Cómo hacer queso en casa de manera fácil

Este queso tradicional de la región del Cáucaso, en el sur de Rusia, es fácil de hacer y es ideal para mantenerse sano.

Los caucásicos son bien conocidos por su buena forma física, fuerza y resistencia. Se mantienen jóvenes y saludables hasta una edad avanzada y muchos viven hasta los cien años. El secreto de esta extraordinaria salud y longevidad se encuentra en su dieta.

Tradicionalmente, la gente de Adigueya consume muchos productos lácteos, y el queso ocupa una parte importante. Es un elemento destacado de la cocina circasiana y el nombre del queso deriva de su lugar originario: la república de Adigueya, en el norte del Cáucaso. Este tipo de queso suave no se derrite al hornear o freír y se puede desmenuzar.

El queso adigués llegó por primera vez a Rusia a mediados del siglo XIX, pero fue en la época soviética cuando se hizo popular. En 1980, durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Moscú se suministró queso adigués. Este año también se convirtió en una marca registrada y comenzó la producción en masa. En un artículo sobre el queso adigués publicado en la revista soviética, Industria láctica, se afirmaba que: “Este queso huele a leche fresca y flores silvestres, es un alimento dietético y tiene un alto valor nutricional”.

No es de extrañar que este queso tenga tantas ventajas; al fin y al cabo, las vacas de Adigueya pastan en las montañas del Cáucaso, donde las plantas tienen una temporada de crecimiento más larga, lo que les proporciona un mayor número de vitaminas y microelementos. Todo esto, por supuesto, afecta a la calidad de la leche, y por lo tanto, al queso.

En septiembre de 2009, el queso adigués recibió una denominación de origen y ahora solo las empresas de Adiguea tienen derecho a utilizar el nombre.

Este queso es ideal para mantenerse sano, cuando se combina con una nutrición adecuada y se hace ejercicio. Lo más importante, sin embargo es que es fácil de hacer y es absolutamente delicioso.

Ingredientes para el queso:

  • 1 l de kéfir
  • 4 l de leche entera
  • 20 g de sal

Preparación:

1. Pon a cocer a fuego lento el kéfir en una olla mediana. Retira del fuego y deja que el suero se separe de los pedazos sólidos de la leche. Cuela el líquido de la olla y coloca el suero en un frasco. Dejar reposar el suero a temperatura ambiente durante 2-3 días.

2. Una vez que el suero se haya agriado, prepara la leche. Calienta leche hasta que empiece a hervir a fuego lento en una olla grande. Remueve constantemente. Vete añadiendo el suero gradualmente a la leche y continúe removiendo hasta que el líquido comience a separarse en sólidos y suero.

3. Retira la olla del fuego y deja reposar durante 5 minutos. Prepara un colador con una gasa y un cuenco debajo. Cuela todos los sólidos y presiónalos un poco con una cuchara. Deja reposar 30 minutos.

4. Retira con cuidado el queso de una tela de quesero y echa sal por ambos lados. Coloca de nuevo en la tela de quesero y déjalo reposar en el colador durante 2 o 3 horas, dándole la vuelta cada 30 minutos.

5. Ahora coloca un plato pequeño encima del queso y pon algo pesado encima. Deja el queso en la nevera entre 6 y 12 horas.

La verdad es que se requiere tiempo, pero no fue mucho trabajo para obtener un resultado tan delicioso.

Priyátnogo appetita! 

Si lo que quieres es vivir 100 años... Toma nota de la dieta caucásica.

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