Obras maestras de la literatura obligatorias para cualquier escolar en Rusia

Gracias al currículum escolar, que incluye obras de Pushkin, Gógol, Tolstói y otros, rusos de todos los segmentos sociales tienen un mismo lazo cultural

Para los rusos la literatura clásica es más que una manera de aprender su lengua o pasar el rato. Algunos clásicos se enseñan en la escuela y tienen un papel importante en la formación de la identidad cultural. A menudo los rusos se refieren a estas obras para caracterizar a una persona, para hablar de amor u odio o simplemente para hacer un chiste. Todos entenderán las referencias porque lo han leído en la escuela. Russia Beyond recopila algunas de las obras más destacadas. Si las lees seguro que entiendes mejor la mentalidad de los rusos.

1. Evgueni Oneguin de Alexander Pushkin

'Evgueni Oneguin' está considerada como una enciclopedia de la vida rusa en el siglo XIX.

Alexander Pushkin es de lejos la mayor estrella de la poesía rusa y fue pionero de la novela en verso, y Evgueni Oneguin es la obra que mejor lo ejemplifica. Es la historia del infortunado romance entre Oneguin, un vividor saciado y cansado de la vida, y una modesta chica de campo, llamada Tatiana. Ella espera a un hombre del que enamorarse, pero al principio Oneguin no la toma en seiro. Pushkin pasa mucho tiempo describiendo la cultura, historia y tradiciones rusas. La novela se considera adecuadamente una enciclopedia de la vida rusa en el siglo XIX y hasta hoy es querida por rusos de todas las edades. Entre los elementos más destacados se encuentra la famosa carta de Tatiana a Oneguin, las descripciones de Moscú, las palabras dedicadas a la belleza natural y la autoironía y humor del autor.

2. Un héroe de nuestro tiempo de Mijaíl Lérmontov

Pechorin es cínico, nihilista y melancólico.

Esta es la historia de Grigori Pechorin, un oficial ruso que viaja a servir en el Cáucaso. Este vividor creado por el poeta y novelista, Mijaíl Lérmontov, se une a la galería de “hombres superfluos” del siglo XIX de la literatura rusa que comenzó con Evgueni Oneguin. Pechorin, un miembro muy formado de la aristocracia rusa, es cínico, nihilista y melancólico. Carece de propósito en la vida y juega con la muerte. Ve a las otras personas como material para sus crueles experimentos y su alegría hedonista. Al protagonista de Lérmontov se le unieron muchos personajes de este tipo en la literatura del siglo XIX. Lérmontov está considerado, junto con Puhskin, como uno de los más grandes poetas de Rusia. 

3. Almas muertas de Nikolái Gógol

En sus viajes, Chíchikov explora la realidad rural rusa del siglo XIX y las personas que viven en ella.

Almas muertas de Nikolái Gógol es una de las obras más potentes de la literatura rusa del siglo XIX. Aunque el autor quemara la secuela y poco después muriera de una enfermedad mental. Según una leyenda, Gógol tomó la idea para la novela de Alexander Pushkin. La trama va de un hombre noble pobre, Pável Chíchikov, que viaja por el país para comprar siervos que solo existen sobre el papel, para luego tratar de hacer un fraude financiero, hipotecando a los siervos muertos como si estuvieran vivos. Entonces intentaría conseguir un crédito en el banco e irse con el dinero. Los viajes de Chíchikov exploran la realidad rural rusa del siglo XIX y los tipos de personas que vivían en aquella época.

4. Crimen y castigo de Fiódor Dostoievski

Rodión Raskólnikov se enfrenta a un dilema moral tras asesinar a la vieja prestamista.

Con más de 25 adaptaciones cinematográficas en todo el mundo, Crimen y castigo quizá sea la novela más famosa de Fiódor Dostoievski. La historia se centra en el dilema moral de un antiguo estudiante. Rodión Raskólnikov lidia con la cuestión de si es una “criatura temblorosa” y si “tiene derecho” a matar. Se compara a sí mismo con Napoleón y cree que unas buenas intenciones pueden justificar cualquier crimen. Asesina a una mujer que es una prestamista y luego se rinde ante la policía debido a su angustia moral. Actualmente en San Petersburgo, ciudad donde se desarrolla la novela, hay numerosos tours dedicados a la vida de Raskólnikov. Todavía hoy sigue formando parte del tejido de la ciudad.

5. Guerra y paz de Lev Tolstói

El encuentro entre Andréi y Natasha en el baile es una de las escenas centrales de “Guerra y paz”.

Quizá muchos rusos no hayan conseguido acabarse los cuatro volúmenes de Guerra y paz, cuyas primeras páginas se escribieron en francés. Sin embargo, casi todo el mundo vuelve a ella más tarde. Algunos prefieren las líneas sobre el amor, mientras que otros disfrutan con las descripciones de la guerra contra Napoelón en 1805-1812. No hay duda de que Guerra y paz es una de las novelas más importantes de la literatura rusa y universal. En la época soviética fue el libro más publicado, con más de 360 millones de copias en 312 ediciones.  

6. Relatos de Antón Chéjov

“El gordo y el flaco”, escultura de D. Begálov en Taganrog.

Los rusos comienzan a leer las historias de Chéjov en los primeros cursos. Como la simpática historia del perro devoto de su dueño, Kashtanka, que llega al corazón de muchos niños. Divertidas, cortas, llenas de humor, ironía y sátira, las historias de Chéjov siempre han gustado tanto a los escolares como a los adultos. Este ellas se encuentran Iónich, El gordo y el flaco y La pequeña trilogía. Los dramas de Chéjov como, La gaviota, Tío Vania, El jardín de los cerezos y Las tres hermanas, se suelen estudiar más tarde, normalmente en la escuela secundaria.

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