los valores materiales de la casa. Además, el silbido podría “asustar” al domovoi (espíritu del hogar), que entonces dejaría la casa desprotegida de los malos espíritus.
Cosas como esta se pueden ver en muchas ciudades rusas. Esto muestra claramente que los rusos hacen lo posible para evitar pasar bajo un arco en forma de V.
adriatika18/pikabu.ruHay muchas supersticiones sobre el caminar, pasar bajo una escalera se desaconseja en muchos países europeos, por ejemplo. En Rusia, caminar a través de una puerta cuando se dispone de un postigo también se considera mala idea, ya que “sólo los diablillos caminan a través de las puertas”. Otro mal augurio duradero lo supone el caminar bajo un arco en forma de V (vuelto al revés), ya que aleja la buena suerte.
Un sombrío presagio. Un pájaro que accidentalmente vuele hasta entrar en un hogar es un signo de la pronta muerte de alguien de la familia (o cercano a la familia). Según la creencia popular, poco antes de la muerte, el alma en lucha busca una salida de este mundo en forma de un pájaro. Esto seguramente no significa que tener un loro o un canario en casa sea un signo de muerte cercana. Sa superstición se aplica sólo a los pájaros que vuelen hasta dentro de la casa por casualidad.
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