1. El Cañón del Zar
El Cañón del Zar se fabricó en el siglo XVI y durante siglos fue el más grande del mundo, hasta que el Mortero de Mallet, de fabricación británica, lo superó en 1857. Sin embargo, no fue diseñado para hacer a la gente volar por los aires, sino para simbolizar el poder militar de Rusia. Hoy se encuentra en el corazón del Kremlin de Moscú.
2. La Linterna del Zar
Fabricada a principios del siglo XVII, la Linterna del Zar de dos metros de altura está en la Catedral de la Natividad de Súzdal. Es tan pesada que en el pasado se necesitaban ocho hombres para cargarla durante las procesiones sagradas.
3. Campana del Zar
Desgraciadamente, nadie oyó tañer a esta gigantesca campana. De seis metros de altura, la Campana del Zar se hizo por orden de la emperatriz rusa Anna Ioánnovna en 1730 para glorificar su reinado. Al igual que el Cañón del Zar, se exhibe en el Kremlin de Moscú, pero no de una sola pieza, ya que se partió durante un incendio.
4. Bañera del Zar
Esta bañera gigante de granito tiene dos metros de altura y cinco metros de diámetro. Diseñada a principios del siglo XIX, nunca ha sido utilizada (nadie sabe por qué) para el propósito por el que fue creada. Se puede ver hoy en día en el medio arruinado Palacio de Bábolovo, cerca de San Petersburgo.
5. Tanque del Zar
El Tanque del Zar, también conocido como Mamut, estaba en camino de convertirse en una superarma rusa de la Primera Guerra Mundial, aunque finalmente fracasó. Sus ruedas gigantescas podían aplastar árboles como si fuesen cerillas, pero se atascaban fácilmente en el barro. El gigante fue abandonado para pudrirse en el bosque y acabó siendo desmantelado como chatarra en 1923.
6. Bomba del Zar
El arma nuclear más poderosa jamás creada, la AN602 o Bomba del Zar, fue diseñada con un solo propósito: demostrar a Estados Unidos que la Unión Soviética era capaz de crear un arma aterradora de destrucción masiva. Durante la explosión de prueba llevada a cabo en un archipiélago del océano Ártico, una nube de hongo de 95 km de altura se elevó hacia el cielo. Los edificios en un radio de varios cientos de kilómetros resultaron destruidos o muy dañados. La masiva explosión se sintió incluso en asentamientos situados a 1.000 km del epicentro de la prueba. Sin embargo, por suerte, sólo uno de estos monstruos fue producido.
7. Blinis del Zar
Existe una antigua tradición en Rusia que consiste en hacer blinis durante las fiestas populares de Máslenitsa (el carnaval ruso) a finales del invierno. Los ciudadanos de la ciudad siberiana de Yalutórovsk decidieron ganarse un lugar en los libros de historia haciendo el blinis más grande de todos los tiempos. Tratan de repetir la hazaña cada año, pero algo suele salir mal: la torta gigante se rompe o se derrumba.
Los rusos también han puesto a volar aviones gigantescos. Pincha aquí para ver a los ‘zares’ del aire.