Tres consecuencias directas del ataque terrorista en Bruselas

Cerca del aeropuerto de Bruselas, Bélgica, el 22 de marzo.

Cerca del aeropuerto de Bruselas, Bélgica, el 22 de marzo.

EPA
Los ataques terroristas ocurridos en el corazón de Europa tendránserias consecuencias para el continente, sobre todo en lo que respecta a la política antiterrorista, la crisis de los refugiados, la seguridad de la fronteras de la UE y la política exterior respecto a Siria Oriente Próximo. Rusia puede desempeñar un nuevo papel de colaboración.

Los ataques en Bruselas hacen el juego a la retórica del miedo utilizada por los numerosos escépticos que recelan de la llegada de refugiados. Esta cuestión se ha convertido en un asunto crítico para la UE y ha despertado el debate acerca de las fronteras y la libertad de movimiento, de modo que es muy probable que haya consecuencias en este ámbito tras los atentados. Crecerá el sentimiento en contra de los refugiados y aumentarán las medidas de seguridad. Mientras se repiten las muestras de solidaridad con Bélgica ya se ha aumentado la alerta en numerosos lugares de Europa.

Según un estudio publicado por la consultora internacional Soufan Group, hay alrededor de 470 personas procedentes de Bélgica que se han unido a las filas de grupos yihadistas en Siria e Irak, y en toda Europa esta cifra alcanza las 5.000 personas. Con este sentimiento de rechazo al alza, la UE tratará de tomar “medidas prudentes” respecto a los migrantes procedentes de Oriente Próximo.

Es más, los propios terroristas pueden buscar esta reacción de Europa, ya que saben que estos miedos xenófobos en contra de los refugiados y los musulmanes pueden provocar más caos e inestabilidad en Europa.

La política antiterrorista de Europa

Por otro lado, este ataque en Bruselas afectará de manera inevitable a la manera en la que Europa piensa y diseña su propia estrategia de seguridad. El segundo ataque en cinco meses en una capital europea, en infraestructuras tan sensibles como el aeropuerto y el metro, aumenta la probabilidad que los miembros de la UE se tengan que replantear la estrategia de lucha contra el terrorismo en Oriente Próximo.

El ataque contra Bruselas se puede extrapolar a cualquier ciudad europea. Ahora nadie se siente seguro y es que el bárbaro ataque se ha producido en un momento en el que estaban en funcionamiento las máximas medidas de seguridad.

Tras los atentados de París, Francia intensificó su lucha contra el terror en Siria e Irak: envió fuerzas navales a las costas de Siria y lanzó ataques aéreos contra objetivos terroristas.

El presidente François Hollande fue el primer líder europeo en mostrar públicamente su solidaridad con Bélgica. "A través de los ataques en Bruselas, se ha atacado a toda Europa", dijo Hollande. El primer ministro francés, Manuel Valls dijo que "estamos en guerra. Estamos sometidos a actos de guerra en Europa en estos últimos meses".

Tal y como ocurrió tras los ataques de París, este atentado tiene la capacidad para poder unir a los diferentes miembros de la UE y hacer que incrementen su implicación en Siria e Irak con el objetivo de detener la violencia en la propia Europa. Entonces se habló de la determinación para aumentar la lucha, pero finalmente no se llegó a nada.

Conviene recordar la reacción de Moscú. Tras condenar los ataques y ofrecer sus condolencias, María Zajárova, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, declaró que el doble rasero utilizado por determinados países en la lucha contra el terrorismo tiene lamentables consecuencias. "Uno no puede dividir a los terroristas en buenos y malos, uno no puede 'coquetear' con los terroristas en una región (como el Cáucaso Norte y Oriente Próximo) y esperar que no vayan a otras partes del mundo".

Además, se refirió a los refugiados. "Los refugiados de los estados destruidos de Oriente Próximo no tienen dinero, casa, muchos de ellos perdieron sus familias en los conflictos interminables y no saben adónde ir. Nadie quiso ser responsable por todo esto. Vamos a buscar juntos las razones tras los actos terroristas, elaborar planes e intercambiar información, puesto que todo esto sucede en nuestro continente", comentó la funcionaria, según informa Sputnik.

En estas circunstancias, Rusia va a tratar de reforzar sus intentos para crear una coalición antiterrorista a gran escala con los europeos en contra de los yihadistas en Siria. El  intento de crear una coalición en contra del Estado Islámico con Francia, tras los ataques en París, fracasó, de modo que este es un momento táctico para repetir ese intento.

La mayor vulnerabilidad de Europa hace que en estos momentos sea más proclive a cooperar con Rusia en contra de los grupos islamistas en Siria.

El acuerdo con Turquía y sus consecuencias

Por otro lado, tras el acuerdo entre la UE y Turquía para detener el flujo de refugiados a Europa, no hay duda de que Ankara utilizará estos ataques para negociar un acuerdo más ventajoso con la UE.

Es posible que Turquía pida más dinero o mejores condiciones para que sus ciudadanos viajen a Europa sin visado. Es posible que también critique a Europa por su reticencia a luchar contra facciones del PKK kurdo y los kurdos sirios, que Ankara considera responsable de los recientes ataques terroristas en su territorio. Erdogan ya ha hablado públicamente de su desacuerdo con Europa en relación a la lucha antiterrorista.

Europa se enfrenta a uno de sus periodos más difíciles. Mientras trata las consecuencias de la crisis económica, tiene que gestionar la crisis de los refugiados y el surgimiento de determinados procesos centrífugos. Esta lucha entre la cohesión interna y las amenazas externas provoca que el ataque en Bruselas sea un empujón que bien puede ayudar a Europa a encontrar mayor unidad o, al contrario, debilitarla todavía más.

Alexéi Jlébnikov es editor de Russia Direct y experto en Oriente Próximo.

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