Su tarea principal era la recuperación de salinas, y este es el tipo de trabajo en el que se combinan las marchas por las carreteras con el arrastre en el barro y el arado pesado. Es decir, se necesitan tanto orugas como ruedas.
Por lo tanto, los diseñadores hicieron carros de oruga rebajados perpendiculares a las ruedas. Sobre ruedas, podía conducir hasta el lugar de trabajo, bajar las orugas, girar el asiento del conductor del tractor 90 grados y trabajar en el campo. Por cierto, los carros de oruga se podían quitar, y entonces resultaba ser sólo un poderoso tractor de ruedas.
Esta bestia funcionaba gracias motor diésel de 700 CV, siendo su peso de 32.550 kg.
Según Za Rulem un prototipo se probó en las estepas de Kazajistán, pero finalmente se decidió no producirlo en masa.
Sus velocidades máximas de funcionamiento habrían sido, en modo oruga 11 km/h, y con ruedas, 18 km/h.
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