Rusia empieza en el Daguestán, según los daguestaníes

Cultura
EKATERINA SINÉLSCHIKOVA
Descendientes de antiguas tribus, los daguestaníes creen que, para sobrevivir, los pequeños pueblos deben ser "las mejores personas".

Los residentes de Daguestán tienen un problema: la gente tienen miedo de visitarles. Según las noticias, parece que no pasa nada bueno en la república montañosa y que te puedes meter en algún tipo de problema si se te ocurre viajar a la zona. Pero en realidad, hay muchas razones para disfrutar de Daguestán. ¿Sabías que allí puedes recorrer el cañón más profundo del mundo, visitar uno de los asentamientos humanos más antiguos de la Tierra, conocer un tipo único de naturaleza y gozar una hospitalidad increíble? "Siempre queremos demostrarle al mundo que somos los mejores", escucharás en cualquier conversación. Esta frase puede resumir básicamente la antigua historia de Daguestán.

¿Es Daguestán una nación?

En realidad, los daguestaníes como etnia no existen. Más de 40 pueblos, de las cuales 14 son indígenas, viven en el territorio del Cáucaso nororiental y las tierras bajas del Caspio suroeste, un total de tres millones de personas. Todos estos pueblos se llaman así mismos dagestanís. La mayoría son ávaros; en segundo lugar están los dargins, luego los cumucos, los lezguinos, los rusos, los laks, etc.

Hace algún tiempo, la Gran Ruta de la Seda atravesaba Daguestán. El territorio ocupaba las fronteras de Turquía con Irán y más tarde los mongoles (que habían conquistado China, la antigua Rus, la India y Asia central) lo invadieron. Los distintos pueblos lucharon por su independencia tan desesperadamente que a veces repelieron incluso a los agresores más sedientos de sangre. Una vez, por un corto tiempo, incluso pudieron establecer el emirato independiente de Derbent.

"Todos somos extranjeros (nómadas) en el Cáucaso. Pero siempre ha habido una rivalidad por el tener el título de la nación más autóctona", dice Muslim Alimirzáiev, un daguestaní fundador del proyecto "Cáucaso Desconocido". En las montañas se libra una guerra incesante por los pastos y cada pueblo tiene su propio idioma, leyendas y particularidades nacionales. En Daguestán se cree que los dargins saben cómo ganar dinero, mientras que a los ávaros les gusta relajarse y disfrutar de la vida. "Pero siempre hemos estado unidos por la religión (el 95 por ciento son musulmanes), o un enemigo común". Una vez Tamerlán intentó someter el Daguestán, pero se encontró con una milicia compuesta por príncipes liderados por la Juana de Arco local Partu Patima y se retiró.

Pregúntame quién soy

Al salir del aeropuerto de Majachkalá, lo primero que verá es el Arco del Triunfo en honor al 200 aniversario de la unificación de Daguestán con Rusia. Daguestán se unió al Imperio ruso en 1722, después de la invasión de Pedro el Grande. Derbent fue un lugar clave en la región del Caspio y se convirtió en la culminación de la primera expedición persa del emperador. Pero la base rusa se mantuvo solo 13 años y luego fue dada a Irán como signo de buena voluntad. Daguestán regresó a Rusia de una vez por todas a comienzos del siglo XIX, después de la guerra ruso-persa.

"Cuando voy al extranjero, la gente me pregunta quién soy. Respondo: en primer lugar, soy ruso. En segundo lugar, daguestaní. Solo en tercer lugar soy un ávaro. Soy ruso no por nacionalidad. Soy ruso porque soy parte de todo el país. Así es como la gente generalmente piensa hoy en Daguestán", dice Muslim.

No hemos venido voluntariamente y no nos iremos voluntariamente

Los daguestaníes creen que Rusia comienza con su territorio. Este es el punto más meridional de Rusia y también es la región más subvencionada en 2017 (más de 52 mil millones de rublos, 896 millones de dólares). La población no urbana comprende el 55% de los habitantes, aunque no muchas personas viven en las montañas: los jóvenes llegan a las mesetas para estudiar y no quieren volver. No es prestigioso trabajar como chabán (un pastor), pero esta es la ocupación tradicional en las montañas (Daguestán es el líder en cuanto al ganado pequeño y grande).

Es Daguestán lo que mola es ser atleta y (preferiblemente) convertirse en campeón olímpico. Los luchadores son un "producto" de exportación particularmente tradicional.

La población no urbana generalmente se concentra en las aldeas de la meseta. Algunos de ellos obtienen buenas ganancias gracias a la artesanía étnica. En el pueblo Kubachí, por ejemplo, producen joyas únicas y el pueblo de Rajata es el único lugar en el país que fabrica burkas.

La capital, Majachkalá es muy colorista. Empresas internacionales compiten con los artesanos y las boutiques de ropa islámica llamadas "Girl in Hidhab", que tienen como eslogan: "¡Solo cúbrete!". "No hace mucho las boutiques islámicas eran modernas y rentables. Se mostraba a las mujeres que el Islam también puede tener su propia moda. Sus ideas de marketing dejan a cualquier occidental patidifuso. Instagram estaba inundado de fotografías que decían: 'Mira lo que mi esposo puede comprarme'", recuerda Muslim.

Actualmente, Muslim vive en Piatigorsk (el krai de Stávropol, 1.574 km de Moscú), y él, como todos los demás, está asustado por las noticias sobre una nueva operación antiterrorista en la república. Sin embargo, esto no se corresponde a lo que ves cuando vienes a Majachkalá. La ciudad es tranquila, su naturaleza - hipnótica.

"Los estereotipos siempre desaparecen", cree Muslim. Los daguestaníes se sienten halagados cuando ven esta reacción. En ese momento sienten que son las mejores personas del mundo. Pero si le preguntas a un daguestaní: "¿Estás con Rusia o aparte?", Probablemente obtendrás una respuesta evasiva. "No vinimos a Rusia voluntariamente y no la abandonaremos voluntariamente". Es una cita del poeta nacional Rasul Gamz´stov. Y este dicho es típicamente daguestaní y muy honesto.