Para ser francos, es una experiencia aburrida. Es muy probable que ni siquiera se pueda ver ningún detalle, ya que la iluminación no ayuda mucho. Y no es posible quedarse mucho tiempo, ya que está prohibido detenerse, aunque sólo sea unos segundos, mientras se hace un círculo alrededor del sarcófago de cristal a prueba de balas en el que yace el cuerpo de Lenin, porque la seguridad le pedirá inmediatamente que se marche. A pesar de ello, muchas personas que visitan la capital siguen decidiendo visitarlo, así que les preguntamos por qué.
¿Cómo acabó Lenin allí?
La salud de Lenin empezó a deteriorarse en 1922, debido a una arteriosclerosis cerebral y, en 1924, el revolucionario murió. Al principio, nadie pensó en conservar su cuerpo durante tanto tiempo y sólo fue embalsamado para una despedida pública. Seis días después de la muerte de Lenin, cuando terminó la despedida, se construyó un mausoleo de madera para enterrarlo, pero la gente seguía llegando y llegando. Gracias al médico Alexéi Abrikósov, que embalsamó al líder, el cuerpo se conservó bien, por lo que el gobierno decidió aplazar el funeral.
El mausoleo de madera se construyó apresuradamente, y en la primavera de 1924 se decidió construir una nueva tumba. Al mismo tiempo, empezaron a aparecer los primeros signos de descomposición. Los altos cargos del Partido tuvieron que pensar en una forma digna de enterrar a su líder. El 5 de marzo, finalmente llegaron a la conclusión de que sería mejor preservar el cuerpo para las generaciones futuras y, a finales de julio, dos químicos llamados Vladímir Vorobiov y Borís Zbarski habían terminado de trabajar en un tipo experimental de embalsamamiento a largo plazo. Mientras se embalsamaba de nuevo el cuerpo de Lenin, el arquitecto Alexéi Shchusev construyó un nuevo y mejor mausoleo, aunque todavía de madera. El mausoleo de granito que se puede ver hoy en la Plaza Roja no fue construido hasta 1930, por el mismo arquitecto. Nadie sabía cuánto duraría el cuerpo de Lenin, pero aquí estamos. 99 años después, el mismo cuerpo yace en la tumba.
Desde la disolución de la URSS, muchos abogaron por un entierro estándar del cuerpo de Lenin, diciendo que no representa a la Rusia moderna y sus nuevas ideas y valores que nada tienen que ver con el comunismo. Sin embargo, hasta ahora no se ha tomado ninguna decisión sobre su cuerpo.
"Los valores de la nación" y la historia común
Imdre Wanof, de Indonesia, cree que la experiencia es mucho más profunda de lo que parece, y no se trata sólo de ver el cadáver: "Como estudiante interesada en historias globales y culturas diversas, quería conocer de primera mano el lugar donde está enterrada una de las figuras más influyentes del siglo XX. Además, la arquitectura y la solemnidad de estos lugares a menudo proporcionan una visión única de los valores de la nación, sus relatos y la forma en que conmemoran a sus líderes. Visitar estos lugares históricos me ayuda a comprender y apreciar mejor el rico entramado histórico de Rusia". En opinión de Imdre, el mausoleo no puede ser aburrido.
Una pareja de chinos, por su parte, dijo que decidieron visitarlo más o menos por la misma razón. Rusia y China comparten una historia común en relación con el comunismo y Lenin fue un gran líder revolucionario. En cuanto a la experiencia en sí, admitieron que no fue nada especial, pero lo hicieron para conocer este lugar lleno de historia... y no se arrepintieron de esperar en la larga cola.
Ataturk da ejemplo
Deniz, de Turquía, estaba en Moscú de viaje de negocios y decidió visitar el mausoleo, pues cree que Lenin fue una figura importante de la historia. También leyó mucho sobre él y, de hecho, dice que le gustó su visita y que recomendaría a sus amigos que fueran también. Al mismo tiempo, cree que sería mejor trasladar el mausoleo, para que no esté en la plaza principal del país, como ocurre en su tierra natal. El mausoleo de Ataturk en Ankara está situado bastante cerca del centro de la ciudad, pero no en la plaza principal Kizilay.
Berke, compatriota de Deniz, nos contó que era su segunda visita a Rusia y que las dos veces había visitado el mausoleo. La primera vez fue sola y, ahora, quería enseñar el país a su marido y sus hijos. Admitió que el mausoleo en sí no fue una gran experiencia, ya que no hay nada especialmente interesante en él, pero considera a Lenin una figura histórica muy importante. Y, al fin y al cabo, es algo que se hace cuando se visita Moscú.
Para ser justos, no todos los turistas incluyen el mausoleo en su lista de lugares que visitar: nos encontramos con dos chicas de Dubái que, como pensábamos, se dirigían al mausoleo. Pero resultó que no sabían en absoluto qué era ese edificio. Era el primer día de su primera visita y sólo querían ver el Kremlin de Moscú y la Plaza Roja.
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