Sueño de cualquier aventurero: vieja fábrica de torpedos soviéticos en medio del mar

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NIKOLÁI SHEVCHENKO
Este edificio único se levantó en medio del mar pero poco después fue abandonado.

Se trata de una planta soviética abandonada, una parte de la fábrica Dagdisel, utilizada en su época para hacer torpedos. Ubicada en medio del Mar Caspio, rodeada de agua por todos lados, atrae constantemente a fotógrafos, a los entusiastas del parkour y a los buscadores de aventuras.

Al igual que la famosa cárcel de Alcatraz en EE UU, esta planta soviética está completamente rodeada de agua. Sin embargo, a diferencia de la prisión la planta no fue construida en una isla.

La idea de construir una planta de torpedos en el mar surgió por primera vez en 1934. Se planeó construir una base de cemento en la orilla del mar y luego transportarla y anclarla a una masa de piedras.

Al año siguiente, la base de cemento ya estaba lista. Sin embargo, los ingenieros se dieron cuenta de que la base de piedra artificial que se suponía que reforzaría el fondo marino no sería suficientemente fiable, a menos que perforaran una cavidad adicional en el fondo marino y solo entonces la reforzaran con piedras.

Los ingenieros procedieron entonces a cavar una cavidad de 19 metros de largo y el plan funcionó: la base de ferrocemento se ancló con éxito al fondo marino. Por lo que era posible erigir una fábrica sobre ella. En 1939 terminaron los trabajos de construcción y la planta comenzó a producir torpedos.

Como la nueva fábrica estaba aislada del continente, los trabajadores también tenían que residir allí. Había “barrios residenciales” en este inusual lugar, una cantina e incluso una biblioteca.

Cuando las fuerzas nazis avanzaron hacia el territorio soviético a principios de la Segunda Guerra Mundial, la producción de torpedos fue transferida a Kazajistán, pero volvió a Daguestán en 1944, un año antes de que la guerra terminara.

Desafortunadamente, no duró mucho tiempo. A medida que la tecnología avanzaba, la planta ya no era adecuada para probar torpedos, ya que las aguas que la rodeaban eran demasiado poco profundas.

En 1966 la planta de la fábrica Dagdisel se cerró y su valioso equipo fue retirado. La construcción quedó abandonada en el mar y comenzó a desmantelarse gradualmente.

Hoy en día el edificio en ruinas ya ha pasado su mejor momento, pero sigue atrayendo buscadores de aventuras, entusiastas del parkour así como a fotógrafos y turistas a quienes les gustan los extremos. Es posible acceder a la fábrica en barco, aunque puede ser necesario un esfuerzo para subir al interior, ya que todas las entradas están en malas condiciones.

Sin embargo, este pequeño obstáculo no detiene a los visitantes curiosos y la planta de torpedos soviética abandonada sigue siendo un destino popular en Daguestán.

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