1. El monumento más antiguo tiene 3.500 años
A pesar de que la propia ciudad tiene poco más de 300 años, el monumento público más antiguo de la ciudad son las antiguas esfinges egipcias de granito rosa, de unos 3.500 años de antigüedad. Se descubrieron durante unas excavaciones en la ciudad de Tebas en el siglo XIX, y llegaron a Rusia gracias a Andréi Muraviov, viajero y miembro de la Academia de Ciencias.
Tras la guerra ruso-turca, Muraviov viajó a los lugares sagrados y vio las esfinges. Inmediatamente escribió al embajador ruso en Constantinopla (Egipto formaba entonces parte del Imperio otomano) y le pidió que obtuviera permiso del emperador para comprar las esfinges por 100.000 francos. Como en aquella época Europa y Rusia estaban obsesionadas con la egiptomanía, obtuvo el permiso y las esfinges llegaron a Rusia. Ahora se encuentra en el malecón Universitétskaia.
2. El metro de San Petersburgo es el más profundo del mundo
En Moscú se tarda unos 32 segundos de media en subir a la calle desde casi cualquier estación de metro. Pero en San Petersburgo este tiempo tendrá que multiplicarse varias veces.
Casi todas las estaciones (60 de 67) son profundas. De media, todo el metro está a 70-80 metros bajo tierra, lo que lo convierte en uno de los más profundos del mundo.
San Petersburgo alberga también la estación de metro más profunda de Rusia, Admiraltéiskaia, que se encuentra a 86 metros bajo tierra. Se tarda algo más de 3 minutos en subir por las escaleras mecánicas desde la estación hasta la superficie. Algunas personas sensibles a las fluctuaciones de presión pueden incluso sufrir dolor de oídos durante el descenso hasta Admiraltéiskaia.
3. Se pueden ver auroras boreales
Las auroras boreales aparecen sobre las ciudades durante las llamadas tormentas magnéticas, pero es mejor verlas en la naturaleza, ya que la vista puede verse obstruida por las luces de la ciudad. También es posible ver este fenómeno natural en San Petersburgo porque la ciudad es la metrópoli más septentrional del mundo.
4. San Petersburgo tiene las calles más cortas y estrechas de Rusia
La calle más corta de Rusia es Kokushkin pereúlok: su longitud es de sólo 35 metros, se encuentra cerca de las estaciones de metro Sadóvaia y Spásskaia. Y la más estrecha es la calle de Repin con una anchura de sólo 6 metros, se puede llegar desde la estación de metro Vasileostróvskaia.
5. Se necesitan al menos 8 años para recorrer el Hermitage en su totalidad
La colección del Hermitage contiene más de 3 millones de objetos expuestos, y están ubicados en 6 edificios diferentes. Para recorrer este número de salas y exposiciones, una persona necesitaría caminar por el museo de forma ininterrumpida durante 8 años, deteniéndose en cada objeto ¡sólo un minuto!
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