Durante gran parte de los siglos XVII y XVIII, la pequeña ciudad de Verjoturie fue el principal punto de tránsito de la Rusia europea a través de los montes Urales hacia los vastos dominios siberianos. Situada en la cuenca alta del río Turá, a unos 180 kilómetros al norte de Ekaterimburgo, la pequeña ciudad de Verjoturie desempeñó un papel fundamental en la extensión de la autoridad rusa hacia el este durante ese período.
En el verano de 1909, el químico y fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski (véase el texto del recuadro más abajo) visitó Verjoturie en el primero de sus viajes a los Montes Urales. Mi primera visita a esta zona ocurrió nueve décadas después, a finales del verano de 1999. Desafortunadamente, los negativos de vidrio originales de sus fotografías de esta visita no se han conservado, pero las impresiones de contacto monocromáticas de sus álbumes que se encuentran en la Biblioteca del Congreso nos permiten ver estas notables imágenes.
Puerta de entrada a Siberia
El río Turá no es grande para los estándares rusos (alrededor de 966 kilómetros de largo), pero sin embargo es un enlace esencial desde la cuenca oriental de los Urales hasta la gran cuenca del río Ob-Irtish en Siberia. Con la fundación de Tobolsk en 1585 en el río Irtish, Rusia ganó un puesto estratégico en Siberia occidental.
En 1595 el zar Fiódor, hijo de Iván el Terrible, anunció la búsqueda de nuevas rutas hacia Siberia. El Turá, que desemboca en el río Tobol al sur de Tobolsk, resultó ser la elección lógica. Poco después, Artemi Babinov, un campesino libre de Solikamsk, abrió un camino a través de los Urales desde Solikamsk hasta el río Turá.
En un corto período de dos años, el camino de casi 241 kilómetros de longitud se convirtió en la principal ruta que conducía al nuevo asentamiento fortificado de Verjoturie, fundado en 1598. Ese mismo año se construyó en el fuerte una Iglesia de la Trinidad hecha de troncos, una de las primeras iglesias en territorio asiático de Rusia.
A finales del siglo XVII, Verjoturie fue designado como principal punto de aduana para el acceso a Siberia. Este estricto control de los movimientos hacia y desde Siberia permitió al estado mantener sus ingresos mediante impuestos sobre bienes como las pieles, especialmente la muy valorada marta cibelina. De hecho, el escudo de la ciudad de Verjoturie, confirmado oficialmente en 1783, muestra a uno de estos animales, en posición erguida.
El primer monasterio en el este
Durante los primeros 100 años de su existencia, Verjoturie consistía en una serie de edificios de troncos, pero a principios del siglo XVIII fue testigo de la reconstrucción en ladrillo de su fortaleza, situada sobre el río Turá en un enorme afloramiento llamado Roca de la Trinidad en honor a la Iglesia de la Trinidad. Este conjunto central se convirtió en un símbolo de autoridad, con una decoración de ladrillo que recordaba al Kremlin de Moscú.
A medida que las instituciones estatales rusas se expandieron por Siberia, también lo hizo la Iglesia Ortodoxa, que simbolizaba la autoridad de Rusia sobre este enorme territorio. En 1604, menos de una década después de su fundación, Verjoturie fue testigo de la construcción del primer monasterio en el territorio asiático de Rusia. Dedicado a San Nicolás, este monasterio se convirtió en un punto importante para la actividad misionera en toda Siberia.
Su fundador fue un monje llamado Jonás de Poshejonie, que solicitó a Moscú en 1602 el permiso para crear una comunidad monástica. Con el inicio de la agitación social generalizada en el Periodo Tumultuoso, nada se inició hasta que Jonás hizo una petición directamente al zar Borís Godunov. La aprobación fue concedida, y una iglesia de troncos dedicada a San Nicolás fue erigida en 1604.
Poco se sabe del primer siglo de existencia del monasterio, sin embargo, a principios del siglo XVIII, alcanzó una gran fama por su asociación con un santo ascético conocido como Simeón de Verjoturie (ca. 1607-1642). Los padres de Simeón presumiblemente perecieron durante la época de los disturbios en el centro de Rusia, y en 1620 el joven huyó a los Urales, donde encontró refugio en los bosques cerca de Verjoturie. Según el relato de su vida recopilado a finales del siglo XVII, Simeón se dedicó a una vida de oración y ascetismo ayudando a los campesinos empobrecidos de las aldeas vecinas. También trabajó entre los indígenas mansi. A finales del siglo XVII, fue venerado como protector de toda la región de los Urales y conocido como el Obrero Milagroso de Verjoturie.
El "santo del pueblo"
San Simeón murió en 1642 en el pueblo de Merkushino, pero en 1704, sus restos (reliquias sagradas) fueron llevados al Monasterio de San Nicolás. La llegada de las reliquias marcó un punto de inflexión en la historia del monasterio. En 1712, comenzaron los trabajos de reconstrucción de la iglesia de San Nicolás en ladrillo para proporcionar un depósito apropiado a las reliquias de San Simeón. La falta de recursos retrasó su consagración hasta 1738. Modificada frecuentemente en el siglo XIX, la estructura, visible en la fotografía de Prokudin-Gorski, fue demolida en 1936. Fue reconstruida en forma más pequeña en 1998.
