Úglich: Qué deberías ver en la ciudad donde fue asesinado el zarévich Dimitri

Viajes
ALEXANDRA GÚZEVA
En el recodo del río Volga se alza una ciudad que guarda los secretos de la Rusia medieval.

Cómo llegar: se puede llegar en barco por el río Volga desde Moscú (duración del viaje: 2 días) o desde San Petersburgo (8 días), en autobús desde Moscú (4-5 horas) o desde Yaroslavl (2h 45m). También puedes ir en tren desde Moscú o en coche.

La ciudad de Úglich se alza en la “esquina” del Volga. Las aguas del principal río ruso hacen un pequeño recodo en este lugar antes de desembocar en el inmenso embalse de Ríbinsk.

Una breve lista de cosas que deberías hacer en Úglich:

Diamante del Anillo de Oro de Rusia

Úglich se encuentra en la región de Yaroslavl (a 100 km de esta ciudad), a cierta distancia de la famosa ruta turística conocida como el Anillo de Oro, pero sin dejar de ser una parte brillante de la misma.

Casi todas las casas aquí son de madera y, literalmente, a cada paso hay una iglesia o monasterio de increíble belleza.

A la entrada de la ciudad, los turistas son recibidos por pequeñas casas de madera y la Catedral de la Epifanía. Este templo se alza a la entrada del centro de la ciudad y sus cúpulas azules pueden verse desde lejos (por cierto, las cúpulas azules siempre significan que la iglesia está dedicada a la Virgen María).

Se desconoce la fecha exacta de la fundación de Úglich, pero los historiadores creen que se fundó alrededor del año 937. La primera mención en las crónicas históricas data de 1148 (es decir, Úglich se menciona un año más tarde que Moscú) y está asociada a las guerras intestinas entre los príncipes de la Rusia feudal y fragmentada.

Las principales atracciones de Úglich se concentran en el kremlin. Pero aquí no verás las habituales murallas de una antigua fortaleza rusa. Por un lado la ciudad estaba protegida por el profundo y ancho río Volga, y, por otro lado, por un foso lleno de agua.

Ahora, la vida turística de Úglich también gira en torno a este lugar: un mercado de recuerdos, un nuevo malecón con cafés de moda.

Asesinato del zarévich Dimitri

Iván el Terrible tuvo mala suerte con sus herederos. El principal pretendiente al trono -Iván- murió en circunstancias misteriosas (hubo rumores de que fue asesinado por el propio Iván el Terrible, que le golpeó accidentalmente con un bastón. Ilyá Repin fantasea con esta escena en su famoso cuadro).

Otro hijo, Fiódor, tenía fama de ser al menos débil de carácter. Tras la muerte de Iván el Terrible, Fiódor subió al trono, pero los boyardos gobernaron por él.

Pero había otro hijo, el joven Dimitri, su madre fue María Nagáia, con la que el Iván el Terrible no se casó por la iglesia. Por eso el niño y su madre fueron desterrados a Úglich. En el kremlin se conservan los aposentos de los príncipes de Úglich del siglo XV, donde vivieron María y su hijo. A finales del siglo XIX se abrió aquí un museo con antigüedades, que sigue funcionando.

El 15 de mayo de 1591 durante un paseo el zarévich Dimitri fue degollado. Según una versión, fue asesinado por orden Borís Godunov, y, según otra, el zarévich estaba jugando con cuchillos y cayó él mismo sobre un cuchillo en un ataque epiléptico. El asesinato del niño de ocho años provocó el comienzo del Período Tumultuoso: aparecieron dos impostores que se hicieron pasar por el zarévich Dimitri que supuestamente sobrevivió de una forma milagrosa.

En 1681-92 en el lugar del asesinato se construyó la Iglesia de San Dimitri sobre la Sangre Derramada, que fue calificada por el periódico británico The Telegraph como una de las 23 iglesias más bellas del mundo. En el interior de la iglesia hay murales que muestran la escena del asesinato, la matanza de los asesinos por la turba y los disturbios, así como escenas bíblicas de la creación del mundo, algo poco habitual en una iglesia ortodoxa, que suele representar historias del Nuevo Testamento.

La construcción de una central hidroeléctrica y la iglesia que Stalin salvó de la demolición

La especial ubicación de Úglich hizo posible que en la década de 1930 se construyera aquí una de las centrales hidroeléctricas soviéticas más antiguas. Durante su construcción, se sacrificaron muchos monumentos arquitectónicos: varios monasterios e iglesias fueron inundados o demolidos. Pero una iglesia, la de Juan el Bautista, sobrevivió milagrosamente. Fue construida por el rico comerciante Nikífor Chepolósov en 1689, en memoria de su hijo asesinado.

Demoler semejante obra de arte se consideraba una barbaridad incluso en tiempos de Stalin: el plan de la construcción de la central hidroeléctrica fue revisado y finalmente la central se construyó río arriba. Por cierto, el legendario artista Nikolái Roerich tiene un cuadro que representa esta iglesia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la central suministró electricidad a toda Moscú. Hoy su edificio es patrimonio cultural, su tamaño, proporciones arquitectónicas y majestuosa belleza no dejan de sorprender a los visitantes. Cerca hay una esclusa por la que pasan todos los barcos que recorren el río Volga.

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