En la segunda mitad del siglo XX, en pleno apogeo del progreso técnico, muchos jóvenes especialistas que se habían graduado en las universidades, al llegar a los equipos de diseño por encargo, se quedaron rezagados en el desarrollo de grandes proyectos. El joven ingeniero Rolán Martírósov (creador, décadas después del Su-34 ‘Patito infernal’), que entró a trabajar en la oficina de diseño de Pável Sujói, organizó un grupo de iniciativa de jóvenes ingenieros para desarrollar y diseñar un nuevo avión perfecto para la Unión Soviética. El grupo estaba formado por 10 ingenieros y diseñadores.
El Shkval-1A era un avión de despegue vertical con una disposición de alas en forma de X y un plano de cola horizontal delantero de giro completo. En las puntas de las alas se instalaron carenados con depósitos de combustible internos y amortiguadores para el aterrizaje “por la cola”.
Un concepto parecido, era el del estadounidense Convair XYF-1 ‘Pogo’, que como en el caso del avión soviético, nunca llegaría a la producción en serie.
Otro proyecto similar fue el francés SNECMA Coléoptère.
El piloto del avión recibió un asiento giratorio, que le permitía estar en una posición cómoda durante el despegue/aterrizaje. Por primera vez, se ofrecieron mandos de control colocados en los laterales de la cabina para controlar el avión.
Jóvenes especialistas inventaron nuevas soluciones técnicas durante el desarrollo del proyecto del avión Shkval-1A, que tenía un tipo de despegue/aterrizaje fundamentalmente nuevo, de las cuales más de dos docenas fueron reconocidas como inventos. Todas ellas fueron posteriormente ampliamente utilizadas en la creación de nuevos aviones y misiles.
Se les asignaron fondos para el desarrollo de un diseño preliminar con la construcción de una maqueta del avión a escala real. Después de presentarla a los especialistas de los departamentos de la rama para proporcionar los resultados a la NTS del Ministerio de Industria Aeronáutica.
Los jóvenes talentos tardaron sólo seis meses en cumplir sus tareas. El proyecto les permitió adquirir una experiencia inestimable, tomar decisiones independientes y resolver colectivamente los problemas técnicos más complejos. Se comunicaron con representantes o jefes de departamentos, fábricas e institutos.
El modelo terminado fue muy apreciado por los pilotos de prueba. Les gustaron especialmente las prestaciones de la cabina y el original control del avión. A lo largo de toda la creación del proyecto, los chicos contaron con la ayuda de especialistas de TsIAM, TsAGI, LII, oficinas de diseño relacionadas, academias e institutos. Por lo tanto, no es de extrañar que en la fecha prevista, el proyecto, que recibió una buena acogida por parte de los representantes de los departamentos de la industria, fuera presentado a los expertos científicos y técnicos del Ministerio.
En agosto de 1963, los promotores del “Shkval-1ª” defendieron con éxito el proyecto en la NTS del IAP. Y aunque la discusión del proyecto fue bastante acalorada, los jóvenes especialistas defendieron valientemente sus ideas.
Como comentan en Topwar.ru, es una lástima que todo esto ocurriera en aquella época. La voluntad política de los dirigentes soviéticos “estrangulaba” la construcción de aviones y los nuevos proyectos aeronáuticos. La cúpula de la Unión Soviética consideraba inoportuna la creación de un nuevo avión de diseño original, pero el proyecto en sí fue evaluado bastante bien. Todo el equipo que desarrolló el Shkval-1A recibió certificados al mérito del Comité Central del Komsomol.
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