Dónde hacerte un selfie para que todos sepan que estás en Rusia

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Recuerdos poco convencionales de sitios muy turísticos

1. Las mejores vistas a Moscú

Hacer una foto delante de la Catedral de San Basilio es lo mismo que apoyar la torre de Pisa en Italia o poner la Sagrada Familia sobre la palma de tu mano. Hay otras opciones para hacer una foto “menos turística”.

Sube al bar O2 Lounge que se encuentra en la azotea del hotel Ritz Carlton. Aquí se hacen las fotos todas las estrellas internacionales cuando vienen a Moscú. Desde esta azotea se ven perfectamente el Kremlin, las catedrales, el Museo Estatal de Historia y además, todo está bastante cerca.

Fuente: Foto de prensa del bar O2Fuente: Foto de prensa del bar O2

Solo hay un “pero”: una consumición media en este bar puede salir por 2.500 rublos (35 euros). Si te parece caro pagar este precio por una foto, hay otras opciones: el Puente del Patriarca de la Catedral del Cristo Salvador, el campanario de Ivan el Grande en el Kremlin (se puede subir allí cuando vas de excursión por la zona del Kremlin) y el mirador gratuito situado encima del edificio “Detski mir”.  

2. Los principales destinos turísticos de San Petersburgo

Olvídate de los selfies desde el Hermitage o la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada. Estas imágenes son demasiado triviales. Si quieres obtener una foto más sofisticada, vete a la Plaza del Palacio atravesando el arco del Hermitage, date la vuela y saca allí la foto.

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La isla de Nueva Holanda es otra posibilidad. Es un lugar idóneo para disfrutar del arte y la naturaleza y, como no, para hacer un buen selfie.

3. Un paisaje típico ruso

Un selfie cerca de una iglesia blanca con una cúpula en forma de cebolla y rodeada de campos verdes ayudará a tus amigos a adivinar dónde estás. La Iglesia de la Intercesión del río Nerl es una de las imágenes más reconocibles del Anillo de Oro.

Fuente: Lori/Legion-MediaFuente: Lori/Legion-Media

Para llegar hasta allí, primero hay que pasar por Vladímir (a 225 kilómetros de Moscú), luego llegar a Bogoliúbovo (a 10 kilómetros de Vladímir) e ir andando un par de kilómetros hasta la iglesia. Pero el viaje vale la pena.

4. Entre los monumentos de madera

Solo en Rusia saben cómo construir las iglesias de madera con un hacha y sin clavos. El monumento arquitectónico Kizhí Pogost protegido por la Unesco, se encuentra en una isla en el Lago de Onega (a 716 kilómetros de Moscú). Este museo al aire libre está abierto al público todo el año. Pero si pretendes hacerte un gran selfie es mejor que vayas en verano. En esta época del año se organizan aquí muchos festivales dedicados a la cultura del Norte de Rusia.

Fuente: RIA Novosti/O. PoleshchukFuente: RIA Novosti/O. Poleshchuk

Otra opción es ir a un pueblo lleno de casas de madera que fueron construidas por un arquitecto moscovita. Este museo de arquitectura se llama Vitoslávlitsi y se encuentra en las afueras de Veliki Nóvgorod (a 538 kilómetros de Moscú). Si haces un selfie aquí, te garantizamos sin ninguna duda que triunfarás en las redes sociales.

5. En el lago Baikal

Jugar al hockey sobre hielo del lago Baikal es una experiencia inolvidable y será todavía más inolvidable si consigues sacarte un selfie mientras practicas este deporte a -20º. El lago Baikal en invierno es algo realmente fantástico y el hielo queda espectacular en las fotos.

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Además, con este frío evitarás enfrentarte a los legendarios mosquitos siberianos (que molestan mucho en verano) y además podrás probar la pista de patinaje más grande del mundo.

6. Llegar al fin del mundo

Vladivostok, por un lado, se parece mucho a otras ciudades de Rusia pero, por otro, no se parece en nada: aquí está de moda la comida asiática y la gente va a China a pasar el fin de semana. Para traerte un buen selfie desde el “San Francisco ruso” tendrás que subirte a la plataforma donde se encuentra el monumento a Cirilo y Metodio. Desde allí se disfruta de una vista preciosa al puente y la bahía Zolotói Rog (Cuerno de oro, en español). Aquí apenas pasan turistas y puedes agitar tu palo selfie tanto cuanto quieras, hasta encontrar la postura idónea para pulsar el botón.

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Un consejo: si no hace buen tiempo durante el día, sube al mirador por la noche. La puesta de sol sobre el mar y las luces de la ciudad harán que tu selfie sea más impresionante.

7. Un palacio romántico

El mirador “El nido de golondrina” situado cerca de Yalta, en Crimea, debe su fama a un fabricante de origen alemán, Pável Shtéingel, al que le gustaba pasar sus vacaciones en Crimea y que decidió construir un palacio romántico a principios del siglo XX. El edificio tenía que parecerse a uno que había visto cerca del río Rin.

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Una vista impresionante del “Nido de golondrina” se puede disfrutar desde el mar cuando vas en una lancha que sale del malecón de Yalta. 

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