Óblast de Kursk
Esta enorme central nuclear es una visita obligada para los aficionados al turismo industrial. No es fácil llegar hasta allí, pero merece la pena.
La central nuclear más famosa del mundo, la de Kursk, es una de las tres más potentes del país, junto con la de Leningrado y la de Balákovo.
Pero muy pronto se agotará la capacidad de sus unidades de energía: la primera de ellas ya fue clausurada a finales de 2021 y la última está prevista para 2030.
Ya está en marcha la construcción de una nueva planta, la Kursk-2, que entrará en funcionamiento en 2025-2029.
Todavía se desconoce qué ocurrirá con la propia central nuclear de Kursk tras el cierre.
La planta puede ser visitada por universitarios, estudiantes y profesores de universidades especializadas, expertos en la materia y representantes de los medios de comunicación. Para ello, pónte en contacto con el centro de prensa (la mejor manera es llamar por teléfono, los contactos se pueden encontrar en el sitio web) y haz una solicitud. Si no perteneces a estas categorías de visitantes, inténtalo de todos modos. ¿Y si tienes suerte?
El día que puedas visitarla, lleva tus documentos encima y prepárate para ser registrado. A continuación, todos los visitantes serán conducidos al vestuario y se les entregará un uniforme especial. Cámbiate de ropa, deja tu teléfono en la taquilla (no está permitido hacer fotos ni vídeos dentro de la central nuclear: al fin y al cabo, es una instalación restringida) y ¡vete de excursión!
Por supuesto, también están prohibidos los vuelos con drones sobre la planta. Lo sentimos, el pájaro de hierro se queda en casa...
Una cosa buena: la visita es gratuita.