La OTAN acerca sus tropas a Rusia, pero desea el diálogo con Moscú.
ReutersLa Alianza Atlántica desplegará cuatro divisiones adicionales en Polonia y los países bálticos, tal y como anunció durante la cumbre celebrada en Varsovia la semana pasada. En el marco de este acuerdo, se planea que ya en 2017 se desplieguen un total de 4.000 militares de la Alianza de modo rotativo.
Este hecho no incumple formalmente el acta fundacional del acuerdo Rusia-OTAN firmado en 1997. Por acuerdo de ambas partes, la Alianza militar se compromete a no desplegar “contingentes militares significativos” cerca del territorio de Rusia.
Asimismo, declararon que el componente europeo de la defensa antimisiles de EEUU ha entrado en el nivel básico de preparación para el combate. Ya funcionan conjuntamente la fuerza naval de EE UU en la base española de Rota, España, los sistemas de radiolocalización en Turquía y los misiles interceptores en el territorio de Rumanía.
Los buques de la Fuerza Naval de EE UU continúan llegando al Mar Negro, lo cual muy probablemente provocará una previsible reacción de Moscú. Las partes conversarán de forma oficial durante la sesión del consejo Rusia-OTAN, que tednrá lugar el próximo 13 de julio. La dirección de la OTAN ya ha manifestado su deseo de adoptar una serie de “medidas de confianza”, entre las que se encuentran la activación de sistemas de identificación en los aviones militares de la Alianza y de Rusia y un acuerdo acuerdo para advertir acerca de posibles incidentes en el mar y en el aire. En caso de alcanzarse estos compromisos, se contribuirá a disminuir la tensión en las relaciones.
Pero las tensión persiste. En vísperas de la cumbre, Barack Obama escribió en el Financial Times que la amenaza a la seguridad territorial de Europa proveniente de Rusia es equiparable a las acciones de los terroristas del Estado Islámico. La portavoz de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, respondió que “la OTAN vive en una dimensión político-militar paralela” y que «centra sus esfuerzos en la contención de una inexistente amenaza del Este”.
En opinión del experto militar y vicedirector del Instituto de Países de la CEI Vladímir Yevséiev, desde el inicio de la crisis en Ucrania, entre los ciudadanos de los países miembros de la Alianza, se habla de hacer frente a Moscú, de la misma manera que se hacía en la época soviética.
En su opinión, los resultados de la cumbre son moderadamente negativos para Moscú: podrían haber sido mucho más duros, pero también podían haber sido más suaves. “Oficialmente, proclaman estar preparados para la colaboración, pero en la práctica se lleva a cabo una política ya no de disuasión, sino de intimidación hacia Rusia. Quieren la paz y se preparan para la guerra”, añadió el analista.
Según afirmó el editor en jefe de la revista militar Arsenal Otéchestva, Víktor Murajovski, Rusia no adoptará ninguna medida adicional en respuesta a las acciones y las declaraciones políticas de la OTAN.
“El Ministerio de Defensa se basa en los potenciales militares reales de nuestros socios de la OTAN, y no en las declaraciones de líderes o políticos”, señaló Murajovski.
Como ejemplo de contramedidas ya puestas en práctica, en enero de 2016 el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció la creación de tres nuevas divisiones.
Por otro lado, EE UU y la OTAN pueden empezar a mirar también hacia Asia, en opinión de Yevséiev. “El gobierno de EEUU comprende que, para conservar el liderazgo a nivel mundial, no solo debe reforzar los mecanismos de influencia sobre Europa, sino también trasladarlos a Asia para contener la emergente amenaza china”, señaló Yevséiev.
Según el experto, Washington ya ha establecido una línea de 12 destructores armados con misiles guiados para reforzar la presencia de su fuerza naval en la cuenca asiática del Pacífico.
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