Las reliquias de San Simeón, el “santo del pueblo”, atrajeron a un número abrumador de peregrinos a la iglesia de San Nicolás, y se concedió permiso para construir otro santuario, dedicado a la Transfiguración del Salvador. Iniciada en 1821 y consagrada en 1834, la Catedral de la Transfiguración fue diseñada en estilo neoclásico por Piotr Vasiliev, el arquitecto oficial de la Provincia de Perm. En la década de los años 30, su gran campanario, visible a la vista de Prokudin-Gorski, fue demolido, y el edificio se convirtió en un pabellón de deportes. El campanario fue reconstruido tras el regreso de la iglesia a su uso activo en el decenio de 1990.
Poco después de la finalización de la Catedral de la Transfiguración, se propusieron planes para una nueva iglesia sobre la Puerta Santa, la entrada principal del monasterio, dedicada a los Santos Simeón y Ana, la iglesia de la puerta se construyó finalmente en 1855-1856 en un diseño extravagante y ecléctico.
Una catedral notable
La estructura más grande del Monasterio de San Nicolás, y una de las iglesias más grandes de Rusia, es la Catedral de la Elevación de la Cruz. Su construcción se inició en respuesta al creciente número de peregrinos atraídos por las reliquias de San Simeón. Incluso la ampliación de la Iglesia de San Nicolás en 1864 resultó ser poco adecuada para acoger a los peregrinos, sobre todo después de que el zar Nicolás II y su familia se interesaran activamente por el culto del santo. A principios del siglo XX, el número anual de peregrinos alcanzó los 60.000.
Las autoridades eclesiásticas decidieron erigir una gran catedral dedicada a la Elevación de la Cruz y diseñada por el célebre arquitecto de Perm, Alexánder Turchevich, que combinaba elementos bizantinos con elementos románicos. La parte oriental de la estructura se ajusta al plan centralizado ortodoxo, mientras que la parte occidental tiene pasillos extendidos típicos de la arquitectura eclesiástica occidental.
De enorme tamaño (casi setenta metros de longitud), la construcción de la catedral se inició en 1905 y se completó sólo en 1913. Los trabajos en el interior continuaron después hasta 1917. Tras la muerte de Turchevich en diciembre de 1909, la construcción fue supervisada por Iván Kuroedov. La fotografía de Prokudin-Gorski de 1909 muestra la parte oeste de la catedral cubierta de andamios. Por curiosa coincidencia, mi fotografía de 1999 muestra la cúpula principal cubierta por un andamiaje de restauración.
Un tesoro perdido
La magnífica ingeniería aplicada en la la catedral permitió un interior brillantemente iluminado y capaz de albergar a miles de fieles. Entre los tesoros de su interior se encontraba una pantalla luminosa de iconos de cerámica hecha por la Compañía de Cerámica M. S. Kuznetsov en Moscú. Reforzada por un marco de hierro, la pantalla de iconos abarcaba toda la parte oriental de la catedral, incluyendo el altar principal y los dos altares laterales. El altar izquierdo, o norte, fue dedicado en 1914 a San Simeón, y el derecho fue dedicado en 1916 a la Dormición.
Dichos iconos fueron pintados en planchas de zinc por el taller de Moscú de S. K. Shvarov. Las pinturas murales se limitaban al área detrás del altar principal. Las obras se interrumpieron en 1917 debido a la incertidumbre política y económica que acompañó a la abdicación de Nicolás II, que había sido un importante mecenas del monasterio.
Durante el período soviético, el monasterio de San Nicolás fue cerrado, la iglesia de San Nicolás y el campanario de la Transfiguración fueron destruidos, y la Catedral de la Elevación de la Cruz fue saqueada. En un salvaje acto de vandalismo, el iconostasio de cerámica fue destrozado, y el interior de la catedral, al igual que los otros edificios monásticos, fue reconvertido para ser usado como un centro de encarcelamiento de menores administrado por la NKVD.
En un verdadero milagro de arte restaurador, la pantalla de iconos, con su acristalamiento Art Nouveau, fue recreada a finales de los años 90 usando fotografías de archivo y algunos fragmentos supervivientes de la pantalla de iconos original. Mis fotografías de 1999 muestran los frescos dañados del altar y la pantalla de icono brillantemente restaurada.
En los primeros años del siglo XX, el fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un complejo proceso para hacer fotografías en color. Entre 1903 y 1916 viajó a través del Imperio ruso y tomó más de 2.000 fotografías con este proceso, que implicaba tres exposiciones en una placa de vidrio. En agosto de 1918, abandonó Rusia y finalmente se instaló en Francia con gran parte de su colección de negativos de vidrio. Tras su muerte en París en 1944, sus herederos vendieron la colección a la Biblioteca del Congreso. A principios del siglo XXI, la Biblioteca digitalizó la Colección Prokudin-Gorski y la puso gratuitamente a disposición del público mundial. Muchas webs rusas tienen ahora versiones de la colección. En 1986 el historiador arquitectónico y fotógrafo William Brumfield organizó la primera exposición de fotografías de Prokudin-Gorski en la Biblioteca del Congreso. Durante un período de trabajo en Rusia a partir de 1970, Brumfield ha fotografiado la mayoría de los sitios visitados por Prokudin-Gorski. Esta serie de artículos yuxtapondrá las fotos de Prokudin-Gorski de monumentos arquitectónicos con fotografías tomadas por Brumfield décadas más tarde.
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