Las inundaciones siempre han sido la amenaza más importante para San Petersburgo. Ahora, la ciudad está protegida por una presa, que se construyó a lo largo de 30 años.
Los errores en la construcción de una estructura hidráulica de protección podrían haber sido fatales. Por eso, en Leningrado crearon en 1983-1984 un modelo hidráulico general del delta del Nevá y la bahía del Nevá a escala 1 a 500. En condiciones de laboratorio, los ingenieros escenificaron situaciones de inundación, controlaron las corrientes y las olas, comprobaron la velocidad de los flujos de agua y las caídas de presión.
La maqueta ocupaba unos 6.000 metros cuadrados. Se colocó en una piscina gigante con una superficie total de unos 8.000 metros cuadrados. El trazado estaba equipado con 200 sensores sensibles. Durante la simulación de la inundación, se suministró agua del Golfo de Finlandia a una velocidad de 2.000 litros por segundo.
Pero no todos los ciudadanos vieron con buenos ojos la idea de construir una presa. Por ello, el acceso a la maqueta se abrió a todos los interesados. Se invitó a los espectadores a subir al puente sobre la “zona de agua”, donde se les mostró el aparato en acción.
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