Una exposición procedente de los fondos de la Fundación Guggenheim de Nueva York acogerá hasta el 23 de mayo de 2021, en la capital vizcaína, pinturas y obras sobre papel de uno de los principales renovadores de la pintura de comienzos del siglo XX a lo largo de cuatro secciones geográficas.
Patrocinada por la Fundación BBVA, la exposición presenta la obra y evolución artística de Vasili Kandinski (Moscú 1866 – Neuilly-sur-Seine, Francia, 1944), uno de los principales renovadores pictóricos de comienzos del siglo XX.
Kandinski pasó la primera parte de su vida adulta trabajando como abogado en Rusia, pero después de cumplir 30 años decidió cambiar de aires.
Su vida profesional ya estaba encarrilada y tenía una trayectoria bastante predecible, pero un día este respetado profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Moscú decidió ver una exposición de artistas modernos franceses.
La muestra de impresionistas en Moscú en 1895, y en particular la obra de Claude Monet, inspiró tanto a Kandinski, que decidió convertirse en artista. En ese momento tenía 30 años, por lo que no esperó mucho para poner en marcha su plan.
En 1896, Kandinski se mudó a Múnich donde conoció a expresionistas alemanes, y participó en varios movimientos artísticos. Cuando los nazis cerraron la Bauhaus, unión de pintores en la que participaba Kandinski activamente, se mudó a Francia junto con su esposa, y finalmente recibió la nacionalidad francesa.
Kandinski fue uno de los fundadores del arte abstracto y del grupo conocido como “El Jinete Azul”. Su primera pintura abstracta apareció en 1910 (ese año oficialmente marca el comienzo del arte abstracto) y en 1911 se publicó su libro De lo espiritual en el arte, que se convirtió en la base teórica fundamental de un nuevo movimiento del arte abstracto.
Según la teoría del arte de Kandinski, la combinación de cualquier color, línea y figura geométrica puede causar una variedad de asociaciones: visual, sonora, gustativa, etc.
“El color influye directamente en el alma. El color es el teclado, los ojos son los martillos, el alma es el piano con muchas cuerdas. El artista es la mano que toca, tocando una u otra tecla deliberadamente puede causar vibraciones en el alma”, escribió Kandinski.
Según explica la web de la institución cultural organizadora, este artista ruso está inextricablemente unido a la historia de la Fundación Guggenheim, creada en Nueva York en 1937, más que ningún otro artista, han destacado desde el Guggenheim con motivo de la exposición que ahora se celebra. En 1929 el industrial y fundador del Museo, Solomon R. Guggenheim, empezó a coleccionar obras de Kandinski, a quien conocería al año siguiente en la Bauhaus de Dessau.
Esta exposición ilustra la evolución completa de la carrera de este artista, dividida en cuatro secciones geográficas que recorren los períodos clave de su desarrollo artístico.
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