1. ‘Comida rápida’ en restaurantes de alta cocina
El servicio en los restaurantes rusos, especialmente en Moscú, suele ser bastante rápido. Incluso en los restaurantes caros, los camareros a menudo pueden retirarte el plato antes incluso de que hayas acabado de comer. Probablemente no están tratando de hacer que comas más rápido, así que no te ofendas, lo más seguro es que sea una manera de mostrar que están atentos.
2. Lleva tu propia salsa picante
El chile no es un ingrediente habitual de la cocina rusa. Incluso si en el menú se indica que un plato es picante, lo más seguro es que lo sea ligeramente, en el mejor de los casos. “Según mi experiencia, si en un menú ruso se dice que algo es picante, nunca lo es”, dice el británico George. Aconseja ir a comer llevando encima la propia salsa picante, sobre todo si alguien es mexicano o de otras regiones con comida picante.
“Los países del sur suelen tener un clima húmedo y los productos tienden a deteriorarse en esas condiciones. La pimienta, el wasabi, el jengibre y otros condimentos picantes matan las bacterias”, explica Alexander Vólkov-Medvédev, chef del restaurante Ruski. “Por su parte, Rusia tiene un clima frío y estamos acostumbrados a una cocina más neutra, por eso necesitamos menos condimentos. Eso no significa que no los tengamos, siempre puedes pedirle al camarero que te añada algo a tu gusto”.
3. Vino muy caro
Te puedes llevar una sorpresa desagradable con el precio de una copa de vino o de una botella, y no solo en los restaurantes caros. “Si el precio del plato principal es de unos 10 euros, una copa de vino puede costarte lo mismo”, señala el irlandés Tommy. Una botella de vino mediocre puede costar más de 30 o 40 euros. ¡Lo que deberías hacer es beber vodka!
“En Rusia, independientemente del nivel del establecimiento, el precio del vino siempre ha sido alto”, explica Evguenia Kachálova, fundadora de la cadena Vinni Bazar. “El alquiler, los gastos de personal y otros gastos tienen un impacto en el precio final. Y esto no sólo concierne a los vinos extranjeros, sino también a los rusos. Para recuperar el dinero gastado en los equipos, los productores rusos deben fijar precios altos. No teníamos la tecnología, la creamos desde cero. Esto lleva tiempo”.
4. Cachimbas por todos lados
A los rusos les encantan las cachimbas y se incluyen en muchos menús. “Debido a la prohibición de fumar cigarrillos en cafés y restaurantes, ya no hay tabaco en el narguile. Ahora se les llama ‘cócteles de vapor’”, dice Elena Merkúlova, fundadora de la empresa de exposiciones PIR Expo. “Así que la gente sigue fumando. Por supuesto, los gustos cambian, pero esta cultura seguirá estando en boga un tiempo, sobro todo en las regiones”, añade.
5. Los hombres pagan la cuenta
Si un hombre invita a una mujer a un restaurante, lo más probable es que él pague.
“Los extranjeros se asombran al ver lo fuerte que sigue siendo nuestro estereotipo patriarcal. Por eso, si un hombre invita a una dama a salir, se espera que él sea el que pague”, afirma Pável Bogdánchikov, director de Lumberjack Bar. “Obviamente hay mujeres progresistas que quieren pagar por sí mismas cuando van a una cita. Pero realmente no hay muchas”.
¿En qué consiste realmente la cocina rusa? Aquí te sacamos de dudas.