Tres récords mundiales que demuestran la potencia de las armas rusas

Vladímir Gerdo/TASS
Algunos de estos récords no se incluyeron en el libro Guiness, pero quedaron inmortalizados en la historia del armamento, al igual que los nombres de sus creadores.

Los fabricantes de armas rusos siempre han sido famosos por crear algunos de los sistemas de armas más eficaces y fiables del mundo. Algunos de ellos se crearon específicamente para establecer récords mundiales y mostrar el potencial del arsenal del país. 

La explosión de la bomba atómica más potente

El 30 de octubre de 1961, la URSS hizo explotar la bomba de hidrógeno más potente del mundo, con una potencia de unos 58 megatones en equivalente de TNT. La bomba era casi 3.000 veces más potente que la bomba atómica lanzada por EE UU sobre Hiroshima en 1945. Hoy en día, una prueba de este tipo y su efecto parecen horrorosos, aunque, a diferencia del bombardeo de Hiroshima, nadie resultó herido por la explosión. La Unión Soviética consideraba que esta prueba era necesaria para mostrar su poder a los EE UU y evitar conflictos reales.

La explosión demostró la capacidad de los soviéticos de crear las cargas nucleares más potentes del mundo. La prueba condujo a la firma del Tratado de Prohibición de Pruebas de Armas Nucleares en la Atmósfera, en el Espacio Exterior y Bajo el Agua, que prohibía todas las detonaciones de prueba de armas nucleares, excepto las realizadas bajo tierra.

Al principio, la potencia de la bomba soviética era de 100 megatones en equivalente de TNT. Pero después de que los expertos calcularan el impacto de tal explosión en el medio ambiente, se decidió probar la bomba con una carga reducida.

Para llevar a cabo la prueba los ingenieros tuvieron que mejorar el bombardero estratégico pesado Tu-95, ya que la carga nuclear de prueba no cabía dentro del avión. Fabricaron un dispositivo especial que aseguraba la bomba bajo el fuselaje durante el vuelo.

El mando militar también tuvo que reducir la velocidad de caída de la bomba para que el avión pudiera volar con seguridad y la tripulación no sufriera la explosión nuclear. Para ello, los ingenieros añadieron tres paracaídas creados especialmente que disminuían la velocidad de caída hasta 20-25 metros por segundo.

La carga termonuclear se lanzó desde un bombardero estratégico y detonó a 3.700 m de altura. En el momento de la explosión, el avión pudo volar a más de 45 km de distancia, pero aún así pudo ver claramente el hongo atómico.

La explosión no nuclear más potente

El ejército ruso también dispone de la bomba no nuclear más potente del mundo, llamada extraoficialmente “Padre de todas las bombas”.

Fue creada por los militares rusos como un análogo más potente de la GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast estadounidense (llamada extraoficialmente la “Madre de las bombas”). El arma tenía una potencia de fuego de 10 toneladas de TNT y fue utilizada por los estadounidenses durante la guerra de Afganistán en abril de 2017, después de haber pasado décadas sin hacer nada en los arsenales. 

El nombre original del arma rusa es Bomba Aérea Termobárica (TAB) y tiene una potencia de 44 toneladas de TNT. La prueba de esta arma se realizó el 11 de septiembre de 2007. Sin embargo, posteriormente, el arma nunca llegó a utilizarse en circunstancias reales de batalla.

Su poder destructivo es comparable al de las ojivas nucleares. Pero, a diferencia de las ojivas, no deja tras de sí una nube radiactiva, gracias a la llamada “explosión termobárica”.

Su funcionamiento es el siguiente: la “nariz” de la bomba contiene un dispositivo que, al darle cuerda, difunde las sustancias explosivas en el interior del casquillo.

Una vez llegado el momento de la explosión, los aerosoles del interior de la bomba se convierten en una mezcla que es detonada por la mecha.

La bomba crea una onda de choque que en el momento de la explosión crea un vacío sin aire. Debido a este cambio de presión todos los objetos en el epicentro de la explosión explotan literalmente desde dentro, ya sean personas, fortificaciones o cualquier otra estructura defensiva del enemigo.

El arma nunca ha sido utilizada por las fuerzas armadas rusas y se mantiene bajo llave en los arsenales para ser utilizada solo cuando no haya otros medios posibles.

El disparo de francotirador más largo del mundo

El fabricante de armas ruso Lobaev Arms tiene el récord del disparo de rifle de francotirador más largo del mundo. Su SVLK-14S tiene el récord de un golpe preciso a 4.200 m de distancia (es más allá de la línea del horizonte). El récord se estableció en septiembre de 2017. El récord anterior estaba en manos de tiradores estadounidenses, que utilizaron el rifle Extreme Long Range Tactical de HCR con el calibre 375 'CheyTac'.

El arma lleva en la recámara una versión mejorada de un cartucho CheyTac del 408 (10,3 mm) con mayor volumen y velocidad. Es un arma de un solo tiro sin cargador creada especialmente para estos registros de francotiradores.

Está hecha de fibra de carbono, que en realidad es una mezcla de plástico, fibra de vidrio y kevlar. Es una sustancia duradera que se creó para soportar la vibración de un pesado cañón de acero de 900 mm de longitud y la bala más potente del mundo y su retroceso. 

Cada disparo de este rifle puede penetrar un raíl metálico de 3 cm de grosor, por lo que ninguna placa de protección corporal del mundo salvaría a una persona de él.

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