10 cosas que solo puedes entender si eres ruso

Aunque hayas vivido en Rusia varios años, te guste el eneldo y no te emborrachas cuando bebes vodka, hay algunos comportamientos de los rusos que te pueden seguir pareciendo raros. Aquí tratamos de explicártelos.

1. Los cuidados de la bábushka

La bábushka rusa es algo más que una abuela, es un modo de vida y un modo de pensar. Preguntan entre tres y cuatro veces a sus nietos si han comido y siempre se quejan de que no van lo suficientemente abrigados, incluso cuando los nietos tienes más de 30 años.

Otra de las características de las bábushkas es cocinar como si fuera a llegar una hambruna de manera inminente. En verano hacen encurtidos con las verduras y litros de mermelada, además de kilos de panqueques y obligan a beber todo el té que puedan. Y cómo no, tratará de convencerte para que te lleves comida.

2. Parallevar

Después de visitar a tu bábushka seguro que te ves con un montón de bolsas de comida y habrá varias cosas que tienes que hacer antes de partir.

En primer lugar, antes de un largo viaje, sentarse es casi un ritual sagrado. A menudo es posible sentarse en la propia maleta. Obviamente, es una superstición, pero los rusos se lo toman muy en serio.

En segundo lugar, si has estado en casa de tu amigo en una fiesta o tomando algo y quieres salir entonces tu amigo te sugerirá que bebas “на посошок” (na pososhok). Hay que estar preparado: significa que hay que beber hasta el final lo que sea, beber antes de la carretera. Es un ritual popular que es importante para los rusos. Si no se hace, se pueden llegar a ofender.

3. Las semillas de amapola, una manera de rebajar el estrés

Si ves a un hombre mordisqueando semillas de amapola... entonces estás en Rusia. O si ves a unas mujeres cuchicheando en un banco mientras mastican semillas de amapola...definitivamente, estás en Rusia. Escupirán las las semillas creando un montoncito.

Las semillas de amapola son como las palomitas, una vez que empiezas te tienes que acabarlo.

4. Ventas a lo largo de la carretera

Si tienes la oportunidad de conducir por las grandes avenidas de Moscú en invierno, entonces podrás ver extrañas pirámides construidas a base de botellas de plástico de cinco litros con un liquido azul en su interior. Normalmente están sobre el capo de un Zhigulí. Venden anticongelante para el líquido limpiaparabrisas. Debido a las fuertes heladas el líquido limpiaparabrisas se puede congelar y, como las carreteras en invierno están muy sucias, es posible quedarse de repente sin nada de líquido y no ver nada, literalmente, debido a la suciedad y el hielo. Entonces de repente aparecen estos superhombres de emergencia, el equipo de rescate anticongelante. Este negocio suele ser ilegal, así que no será barato... y quizá no funcione...

Los apocalípticos atascos, sobre todo en Moscú, han hecho que surjan decenas de “empresarios en las carreteras”. Caminan entre los vehículos tratando de vender flores, café, cargadores de teléfono. Antes del Día de la Victoria suelen vender pegatinas para los automóviles y pequeñas banderitas de Rusia.

5. Una bolsa para las bolsas

En las tiendas de comida de Rusia te suelen dar bolsas de plástico para que te lleves las cosas a casa. Los rusos nunca las tiran. Quizá sea una manera de proteger la naturaleza aunque también es para darles otro uso, como bolsa de basura o para cualquier otra cosa. Cada familia rusa tiene una enorme bolsa de plástico en la que mete otras bolsas de plástico.

“Y si algún día lo necesito”, suelen decir los rusos sobre los objetos en los que se puede meter algo. Los rusos tampoco suelen tiran las bonitas cajas de dulces y las usan para guardar cosas que no quieren tirar o para guardar cosas que no quieren perder, como botones o hilos. Las cajas de dulces más bonitas se pueden utilizar para guardar joyería.

6. Prohibido sonreír en el transporte público

Como sabrás, los rusos no suelen sonreír mucho, aunque haya algunas excepciones. Pueden sonreír si tienes un aspecto raro; si ese días llevas mal el pelo, o si estás sucio o algo similar. De modo que si notas que alguien te está mirando en el autobús o el metro y sonríe, entonces deberías mirarte en el espejo rápidamente o incluso preguntarle a la persona qué es lo que ha visto.

7. Guardar el abrigo cada vez que entras a un edificio

Entre octubre y mayo en la mayoría de edificios públicos de Rusia hay un guardarropa gratuito. De hecho, en muchos lugares es obligatorio y en los teatros, museos, hospitales u oficinas estatales te pueden prohibir la entrada si no lo dejas.

El servicio es gratuito, pero no pierdas tu credencial. En ese caso, serás multado y, lo que es peor, las mujeres del servicio de guardarropa pondrán muy mala cara.

Esta norma de tener que dejar el abrigo no es una moda. Durante los fríos inviernos los rusos a veces visten con grandes abrigos y pieles, que pueden llegar a ocupar dos sitios en el transporte público. Además, pueden estar húmedos o mojados. Está claro que no estarías muy contento si en el Bolshói te sientas junto a un yeti que te echa nieve encima.

Además, en las escuelas de Rusia los estudiantes tienen que cambiarse los zapatos y la gente que trabaja en oficinas normalmente lo hacen porque no se puede ir todo el día con unas altas botas hasta la rodillas cubiertas de piel.

8. Torniquetes traicioneros

¿Cómo te imaginas un torniquete? Es un mecanismo que no te deja entrar a un lugar y solamente se abre si tienes el pase o el billete requerido. Pero en Rusia los torniquetes son diferentes, parece que hay un camino abierto, como si dijeran: “Ven, pasa”. Cuando crees que puedes pasar, los brazos mecánicos se mueven y te aplastan la cadera. En ocasiones tienes el billete pero no si no funcionó bien o no pasaste rápidamente te puede dar un golpe... ¡Mala suerte!

9. Sentarse en la mesa

En un pasaje de La hija del capitán de Alexander Pushkin se dice: “Que Dios nos permita que nunca nos veamos tan insensibles y crueles ante una sublevación”. Se puede atribuir a una comilona rusa o zastólie (de la palabra stol, mesa). Hay numerosos platos, que incluyen 15 aperitivos, dos o tres ensaladas con mayonesa y tres platos principales, y seguramente mucho alcohol. La gente se sienta en la mesa durante muchas horas, es un gran evento.

Hay un chiste sobre la gente que puede comer o beber demasiado y cae bajo la mesa. En la popular animación soviética Érase una vez un perro, un can se cuela en una boda y se sienta bajo la mesa. Se come todo lo que le van dando y al final tiene una barriga enorme y está tan borracho que se pone a cantar. Una de las cosas favoritas de los rusos es cantar borracho a cappella las canciones más conmovedoras y profundas que puedas imaginar. Este perro ha sido una especie de meme durante décadas.

10. Pasaporte

En Rusia hay guardias en todos lados. Si quieres entrar en un restaurante o en una tienda situada en un lugar cerrado te inspeccionarán como si fuera la seguridad del aeropuerto. Te pueden hacer cualquier pregunta y mirarte suspicaces porque el sueño de cualquier guardia es cazar a un criminal. Lo que está claro es que tienes que llevar siempre contigo el pasaporte, porque te pueden pedir que lo muestres en cualquier momento.

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