La halva, un dulce oriental común en Oriente Medio y los Balcanes, se conoce desde la antigüedad. Traducido del árabe como “dulzura”, se dice que el lugar de nacimiento del halva es Irán, desde donde se extendió por todo el mundo.
La halva es muy nutritiva, pero sigue siendo un postre sencillo. En Rusia, Ucrania y Bielorrusia, se cocina con semillas de girasol. En la región del Cáucaso se elabora con harina de trigo o de maíz y se le añade edulcorante y mantequilla derretida. Hoy cocinaremos la versión caucásica del halva o, para ser más precisos, el halva ingusetio (Ingushetia es una república de Rusia situada en el Cáucaso Norte).
El elemento que une los distintos ingredientes suele ser el ghee (mantequilla derretida) o la mantequilla sólida. Así, los principales ingredientes del halva son azúcar o miel, harina, mantequilla y uno o dos tipos de frutos secos crudos que obtienen su peculiar sabor y textura precisamente al freírlos durante mucho tiempo en una sartén.
Los científicos especializados en nutrición confirman que la halva se satura muy rápidamente en el organismo. Además, es rico en vitaminas A, B y E, ácidos grasos y antioxidantes.
La característica más llamativa es que requiere de 30 a 40 minutos de removido continuo para que quede tierno y homogéneo, pero los resultados definitivamente valen la pena. Si lo prefiere, no dude en añadirle pasas y nueces o cualquier otro fruto seco.
De la cantidad de ingredientes propuesta, obtendremos 15 piezas de halva de tamaño medio. Puede duplicar o triplicar la porción, porque rápidamente se dará cuenta de que este postre es absolutamente delicioso.
Ingredientes:
Preparación:
Derretir la mantequilla fría en una sartén de paredes gruesas.
Añadir poco a poco la harina de maíz. Mezclarla bien con la mantequilla, removiendo constantemente, y cocinar a fuego mínimo durante 7 minutos.
Verter 50 g de azúcar y cocinar, removiendo de vez en cuando, durante otros 10-12 minutos. Finalmente, la masa adquirirá un color marrón dorado.
Combinar el resto del azúcar con el agua. Llevar a ebullición; luego hervir durante 1 minuto y verter en la mezcla de la sartén, removiendo con cuidado.
Cocinar la masa, removiendo de vez en cuando, durante otros 5-7 minutos.
Retirar la masa del fuego, añadir las nueces, mezclar y enfriar ligeramente; formar pequeñas bolas con la masa, colocándolas en moldes o apretándolas en la palma de la mano (2 cucharadas de cada una son suficientes). También puede formar una pieza grande y plana de 2 cm de grosor (como se muestra en la foto) y, después de enfriarla por completo, cortarla en porciones. Deje que la halva se asiente en la nevera durante otros 30 minutos.
Ya está listo para ser servido en su mesa. Disfrútalo con una infusión.
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