Cada día el galerista Serguéi Gushchin y el periodista y artista Alexánder Shchurenkov explican a sus seguidores en las redes (@guschin, ArtFragment) por qué Malévich es genial y publican juegos con preguntas como “¿Es esto arte o un dibujo infantil?”. Recientemente han publicado en Rusia los libros Arte moderno y cómo dejar de tenerle miedo, en la editorial AST. Lo hemos leído y damos algunos consejos sencillos.
1. Clasifica los artistas clásicos
Es posible empezar con los impresionistas de finales del XIX, porque fueron los primeros en representar el mundo de una manera diferente. Por cierto, sus pinturas provocaron una oleada de críticas negativas entre sus contemporáneos.
Estos artistas optaron por un estilo tan inusual por varias razones. En primer lugar, fue entonces cuando se inventaron las pinturas portátiles. Esto hizo posible trabajar al aire libre, a cualquier hora del día o estación del año y experimentar con la luz, en lugar de limitarse a trabajar en un estudio o en un taller. Otra de las razones fue la invención de la fotografía. Hasta entonces, el objetivo principal de muchos artistas era obtener la mayor semejanza posible entre la realidad y la imagen. También había un afán por documentar cómo eran las personas y los acontecimientos, como si se tratara de un pintor de la “corte”. La invención de la fotografía hizo que los artistas dejaran de copiar y empezaran a buscar nuevas formas de expresión.
2. Deja te temer a lo nuevo
Nos acostumbramos a una cierta manera de vivir y de pensar, y no queremos cambiar las cosas. Lo mismo sucede con el arte, lo nuevo nos molesta. Al mismo tiempo, hay una interesante paradoja: nos gusta y estamos contentos cuando utilizamos la última tecnología –por ejemplo, los smartphones– y de alguna manera no queremos volver a la era de los teléfonos fijos.
En su día, el Hermitage se concibió como un museo de arte contemporáneo. Para hacer la colección se seleccionaron obras de artistas holandeses y de otros populares artistas de la época. Sin embargo, actualmente consideramos el Hermitage como un museo de arte tradicional y todos los intentos de incluir arte contemporáneo en las exposiciones se reciben con hostilidad por la mayoría de la gente.
3. Empieza a pensar y a sentir
El principal objetivo del arte contemporáneo es provocar la reflexión. Supone una oportunidad para contemplar, e incluso para tratar de entender lo que le está ocurriendo a cada uno personalmente, a la sociedad y al mundo en general.
Desgraciadamente, nuestra mentalidad está condicionada por la inmediatez, y esto afecta a la percepción y al ritmo de vida de las personas. Muchas personas buscan explicaciones claras e inmediatas. En general no quieren detenerse a pensar en el significado que un artista le da a su trabajo.
Si estás observando una obra de arte contemporáneo, intenta seguir estos pasos:
Trata de entender lo que miras: ¿es una pintura, un dibujo, un grabado, una fotografía, una escultura o una instalación?
Mira los materiales y la técnica utilizada. ¿Cuánto tiempo crees que ha tardado el artista en crearla?
Evalúa la obra de arte como un todo: si hay un tema, ¿refleja la realidad o es un producto de la imaginación del artista?
¿Qué emociones provoca la obra de arte?
4. Piensa en el contexto
El contexto es muy importante para entender el arte contemporáneo. En ocasiones es todavía más importante que la obra en sí. Lee siempre las descripciones de las obras, ya que te ayudarán a entender su significado. En el arte contemporáneo, es habitual cambiar de opinión sobre una obra de arte. Al principio puede parecer incomprensible y desagradable pero con el tiempo, si aprendes un poco más sobre ella, puedes cambiar completamente de opinión.
Estudia la información disponible sobre los artistas y ve documentales, por ejemplo.
5. Deja de pensar que puedes hacer una obra de arte similar
¿Cuál es la diferencia entre el dibujo de un niño y una obra de arte? Una de las principales es la incapacidad del niño para dar nuevos significados a su imagen. Al crear una obra, los niños utilizan nociones simples y no hay ni reflexión ni una preparación seria. En el caso de un artista, ocurre lo contrario: el artista trata de explicar y demostrar una idea.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el arte contemporáneo no tiene que ver con la técnica, la habilidad o la destreza artesana, en el sentido tradicional de estos términos, sino con el significado y la idea. Un artista no tiene que saber dibujar. Si hace videoarte, su lenguaje principal es el video, no necesita saber dibujar.
Al contrario de lo que podrían pensar muchos aficionados, los artistas rusos más destacados eran excelentes dibujantes. Kandinsky, por ejemplo, se graduó en la Academia de Bellas Artes de Múnich. A pesar de que a lo largo de su vida pintara gran cantidad de bellos y coloridos paisajes, fueron sus obras abstractas, que transformaron la percepción de la pintura entre sus contemporáneos, las que le hicieron famoso.
Este es el mejor arte callejero de Moscú.