Pavel Kuzmichev
La pequeña ciudad de Zelenogradsk (16.000 habitantes), en la región de Kaliningrado, puede llamarse sin miedo a equivocarse la capital de los gatos de Rusia. Aquí todo está dedicado a estos animales, desde los souvenirs hasta los semáforos.
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Numerosos gatos mostrarán encantados al turista los mejores lugares para hacer fotos (y para comer). ¿Cómo es posible?
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Zelenogradsk (Krantz hasta 1946) es una antigua ciudad turística a orillas del mar Báltico. A los gatos les suele gustar instalarse en este tipo de ciudades costeras, más cerca de pescadores, peces y veraneantes. Pero es en Zelenogradsk donde se han convertido en una verdadera atracción.
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Según la leyenda, en la antigüedad los gatos salvaron a la ciudad de los roedores que destruían las reservas de alimentos y propagaban enfermedades. Y cuidar de los gatos callejeros es un agradecimiento de los lugareños.
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Los gatos siempre han vivido aquí. Pero la ciudad en sí se convirtió en la "capital de los gatos" hace relativamente poco. Todo empezó con el museo Murarium en la antigua torre de agua de 1905. En 2012, la residente local Irina Klochkova decidió hacer una sala de exposición para su colección de figuritas de gatos en la torre vacía.
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El museo también alberga gatos reales, el principal es Semión Semiónovich, un gato pelirrojo. Se convirtió en el prototipo de los primeros recuerdos del museo. El Murarium se hizo muy popular entre los turistas, y pronto hubo un gran número de todo lo "gatuno" en la ciudad.
Una vez aquí, la gran cantidad de grafitis en las casas con forma de gato le llamará inmediatamente la atención. Las tiendas de recuerdos venden a cada paso llaveros, imanes y chucherías con dibujos de gatos.
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En la calle central, Kurortni Prospekt, hay minibancos para gatos, semáforos con gatos y máquinas expendedoras donde comprar comida para ellos. En la administración municipal hay incluso un puesto de chef de gatos, un cuidador de gatos. Entre sus tareas está alimentar y cuidar a los animales.
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Los turistas que quieran cenar en la terraza de cualquier cafetería no tendrán que hacerlo solos. A los gatos locales no les importará compartir la comida con usted.
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Por cierto, también hay muchos perros en la ciudad, pero son neutrales con los gatos. Nadie se hace daño.
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