El presidente ruso repasa la situación económica del país.
Mijaíl Metzel/TASS“Rusia no se puede aislar del resto del mundo debido a sus dimensiones y al lugar que ocupa en la política global”, declaraba Vladímir Putin, durante su discurso en el foro de inversión de VTB-Capital “Russia Calling”, celebrado ayer en Moscú.
“En lo que respecta al aislamiento… ¡Si no tienen motores ni gasolina para recorrer todas nuestras fronteras! ¡¿Qué aislamiento puede haber cuando hablamos de Rusia?!” — declaraba enérgicamente el presidente en respuesta a una pregunta de la sala sobre la posibilidad de que se introduzcan nuevas sanciones contra Rusia debido a la situación en Siria.
Cualquier restricción en el ámbito de la economía dictada por motivos políticos es perjudicial para todos, declaraba Putin. Aunque no descarta que la economía rusa pueda resentirse por las sanciones occidentales. “Y, ante todo, veo una amenaza en la limitación de la exportación de tecnologías”, declaraba.
Según Putin, en los últimos años se ha conseguido una “estabilidad macroeconómica duradera” en la economía rusa que se refleja en primer lugar en el éxito obtenido por el Banco Central reduciendo la inflación. A finales de 2016 la inflación volverá a alcanzar el índice más bajo de la historia reciente de Rusia y se mantendrá por debajo del 6 %.
“A principios de octubre la inflación ascendía al 6,4 %, mientas que en el periodo análogo de 2015 este índice alcanzaba el 15,7 %”, señalaba. El presidente recordaba que en 2017 el Banco Central tiene el objetivo de reducir la inflación al 4 %.
Otras muestras de la estabilidad son la reducción de la volatilidad de la divisa nacional y el aumento de las reservas internacionales del Banco Central, que a día de hoy se valoran en unos 400.000 millones de dólares. “El 1 de enero de este año las reservas ascendían a 368.000 millones de dólares”, especificaba el presidente.
La entrada neta de inversión extranjera en el sector no financiero durante los primeros ocho meses de este año es tres veces mayor y asciende a los 3.800 millones de dólares, mientras que la salida neta de capital de Rusia es cinco veces menor y se ha reducido de los 48.000 millones de dólares hasta los 9.600 millones de dólares en comparación con el periodo análogo del año pasado.
Sin embargo, Putin considera un gran desafío para el gobierno optimizar el presupuesto e incrementar su eficacia. “Hemos conseguido equilibrar el presupuesto para el año 2017 con un 3 % de déficit, un nivel más que aceptable incluso entre las principales economías del mundo”, declaraba el presidente.
Según Vladímir Putin, congelar la extracción de petróleo en sus volúmenes actuales responde a los intereses no solo de Rusia, sino de la economía mundial en general. “Si los países miembros de la OPEP acuerdan congelar los volúmenes de extracción, nosotros nos uniremos a esta iniciativa”, declaraba Putin, añadiendo que la principal intriga a día de hoy consiste en las cuotas que pactarán Irán y Arabia Saudí.
El presidente aseguraba también que en la actualidad el intercambio comercial de Rusia con los países de Asia y Latinoamérica ocupa únicamente el 28 % de su comercio exterior, pero que “existe una tendencia a mejorar estos índices”.
Rusia está diversificando sus relaciones con los países de la región Asia-Pacífico. Según Putin, la inversión fluye en ambos sentidos, tanto hacia Rusia como desde Rusia a Japón, Corea del Sur, China y los países del Sudeste Asiático. Por ejemplo, en 2016 se ha registrado un incremento del intercambio comercial con Vietnam.
El futuro de la inversión de la economía rusa se encuentra en primer lugar en el ámbito de las altas tecnologías y de la preparación de personal cualificado, declaraba. En su discurso, Putin explicaba que la exportación de tecnologías a nuevos países, actualmente restringida por las sanciones, contribuirá a desarrollar el sector.
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