Rusia, la tierra de los ‘lapti’ (zapatos de campesino)

Legion Media
La fabricación de este calzado único era una habilidad esencial para todo ruso. Se usaba para protegerse de las fuerzas del mal y para transportar a los espíritus de las casas de una morada a otra. Los ‘lapti’ son zapatos tradicionales rusos hechos de rafia de abedul.

Lapti (el singular es: lápot), viejos y desgastados, colgaban de las vallas y en el interior de los hogares, por lo que solía ser lo primero que veía un visitante al llegar a una casa de campesinos rusos. Los lapti eran un amuleto para bloquear los malos pensamientos que un visitante desconocido podía traer a un hogar. Además, los lapti viejos se utilizaban para llevar el domovói (espíritu de la casa) de una casa a otra cuando una familia se mudaba. Los lapti eran zapatos de campesino: un buen par costaba alrededor de tres kopeks, mientras que las botas de cuero más baratas costaban cinco rublos. Incluso, irónicamente, a Rusia se la llamaba “la tierra de los lapti”, es decir, la tierra de los campesinos pobres.

Zapatos prehistóricos

El calzado confeccionado a partir de fibras vegetales fue fabricado y utilizado por personas de diferentes culturas. Los polinesios hacían zapatos con fibras de coco para caminar por el fondo marino mientras pescaban (y así no se lastimaban al pisar piedras o almejas). En una cueva de Misuri (EE UU), se encontró toda una colección de zapatos de este tipo, hechos por indígenas americanos. Las waraji japonesas también son sandalias hechas de cuerdas de paja de arroz.

‘Waraji’ japonesas.

La primera mención de la existencia de lapti en Rusia, tierra de bosques, se remonta al siglo XII, pero los arqueólogos han demostrado que los zapatos son aún más antiguos. ¿Cómo se hacían? De la corteza del árbol (de abedul, tilo, roble, olmo, etc.) se retiraba y se almacenaba. Antes de hacer los lapti, la corteza se remojaba en agua, luego se retiraba de ella la rafia y esta se cortaba en tiras, listas para ser tejidas.

Tejiendo con el ‘leshi’

En los cuentos populares rusos, leshi, el “guardián del bosque”, es visto a menudo haciendo lapti él mismo y podría dar a un hombre el arte de tejer calzado. “Al abuelo Mijaíl le costó mucho morir porque se codeaba con el leshi. En su juventud, llevó su lezna tejedora al bosque, la puso en un tocón con tabaco y pan, delicias para el leshi. De la noche a la mañana, el leshi se hizo unos lapti con la herramienta. Por la mañana, el abuelo los recogió y desde entonces, hizo lapti excepcionales que eran muy suaves pero ¡no se rompían”, le contó una campesina a un etnógrafo ruso.

Lezna tejedora.

Un hombre adulto desgastaría unos buenos lapti en diez días, mientras que durante la cosecha podrían durar sólo cuatro. Los lapti viejos nunca eran arrojados. Oh, no, en cambio, eran colgados en las vallas o en el granero y la casa. Los zapatos se usaban como amuleto de protección porque estaban tejidos con tiras de rafia dispuestas en forma de cruz. Obviamente, los campesinos rusos no guardaban todos los lapti, pero en lugar de dejarlos en cualquier parte, los quemaban, ya que la tradición dictaba que estaba prohibido tirarlos.

‘Lapti’ a través de Rusia

Las diferentes regiones tenían varios métodos de elaborar el tejido de los lapti. En Rusia Central, la rafia se colocaba en diagonal, y el tejido comenzaba desde el talón del zapato. En las partes occidentales, el tejido comenzaba desde el extremo de los dedos de los pies y el líber se colocaba transversalmente. Los lapti moscovitas eran altos por el tobillo, mientras que en el norte eran bajos y tenían puntiagudo el espacio para los dedos de los pies. Los lapti de invierno se producían a partir de dobles capas de rafia y a veces tenían una suela de cuero. También había lapti de “fin de semana”, delgados, pintados con adornos y atados con una cinta de lana.

Todo el mundo podía hacer los lapti. Hay un viejo dicho ruso para los borrachos: “uno que ni siquiera puede atar la rafia”: lo que significa “no es capaz de hacer la cosa más simple”. Así de importante era este tejido para un ruso. Después de que un niño (o una niña) hiciese sus primeros lapti, estos eran quemados en la estufa y las cenizas eran tragadas (con agua o pan) por el tejedor primerizo. Después de este sabroso regalo, los rusos creían que, haciendo este ritual, uno nunca olvidaría cómo hacer lapti.

Los lapti fueron utilizados como calzado cotidiano hasta los comienzos de la Unión Soviética. Durante la Guerra Civil en Rusia, la mayor parte del Ejército Rojo llevaba lapti. Incluso había una comisión organizada por el Estado, CHEKVALAP (Comisión Extraordinaria para los Valenki y Lapti) que supervisaba el suministro al Ejército de los lapti. Después de que la producción en masa de calzado de cuero y caucho comenzara en la URSS, los lapti se fueron quedando obsoletos, aunque se usa en el campo hasta el día de hoy, algo que es bastante exótico incluso para los campesinos rusos y la gente del campo.

Pero, ¿cómo pudieron los rusos producir lapti durante siglos sin destruir los bosques? Ahora, este secreto se ha perdido. Sólo podemos suponer que los rusos poseían algún método para quitar la corteza del mismo árbol varias veces a lo largo de los años. ¿Alguna idea? Háznoslas saber en la sección de comentarios.

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