1. Perezoso vs. trabajador
El héroe popular ruso Iliá Múromets estuvo cojo durante los primeros 33 años de su vida y pasó este tiempo tumbado sobre la estufa. Se curó al visitar a los hombres sabios que le inspiraron a ir y servir al Príncipe Vladímir. No es una coincidencia que este mito tenga un profundo significado para los rusos. Nada puede motivar a un ruso vago cuando no hay asuntos urgentes que atender. Incluso el beneficio económico no puede inspirarle, porque la tranquilidad, para él, vale más que el dinero. Sin embargo, si la familia, los parientes o los seres queridos de un ruso están amenazados, ya nadie le puede parar. Lo mismo ocurre con el honor nacional y personal.
2. Demasiado indeciso o atrevido
“Medir siete veces, cortar una vez”, es un proverbio que todo ruso aprende en la infancia. A lo largo de su historia, Rusia ha vivido tiempos duros de escasez, por lo que la frugalidad siempre ha sido una virtud. Además, existen reglas no escritas para casi todo: desde hacer repollo en escabeche hasta ensamblar una computadora. En la época soviética, a los rusos les encantaba bromear diciendo que vivían "en un país de consejos" (la palabra “soviet” - “soviético” también significa “consejo” en ruso), así que no se sorprenda si alguien critica todo lo que hace. Estas son las razones por las que los rusos a menudo son bastante indecisos. Por otro lado, cuando parece que todas las opciones se han agotado y uno no tiene "nada que perder", se pone en modo loco y hace las cosas a su manera, ignorando todos los consejos y advertencias racionales. ¡A veces es una estrategia ganadora! Pero solo a veces...
3. Pesimista vs. jovial
Una visión sombría de la vida siempre ha sido un hecho para los rusos, y está enraizada en lo profundo de la psique de la nación. En parte, se explica por los valores cristianos ortodoxos que predican la humildad como la virtud más importante. En tiempos difíciles y adversos, los rusos no culparon al Cielo, sino, al contrario, percibían las dificultades como una prueba de Dios, y siempre estuvieron dispuestos a aceptar el desafío. En el siglo XX, los rusos tuvieron pocos años buenos, por lo que la perspectiva pesimista ha sido más que justificada. Por otro lado, un ruso sabe cómo disfrutar de la vida. Cuando sale a divertirse, nada puede pararle.
4. Ordenado vs. apasionado
Probablemente debido a las grandes dimensiones del país, Rusia siempre ha priorizado el orden en todo. Los rusos se enfrentan a muchas reglas en su hogar, en la escuela y el transporte público, así como las reglas no escritas de respeto hacia los mayores, etc. En la época soviética, la autoexpresión libre no era bien recibida: se fomentaba la convivencia con el “rebaño”, mientras que nadie que intentaba destacarse fue apoyado. Por eso los rusos están acostumbrados al orden y quieren conservarlo. Una prueba de ello es que el número per cápita de funcionarios y policías en el país es de los más altos del mundo.
Sin embargo, el orden no se impone simplemente por la gente que tiene poder. En casa, la mayoría de los rusos también quiere mantener el orden. Casi todas las familias tienen un tío o un abuelo manitas que puede arreglar o construir casi cualquier cosa, desde una picadora de carne hasta un motor de automóvil.
Sin embargo, estas mismas personas bien ordenadas pueden ser muy apasionadas cuando se trata de las cosas que significan mucho para ellos. El abuelo meticuloso que siempre parece estar relajado, de repente puede volverse loco de furia si su equipo de fútbol pierde, y la madre puede pasar varias noches sin pegar ojo porque los protagonistas de su telenovela favorita están pasando una mala racha... Incluso los jóvenes cadetes rusos pueden pasar de respetar un orden estricto a participar en bailes provocativos en su tiempo libre. Una vida sucumbida a un orden extremo a veces puede empujar a los rusos a volverse realmente locos, cuando se presenta la oportunidad.
5. Reservado o abierto
Todo el mundo sabe que los rusos no sonríen mucho, y ya lo hemos explicado antes. Ser reservado es un signo de dignidad y proviene del concepto de orden que todo ruso se siente obligado a respetar. Sin embargo, ese carácter sobrio esconde un gran corazón y puedes mantener conversaciones profundas si conoces a un ruso un poco mejor.
Naturalmente, un ruso no entiende qué es lo que debería mantener en secreto acerca de su vida privada. Todos pasan por los mismos momentos difíciles, así es como piensa. Un ruso no considera que sea un gran problema contarle sus problemas, esperanzas y expectativas, especialmente después de una botella de vino abierta en su cocina. La cantidad de información privada que te podría ser ofrecida de forma voluntaria a veces asusta a los extranjeros, pero a los rusos les encanta reunirse y reflexionar sobre los mismos problemas una y otra vez, con las mismas personas. Es casi una especie de autoterapia nacional. Después de dos o tres horas de lloriqueo, tanto hombres como mujeres se sienten mejor, y luego retoman su rutina diaria, hasta la próxima charla sincera.
Si te interesa el carácter de los rusos, aquí te damos algunas características más.