El pueblo llamado Futuro, estancado en el pasado

Viajes
KSENIA ISÁEVA
La vida en esta aldea de 76 personas, que se encuentra entre Moscú y San Petersburgo, fue capturada por el fotógrafo alemán Frank Herfort.

El fotógrafo alemán Frank Herfort ha sentido siempre fascinación por Rusia. Durante cuatro años ha viajado por el país eslavo, capturando momentos extraordinarios de la vida cotidiana.

Búdushcheie (“futuro”, en ruso) es una aldea situada a medio camino entre Moscú y San Petersburgo. Sin embargo, parece que la vida aquí se quedó anclada en el pasado.

Igual que en numerosas ciudades rusas, el alcoholismo, la despoblación y el empleo precario han impactado sobre la vida de la aldea.

El jubilado Víktor Matvéiev viaja en una carreta a la ciudad más cercana para comprar pan. A veces el servicio que trae la comida sobre ruedas no llega debido a la gran cantidad de la nieve.

Cuando hace buen tiempo, los alimentos llegan en coche, por eso no hay mucho donde elegir.

Elena es la paramédica local. Carece de educación superior pero es el único médico en la aldea. Sobre su escritorio hay medicamentos, vendas y papeles. Todo está limpio, pero no hay equipamiento. 

En invierno los habitantes de la aldea hacen un agujero en el hielo y lavan la ropa en el agua helada.

La gente local lleva agua desde un pozo para sus necesidades diarias.

Uno de los problemas en Búdushcheie es común a toda Rusia: la mortalidad supera a la natalidad.

En la década de los 70, la aldea contó con una población de 300 habitantes, mientras que en la actualidad hay solo 76 personas.

La boda más reciente se celebró hace casi 15 años.

Las largas distancias que separan las ciudades y la mala condición de los caminos hacen que, a pesar de su nombre, no haya futuro en esta pequeña aldea ubicada entre las dos ciudades más importantes de Rusia.

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