El 16 de abril, el rapero californiano Kendrick Lamar se convirtió en el primer artista de hip-hop en ganar el Premio Pulitzer de música, así como en el único artista que nunca tocó música clásica o jazz en ganar este prestigioso premio. El comité elogió el álbum de Lamar de 2017 “DAMN” por “capturar la complejidad de la vida moderna afroamericana”.
“Esta decisión lleva a Kendrick Lamar, así como al hip-hop, que antes provocaba sonrisas indulgentes entre los críticos ‘serios’, a un nuevo nivel”, escribió el periódico ruso Kommersant, comentando el acontecimiento. Pero incluso antes del mayor logro de Lamar, el hip-hop ya era más grande que cualquier otra cosa en el mundo de la música.
Dominio cultural
La afirmación anterior es fácil de probar. En 2017, una investigación del Grupo Nielsen mostró que el hip-hop y el R&B encuadraba a 8 de los 10 artistas más populares en EE UU. Mientras tanto, Forbes informó que hubo dos raperos entre los tres músicos mejor pagados del 2017 (Diddy y Drake, que ganaron 130 y 94 millones de dólares, respectivamente).
Sin embargo, el hip-hop va más allá del dinero y ha dado una nueva forma y lenguaje a la música. Por ejemplo, el musical de Broadway, “Hamilton”, utiliza el hip-hop para contar la historia de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de Estados Unidos. El espectáculo se convirtió en un fenómeno cultural, “cambiando la historia y el teatro... lo que nos hace sentir el ritmo imparable y urgente del nacimiento de una nación” (Ben Brantley, NYT).
El hip-hop gobierna el mundo, y literalmente puede que pronto gobierne EE UU. En 2015 Kanye West dijo que se presentará para presidente en 2020, y sólo hay una pequeña posibilidad de que esté bromeando.
Rusia, enamorada de los raperos
¿Qué hay de Rusia? La situación es más o menos la misma, con el rap cada vez más popular. En noviembre de 2017, dos artistas de hip-hop (el mainstream Tímati, y el más indie Oxxxymiron) celebraron dos conciertos con todas las entradas agotadas en el Estadio Olimpiski de Moscú, el mayor escenario de Rusia.
“En conjunto eran 50.000 personas, una prueba sólida de que el hip-hop domina la música pop en el país”, escribió Alexánder Gorbachov, periodista de Meduza. ¿Cuáles son las razones de esto, y los rusos están contentos con la situación?
El hip-hop es el nuevo rock
Según los expertos, los gustos son cada vez más parecidos en todo el mundo, y a la gente le encantan las canciones enérgicas de protesta y libertad. Lo que es nuevo es que el hip-hop se adapta perfectamente a estos gustos. El héroe del hip-hop ruso, Basta, lo explica bien: “El hip-hop ahora es el rock ’n’ roll actual. El verdadero rock ’n’ roll murió como música de protesta, libertad y sentimientos; se convirtió en una máquina de hacer dinero. Así que el hip-hop tomó el control”.
Esta comparación es bastante común, y al otro lado del océano Kanye West también declaró que “El rap es el nuevo rock ’n’ roll”. Al mismo tiempo, la gente admite que en términos de recursos necesarios el hip-hop es mucho más fácil para los artistas jóvenes.
Accesible y se vende bien
“No necesitas mucho para convertirte en un artista de hip-hop, es más fácil grabar un tema de rap que una canción de rock; incluso si no tienes voz, puedes rapear”, comenta Vsévolod, residente en Moscú. Los raperos están de acuerdo. Según Gnoini (“purulento”), un rapero ruso que derrotó a Oxxxymiron en la batalla de rap más vista en el YouTube ruso (33 millones de visitas), “el hip-hop es la música más importante en este momento, porque incluso un tonto como yo puede hacerla”.
Al mismo tiempo, la industria del hip-hop prospera gracias al dinero que se invierte en ella. “El hip-hop está conquistando el mundo porque los productores han invertido mucho dinero en él”, dijo Gueorgui, un historiador. "El hip-hop es todo comercio, el mercado es enorme. Esta música llama directamente al consumo; en este paradigma el consumismo es una necesidad”.
También señaló que en Rusia la era del hip-hop no comenzó hasta finales de la primera década del siglo XXI, después de la llegada de grandes cantidades de dinero a la industria. Los raperos clandestinos rusos de la década de 1990 están ahora casi olvidados.
El éxito no significa que todos en Rusia estén enamorados del rap. De hecho, si escribes a máquina: “Por qué el rap es...” en el Google ruso, los primeros resultados propuestos son “malo”, “no música” y “excrementos”.
“Los que odian, que odien”, y siempre habrá gente que no puede soportar un género musical en particular, tanto en Rusia como en el extranjero. Bueno, eso no es una tragedia. Como dijo el ganador del Premio Pulitzer, Kendrick Lamar, “lo que pasa en la Tierra, se queda en la Tierra”.
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