La dacha o el secreto ruso para sobrevivir al calor urbano

Lori Media
Al llegar el buen tiempo muchos rusos aprovechan cualquier momento para escapar e irse al campo. El camino en coche a ese espacio de libertad dista mucho de ser fácil. Los moscovitas pueden llegar a pasar entre dos a ocho horas en el coche, aunque eso no parece amedrentarles en su fuga semanal. La dacha parece formar parte de la idiosincrasia rusa y son muchos los que disponen de una sin importar la clase social. ¿Pero qué significa la dacha para los rusos?

El origen etimológico de la dacha se encuentra en la palabra dat, que significa “dar”. Las primeras apariciones en la literatura rusa tienen lugar en el siglo XVI cuando los príncipes rusos distribuían tierras a sus boyardos más fieles en recompensa por servicios prestados. A lo largo del siglo XVI la dacha se convertirá en un documento por el derecho de posesión de la tierra y en el siglo XIX en una parcela de tierra lejos de la ciudad, entregada o vendida por el zar o el gobierno y destinada a la construcción.

Las primeras dachas eran solo tierras sin límites territoriales, que estaban integradas en los pueblos. A partir de la segunda mitad del siglo XVI los nobles construirán allí su propiedad: la usadba, una residencia de arquitectura modesta, de madera y rodeada de pequeñas edificaciones para la explotación. El conjunto tenía pues una función puramente económica, como abastecimiento para los campesinos y los señores. El estilo era muy austero, a diferencia de las propiedades lujosas de los zares como Izmáilovo o Kolómenskoie edificadas un siglo más tarde.

Alrededor de Moscú el modelo de usadba va a transformarse por completo con la llegada al poder de Pedro el Grande al principio del siglo XVIII, que influenciado por la modas extranjeras y especialmente por el modo de vida en Versalles, decidirá crear nuevos lugares de entretenimiento.

En San Petersburgo, en las parcelas dadas a los nobles se construirán residencias secundarias lujosas con jardines para divertirse a la manera de Versalles. A la muerte de Pedro I los nobles volverán a Moscú trayendo consigo sus fiestas, valses y entretenimientos de toda índole. Cuando en 1765 Catalina II libere a los nobles de sus servicios obligatorios con el Estado estos añadirán a la función económica de las usadbas la del divertimento.

A mediados del siglo XIX, con la revolución industrial, se producirá un éxodo rural masivo y las ciudades se convertirán en lugares contaminados llenos de la polución de las fábricas, irrespirables en verano con el calor.

La clase social en ascenso, los burgueses, va a adquirir gracias a la pérdida del poder adquisitivo de la nobleza, parcelas de tierra con una dacha (casa de una habitación con jardín) en las afueras de las ciudades. La dacha se convierte así en una aspiración compartida por todos, puesto que la creciente crisis de alojamiento democratiza este modo de vivienda, particularmente en los meses de verano.

¿Qué características arquitectónicas tiene la dacha y qué la diferencia de una isbá? Recordemos que la isbá es la casa típica campesina, ocupada todo el año, construida de madera y que alberga una inmensa estufa en el único espacio de la vivienda. Para evitar cualquier fuga de calor, las ventanas son pequeñas. La dacha en cambio está construida generalmente de madera pero es exterior, pensada para ser disfrutada en verano por lo que tiene varios espacios semiabiertos y con un mirador o porche para tomar el té con amigos, celebrar fiestas o contemplar la naturaleza.

A principios del siglo XX con el desarrollo de las vías ferroviarias las dáchniki permitían ser habitadas todo el año al estar bien comunicadas con las ciudades. Muchas se convirtieron en verdaderas villas, sólidas y cálidas.

Tras la revolución, el 26 de octubre de 1917 apareció un decreto (Sobre la Tierra-Dekreti oktiabrskoi revoliutsii) que suprimía el derecho a la propiedad privada, y al mismo tiempo reivindicaba como pública la tierra que debía ser de uso exclusivo para todos los trabajadores.

Poco después se creó la Cooperativa de dachas. Esta institución estatal tenía como objetivo construir, restaurar y preparar las construcciones para el el invierno. A pesar de que al principio se había elaborado un modelo estándar de la nueva dacha, con influencias del constructivismo, finalmente las cooperativas reproducirán los esquemas de la época prerrevolucionaria.

Un ejemplo de cómo una dacha suponía una necesidad básica y accesible para la élite se encuentra en la solicitud del escritor Alexéi Tolstói, quien en 1937 pidió una al lado de Moscú para vivir todo el año. “Necesita una dacha de 11 habitaciones, porque tiene una gran familia. Es indispensable que se encuentre a orillas del Moscova. Indicó que tenía 54 años y que los diez o doce que le quedaban los podría consagrar a su trabajo literario. Necesita estar tranquilo”.

Un oasis frente a las crisis

También se construirán algunas para recompensar los servicios prestados por los académicos, los creadores de la bomba atómica, los militares… Para el resto de ciudadanos soviéticos la dacha se convirtió en un espacio de libertad frente a los dictados de las instituciones estatales de la época.

En la caótica época de los años 90, la población rusa se vio sumida en una profunda crisis con el encarecimiento de los productos básicos y la caída dramática de los ingresos. Así las dachas se convirtieron en una forma extraordinaria de ahorrar gracias a la autoproducción de frutas y verduras. Puesto como explica la investigadora del Levada Center, Natalia Bondarenko “el uso que se le da a las dachas difiere mucho en tiempos de crisis, se convierten en espacios de autoproducción muy útiles”.

Esto fue posible gracias al decreto de Yeltsin que permitió a los ciudadanos de la Federación Rusa el acceso a la propiedad privada y a la compraventa de parcelas de tierra destinadas a la economía personal adicional. También dio pie a la construcción inmobiliaria, es decir, supuso el nacimiento del boom del mercado inmobiliario en Rusia.

Al final de la era Yeltsin y comienzo de la época de Putin,llegó una época de prosperidad económica y el uso de la dacha pasó a ser más lúdico y de descanso. La tendencia empezó a vislumbrarse partir del año 2000, cuando los ingresos de la población comenzaron a ascender y se generó un cambio en el uso de estas viviendas, “las dachas se utilizan en esta época básicamente en las fiestas nacionales para descansar y estar con la familia y los amigos”, aunque aclara, “claro que se sigue cultivando pero no tanto por necesidad sino por tener la certeza de la calidad de los productos que consumes”.

Así, las dachas han estado presentes en la vida rusa desde hace siglos adaptándose a los tiempos y especialmente siendo una alternativa indispensable para el calor, el estrés, la contaminación o incluso la crisis económica.

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