“La ciencia es mi pasión y la cocina es mi hobby. Ambas son parte esencial de mi vida”, dice Elvira Saifutiárova.
En su juventud estaba muy interesada en las ciencias exactas y decidió estudiar en el departamento de Química de la Universidad Estatal de Moscú Lomonósov.
Después de sus estudios en Moscú y algunos trabajos fuera de la academia, en 2017 obtuvo un doctorado en Princeton (EE UU) en Química Teórica y Computacional. Actualmente es investigadora posdoctoral en la Universidad de Yale y entre sus planes está solicitar un puesto de profesora.
Esta frenética actividad académica no le impide hacer pasteles. Elvira, nacida en Dyurtyuli, una pequeña ciudad de la República de Bashkortostán (1.150 km al oeste de Moscú), comenzó a cocinar cuando tenía nueve años.
Actualmente cocina de todo, desde sopas sencillas hasta complicados postres y pan de masa madre. Prepara tanto platos rusos como internacionales. Sorprende a sus colegas de Yale con especialidades tártaras, como los uchpochmacks, una tradicional empanadilla de carne en forma de triángulo.
Sus seguidores de Instagram disfrutan con los pasteles. Una de las técnicas más llamativas consiste en colocar una especie de “celosía” en la parte superior. “Como me gusta entretenerme con rompecabezas y tareas desafiantes, quería probar patrones más complejos. Puedes inspirarte mirando los patrones textiles y en los libros de punto”.
Para darle más contraste a sus pasteles, empezó a colorear la masa. Utiliza remolacha y arándanos en polvo, cacao y té matcha, pero a veces se inclina por unas espinacas o por el zumo de remolacha para lograr el mismo resultado.
“Siempre hago mi masa desde cero, lo que me da la oportunidad de controlar la lista de ingredientes”, dice Elvira. Puedo poner trigo entero o harina sin blanquear en lugar de harina de trigo blanqueada o añadir más o menos azúcar y elegir rellenos dulces y naturales, como bayas y frutas”.
La repostería decorativa es un hobby para Elvira, una forma de relajarse. “Algunas personas ven películas después del trabajo; yo hago pasteles. Como mi trabajo implica programar y realizar otras actividades con mi portátil, prefiero relajarme cocinando, haciendo senderismo o practicando deporte”.
Algunas de las tartas de Elvira están inspiradas en la naturaleza y tienen ardillas, búhos y otros animales. Quizá se debe a que pasara su infancia en una zona rural, donde ayudaba a su madre con la jardinería y a su abuela con el ganado.
“A menudo uso la masa de la misma manera que los niños usan la plastilina cuando crean figuras pequeñas. No uso ninguna herramienta especial, solo mis manos y cuchillos pequeños”, dice la joven.
Diez deliciosos pasteles rusos que tienes que probar al menos una vez en la vida.