Rusia presenta una nueva torreta de alto calibre para buques de guerra (Fotos)

Ciencia y Tecnología
NIKOLÁI LITOVKIN
Esta arma con inteligencia artificial para los buques de la nueva era derribará automáticamente helicópteros, misiles e incluso drones de pequeño tamaño.

En 2022, Rusia iniciará la producción en serie de un módulo de combate pilotado por control remoto para buques apodado ‘Narval’, según informan los medios del país. 

“La torreta ya ha superado todas las pruebas de combate y está lista para la producción”, sugieren los medios, citando al director general de la empresa de producción NPO Electro Machine, Igor Afanasiev. La empresa forma parte del monopolio estatal de producción de armas, la corporación Rostec. 

El módulo era una de las muchas posibles incorporaciones de torretas a los acorazados del país. Sin embargo, el ‘Narval’ demostró disparar mejor, costar menos y ser más fácil de manejar en comparación con otros proyectos que se presentaron en las pruebas militares cerradas realizadas por el Ministerio de Defensa en 2021. 

El director general de la empresa productora también afirmó que ya hay varios clientes extranjeros potenciales que estarían interesados en esta arma. Sin embargo, no reveló los nombres exactos de los países dispuestos a adquirirla.

Los expertos militares sugieren que lo más probable es que se trate de países del sudeste asiático, países del Golfo Pérsico e India, ya que cuentan con barcos y acorazados de fabricación rusa y soviética. 

“Los primeros objetivos para su instalación son las posibles embarcaciones militares ligeras rusas para la defensa costera. En el futuro, la torreta se añadirá a barcos más grandes y, potencialmente, incluso a cruceros de batalla rusos del tipo Pedro el Grande”, afirma Alexéi Ramm, analista militar del periódico Izvestia.

La tendencia hacia arma teledirigida con inteligencia artificial

El ‘Narval’ es un módulo teledirigido que está equipado con una ametralladora ‘Kord’ de 12,7 mm. Dispone de cámaras de visión nocturna y diurna, un sistema de seguimiento automático de objetivos, una cámara térmica y un radar para buscar objetivos en su zona de operaciones.

“El módulo ‘Narval’ es otra encarnación de la tendencia a crear sistemas de combate controlados automáticamente. Estamos entrando en una nueva dimensión, en la que el campo de batalla lo libran máquinas en lugar de personas”, afirma Ramm.

Al Ministerio de Defensa le gustan estos sistemas y ha creado todo un departamento para desarrollar y trabajar en tecnologías de inteligencia artificial.

“La cuestión aquí es que tenemos sistemas que gradualmente eliminarán a los humanos del campo de batalla.

Esta es una tendencia del ejército ruso moderno: hacer que el papel del hombre sea mínimo en el campo de batalla. De momento, las armas con inteligencia artificial se colocan en plataformas de orugas y ruedas y ahora también se utilizarán en barcos”, señala Ramm.

Perspectivas en el extranjero

“Hoy en día, hay muchos sistemas de este tipo en el mercado militar. El sistema ruso es bueno, pero no podemos decir que sea mejor que nuestros competidores. Los estadounidenses tienen una óptica y una electrónica excelentes, así como matrices y chips instalados en sus torretas. Nosotros tenemos mejor fiabilidad y potencia de fuego, ya que la torreta se basa en la plataforma de la ametralladora ‘Kord’”, afirma Igor Korotchenko, analista militar y redactor jefe de la revista Homeland Security.

También dijo que la principal razón del éxito de esta torreta es su comercialización: ¿serán nuestras empresas capaces de superar a las estadounidenses y presentar nuestros sistemas teledirigidos a los potenciales compradores mejor que nuestros competidores, o no? 

“Definitivamente será un complemento interesante para la India, los países del sudeste asiático y del Golfo Pérsico, ya que tienen muchas de nuestras armas y estarán interesados en esta tecnología”, añade Korotchenko.

Está previsto que el arma entre en producción en serie en 2022. Los expertos sugieren que, para entonces, el sistema se probará en condiciones de combate en Siria, ya que los ingenieros necesitan datos en tiempo real sobre cómo se comportan los sistemas del arma y la IA en situaciones extremas.

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