Se celebran incursiones de las Fuerzas Espaciales con ayuda de creyentes.
Said Tsarnaev/RIA NovostiUn grupo de soldados de las fuerzas especiales rusas llevó a cabo una incursión de 100 km en lugares de naturaleza salvaje dirigidos por miembros de una comunidad local de antiguos creyentes. El inusual experimento finalizó el pasado 27 de julio en Siberia.
Los últimos cinco días del curso de 30 días de preparación de las fuerzas especiales transcurrieron por una ruta de gran complejidad a lo largo del río Maly Yeniséi, en la república de Tuvá, una alejada región rusa limítrofe con Mongolia.
Los antiguos creyentes siberianos, que viven aislados y reniegan de muchos aspectos de la vida moderna, transmitieron a los soldados sus habilidades de orientación en las zonas despobladas de montaña más profundas e instruyeron a los soldados en la consecución de alimentos en la taiga.
No obstante, las tradiciones de los antiguos creyentes dificultaban la tarea de buscar alimento. “Tienen prohibido cazar presas con patas, como las liebres o los osos, y se permite la carne de animales con pezuñas. Sí que pueden comer aves forestales y peces, frutos secos y bayas”, aclara el servicio de prensa del Distrito Militar Central.
A cada miembro de la expedición militar se le entregaron cinco cartuchos por si acaso se encontraban un oso en su camino. No obstante, durante los cinco días de marcha por estas zonas salvajes no se produjo ningún encuentro con animales peligrosos.
Para organizar la incursión, los soldados del Distrito Militar Central se pusieron de acuerdo previamente con los miembros de una comunidad local de antiguos creyentes, informaba TASS.
La colaboración experimental entre los militares y los religiosos ha sido muy útil a la hora de reforzar las habilidades de supervivencia en estos lugares. “Durante la preparación nos topamos con un problema: nuestros instructores no cuentan con habilidades suficientes de supervivencia en zonas de taiga de alta montaña. Para mejorar la preparación militar de los instructores, primero hemos trabajado con antiguos creyentes”, cita TASS al comandante de las tropas del Distrito Militar Central, el general coronel Vladímir Zarudnitski.
Aunque la comandancia se ha declarado satisfecha con el experimento, los representantes del Distrito Militar Central por ahora no han confirmado si esta formación entrará en el programa estándar de preparación de soldados.
Los antiguos creyentes siberianos viven de forma aislada, llevan más de tres siglos conservando las costumbres y tradiciones de sus antecesores. En las comunidades tratan bien a los visitantes, aunque no los invitan a sus casas. Los hombres llevan barba y las mujeres se cubren la cabeza con un pañuelo. Escogen a sus cónyuges entre las familias de antiguos creyentes. Observan el ayuno de forma rigurosa. Son muy selectivos en la comida y la bebida, tomar té o café se considera un pecado. No fuman ni beben alcohol.
De entre los últimos avances de la civilización, han adoptado recientemente los teléfonos móviles y solo unos pocos tienen internet. Sin embargo, en el curso superior del río Mali Yeniséi, donde terminan los caminos, viven familias cerradas a los visitantes que siguen rechazando el uso de los objetos de la vida moderna.
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