NKVD, polémica en Moscú por restaurante que homenajea a Stalin

En el local hay retratos del antiguo mandatario comunista

En el local hay retratos del antiguo mandatario comunista

Anastasía Salyáeva
Un restaurante del centro de Moscú ha cambiado su nombre por NKVD, unas siglas que recuerdan a las sangrientas represiones de los años 30. Los defensores de los derechos humanos están indignados, los estalinistas se alegran y los expertos opinan que la decisión de los propietarios es un cínico método para ganar dinero gracias a la provocación.

Sobre una chimenea eléctrica cuelga un retrato de Iósif Stalin con una guerrera blanca. El menú está decorado con una hoz y un martillo junto al nombre “NKVD”. Un camarero en uniforme militar insiste en que las siglas rusas corresponden a una frase que se traduce como “Cocina Popular de una Gran Potencia”, aunque la referencia al Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, el departamento de servicios especiales durante la época de Stalin entre 1934 y 1946 y predecesor del KGB, es evidente. 

El restaurante NKVD, situado a 2 km del Kremlin, parece que acaba de empezar su transformación en una reserva del estalinismo. Dos retratos del líder, la cara sonriente de Félix Dzerzhinski (el primer comisario del Pueblo de Asuntos Internos) en la carta y “entrantes estilo Stalin”. Por lo demás es un típico restaurante del centro de Moscú, enormes muebles de madera, ensalada César por 400 rublos (6,4 dólares), etc. En el ticket todavía se lee el antiguo nombre del restaurante, “Tierra y mar”.

“Pensado para todos”

El camarero vestido de militar dice que la transformación del restaurante no ha hecho más que empezar y que en el futuro habrá más símbolos soviéticos. A la pregunta sobre para qué tipo de público está pensado, responde seguro, “para todos”. Por cierto, en una tarde de domingo en el NKVD no hay mucha gente: apenas  personas en su enorme sala.

El comentario acerca de lo que evoca la sigla NKVD no perturba al empleado. “¿Qué pasa, que solo hubo cosas malas, solo hubo fusilamientos?”, responde con una pregunta retórica. De todos modos, no está dispuesto a discutir sobre historia y se ofrece a tomar nota.

En un edificio de fusilados


El primero en llamar la atención sobre el provocativo nombre del restaurante fue el abogado Mark Feiguin, que el pasado 9 de diciembre fotografió el cartel y lo publicó en Twitter. “Peor que esto solo es la brasería 'Cinco fusilamientos”, escribía Feiguin.

En la época de las represiones estalinistas, 4 vecinos del edificio del número 8 de la calle Ostózhenka, donde se encuentra el NKVD, fueron fusilados. Una usuaria de Facebook llamadas Therese Philosophe colgó una lista con sus nombres. Estas cuatro personas son una ínfima parte de las víctimas de la época del gobierno de Stalin: según el historiador Alexéi Litvin, durante la época de Stalin se fusiló a más de 700.000 personas. La NKVD, como órgano de seguridad interna, tenía relación directa con estas muertes.

Disputas sobre el cartel

La reacción en las redes sociales no se ha hecho esperar. “Moscovitas, ¿pensáis ir a este sitio?”, pregunta el fundador de Lurkmore, una popular página web rusa, y la escritora Elena Chudinova supone que en un restaurante con ese nombre deben de servir carne humana. En la red se encuentran otras bromas tristes del estilo, asegurando que en el restaurante las lámparas están directamente enfocadas a la cara o que para crear ambiente se sirve sangre y los comensales están maniatados.

No obstante, no todos los vecinos de Moscú se muestran indignados por el cartel con el nombre de los servicios especiales estalinistas. Los que simpatizan con Stalin o con la época soviética en general han recibido esta apuesta de marketing con más calma y algunos incluso la aplauden. Por ejemplo, el usuario Iván Rajmetov escribe: “No soy estalinista, pero el restaurante NKVD me parece bien”.

No es estalinismo, sino fines comerciales

Restaurante NKVD. Foto: RBTHRestaurante NKVD. Foto: RBTH

Detrás del nombre NKVD no se oculta un sincero deseo de conmemorar a los represores de la época de Stalin, sino un ánimo de lucro, opina el periodista e historiador Nikolái Svanidze: “Si el restaurante se llamara ‘La casa del tío Vasia’, sería muy normal. Pero yo creo que han escogido ‘NKVD’ para que la gente entre, aunque sea por curiosidad”, señala Svanidze en una entrevista para RBTH.

Svanidze opina que a los autores de la idea les son indiferentes los sentimientos que pueda provocar el nombre: “El interés puede ser negativo, estar relacionado con la indignación, ser neutral, pura curiosidad, o ser positivo en el caso de los simpatizantes con Stalin”. En cualquier caso, según el experto, la decisión de dar el nombre “NKVD” a un restaurante que se encuentra en el centro de Moscú es un gesto más bien comercial, no político.

El periodista de Kommersant Stanislav Kucher coincide con Svanidze. “Lo que hacen es simplemente negocio, es una reacción (monstruosa, en mi opinión, pero natural) a la popularidad de la mitología soviética declaraba. Kucher señala que para estos cínicos empresarios da igual la época que están ensalzando si hay demanda: la Unión Soviética, los años 90 o el gobierno de Putin.

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