Cuando Vorkutá obtuvo el estatus de ciudad en 1943, la construcción continuó en la otra orilla del río del mismo nombre, y el asentamiento obrero de Rudnik se convirtió en uno de sus distritos. Sin embargo, quedó aislado del centro de la ciudad, y para cruzar el río había que utilizar un puente colgante (a pie, por supuesto).
A finales de la década de 1980, los habitantes de este barrio empezaron a ser realojados en otros lugares y, a principios de la década de 2000, quedó desierto: los que aún vivían allí recibieron pisos en la ciudad.
Sin embargo, a veces todavía vienen a pasear cerca de sus antiguas casas, que contemplan desde la orilla opuesta.
La mayoría de los edificios no han resistido el paso del tiempo y sólo contribuyen a crear una atmósfera mórbida.
El edificio central con columnas del estilo conocido como "Imperio estalinista" sirvió en su día como sede de la Dirección Geológica. En la década de 1950, delante de la entrada había una fuente con forma de oso, junto con una escalinata y un obelisco.
Imagínate, hace unas dos décadas, aquí todavía bullía la vida.
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