Cuando los Mig-21 cubanos liberaron, sin un solo tiro, un mercante retenido en República Dominicana

Dominio público

En septiembre de 1977 unos buques pesqueros cubanos que navegaban por las aguas de la República Dominicana fueron detenidos por las autoridades de ese país, ante las sospechas de espionaje. Fidel Castro, herido en su amor propio, decidió entonces dar una lección a los dominicanos, y para ello usó un escuadrón de cazas soviéticos MiG-21.

Los dominicanos acusaban a las tripulaciones cubanas de violar sus aguas territoriales y pretendían por ello procesar a los pescadores. Estos a su vez argumentaron que navegaban en aguas internacionales cuando fueron obligados a cambiar de ruta por la marina dominicana, e internados en Puerto Plata. En el incidente, dos P-51D Mustang sobrevolaron los barcos cubanos.

Dos aviones P-51 dominicanos escoltan a un DC-3 del mismo país.

Como señala Periódico cubano, el gobierno dominicano de Joaquín Balaguer sospechaba que aquellos supuestos pesqueros estaban en misiones de espionaje, mientras el líder cubano, Fidel Castro, se tomó el asunto como una verdadera ofensa personal y una provocación “anti-cubana” y “pro-imperialista” que no estaba dispuesto a aceptar.

Fidel Castro mantuvo el 8 de septiembre de 1977 una reunión secreta en el ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR), con el jefe de la Defensa Antiaérea de las FAR (DAAFAR), general Francisco Cabrera, el Jefe de la Brigada de Cazas de San Antonio, teniente coronel Rubén Martínez Puente, el sustituto del Jefe de la DAAFAR, coronel Rafael del Pino, héroe de la guerra de Angola que años más tarde, tras ser ascendido a general, desertaría con su familia a los Estados Unidos a bordo de una avioneta.

Fidel explicó a sus subordinados que el gobierno cubano no toleraría afrentas al honor del país y de sus ciudadanos, por lo que (sin renunciar a los esfuerzos diplomáticos) optó por dejar claro que las cosas no se quedarían así y que los pescadores no serían abandonados a su suerte.

“¡Me las van a pagar! ¡Estos dominicanos me las van a pagar!” exclamó Castro.

Fidel Castro

Una demostración de fuerza

Como muestra de músculo ante el gobierno dominicano y con la idea de conseguir la liberación de los pescadores prisioneros, Fidel ordenó a un escuadrón compuesto por 12 MiG-21bis (como recuerda Diario libre, los más versátiles y potentes aviones de la FAR ) efectuar un vuelo rasante sobre la ciudad de Puerto Plata, al norte de República Dominicana. Había que simular un ataque sobre esa ciudad para recordar que los MiG-21 cubanos eran capaces de llegar hasta allí cuando considerasen oportuno.

MiG-21 cubano

Si en un plazo de 24 horas tras la “visita” aérea cubana los dominicanos no liberaban el buque, los aviones cubanos realizarían nuevas misiones y bombardearía las unidades militares dominicanas en Santo Domingo, Puerto Plata y Santiago de los Caballeros.

Cada MiG-21bis llevaría en este primer vuelo un tanque adicional de combustible de 800 litros y cuatro misiles térmicos K-13 (AA-2). En caso de una segunda misión de ataque real, la División Oriental de la DAAFAR les situaría el armamento y los MiG-21 llevarían bombas FAB-250 y FAB-500, de 250 y 500 kg respectivamente, y los letales racimos de cohetes S-24.

Un caza MiG-21F-13 de la Fuerza Aérea Cubana con misiles K-13.
Voyénnoie obozrenie

Para confundir a las tropas estadounidenses ubicadas en la base naval de Guantánamo se ordenó un ejercicio militar a gran escala que haría parecer el movimiento de los MiG-21 como un proceso meramente accesorio.

Para no involucrar a la Unión Soviética en el conflicto, decidieron eliminar de todo el armamento suspendido y los tanques de combustibles toda escritura rusa, para que los caracteres cirílicos no pudiesen ser usados como prueba acusatoria contra la URSS.

Los 12 pilotos involucrados en aquella misión fueron: coronel Rafael del Pino, mayor Henry Pérez Martínez, teniente coronel Jorge Villardel, mayor Benigno Gonzáles Cortés, capitán Arnaldo Torres Biart, capitán Manuel Rojas García, capitán Rigoberto Morales, capitán Evelio Bravo, capitán Armando Castellanos, capitán Raúl Hernández Vidal, mayor Pedro Pérez y capitán Díaz.

Operación Pico

En la mañana del 9 de septiembre de 1977, el escuadrón de MiG-21 es reabastecido en Guantánamo, luego de partir de la base de San Antonio.

El vuelo de 580 kilómetros se desarrolló con normalidad, y a 20 km de Puerto Plata los aviones se separaron en parejas para “atacar” a sus objetivos.

La operación consistió en hacer varios pases de vuelos rasantes y conectar la postcombustión para romper la barrera del sonido, un estruendo mayúsculo sobre aquella urbe que rompió cristales y causó pánico entre sus habitantes.

Del Pino realiza un vuelo tan bajo, que su líder Henry Pérez pensó que se tragaría todas las antenas de la ciudad. Pasaron a corta distancia de un hotel, donde los turistas confundidos pensaron que se trataba de una maniobra de estadounidenses.

La misión concluyó con éxito y los MiG-21 regresaron a Cuba tras aterrorizar a la población local y enviar una clara advertencia al gobierno de Balaguer.

Fidel Castro dio un ultimátum de 24 horas a los dominicanos para liberar a los pescadores cubanos, si no bombardearía, esta vez con armamento real, una de las ciudades de ese país. El objetivo escogido había sido la capital, Santo Domingo, específicamente la base aérea de San Isidro.

A las 8:30 a.m. del día siguiente, 10 de septiembre, los MiG-21 de la Fuerza Aérea cubana se encontraban alistados con bombas rusas FAB-500 de 500 kilogramos para despegar hacia la República Dominicana y llevar el conflicto hasta las últimas consecuencias.

Mientras Del Pino esperaba la confirmación para el ataque, llegó un cable cifrado de La Habana que decía: “Barco devuelto. Regresar el circo a casa a las 14:00 horas. Firmado: Senén Casas Regueiros, Jefe del Estado Mayor General”. La operación fue abortada.

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