Durante la Segunda Guerra Mundial, entre los cuatro millones de soldados desmovilizados, dos y medio eran discapacitados. Y alrededor de medio millón de ellos habían perdido algún miembro.
Muchos veteranos que se sacrificaron en el frente tenían movilidad reducida, ya que las infraestructuras de la Unión Soviética no daban prioridad a las necesidades de los discapacitados. A falta de un entorno sin barreras, los exsoldados necesitaban un medio de transporte que fuera fácil de conducir, incluso si carecía de una extremidad.
A principios de la década de 1950, una planta de ingeniería de Serpujov (situada en la región de Moscú) fabricó un coche de tres ruedas para ser utilizado por conductores discapacitados. Por su único faro redondo, el vehículo fue apodado “Cíclope” y también “Minusválido”, debido a sus propietarios.
El diseño de este coche distaba mucho de ser estético. Tenía una carrocería diminuta, dos ruedas traseras y una delantera. El solitario faro del coche le daba un aspecto algo torpe. Además, se utilizaba un toldo de lona en lugar de puertas metálicas y techo.
En lugar de un volante, se montó un manillar de motocicleta, lo que permitía a las personas que habían perdido las piernas conducir el vehículo de todos modos. También se hicieron modificaciones adicionales para las personas que solo tenían una mano derecha o izquierda.
Aunque el aspecto de este vehículo provocaba sonrisas ocasionales, los propietarios eran considerados con respeto, ya que la gente entendía que los veteranos discapacitados de la Segunda Guerra Mundial habían sacrificado su salud por proteger al país de los nazis.
Por desgracia, el bajo coste de producción de estos coches también se traducía en una mala experiencia de conducción. El coche se caía a menudo sobre un lado al girar porque la única rueda delantera no proporcionaba un nivel adecuado de estabilidad, especialmente en las curvas cerradas.
“Cuando era niño, mi vecino tenía uno de estos. Recuerdo que lo empujábamos varias veces para arrancarlo. Varias veces lo hicimos retroceder sobre las ruedas. El propietario -una persona discapacitada- era de complexión muy corpulenta y tal vez esa era la razón por la que el coche volcaba cada vez que sus ruedas traseras golpeaban un agujero en el suelo”, comenta un internauta, que comparte sus recuerdos sobre el vehículo.
Además del problema de equilibrio, la primera versión del modelo también tenía un motor débil, que le daba una velocidad máxima de sólo 30 km/h. En consecuencia, subir pendientes pronunciadas era una tarea difícil para el Cíclope.
En 1956, una versión modernizada del vehículo recibió un motor más potente, que mejoró su velocidad total y sus características dinámicas.
La producción del Cíclope cesó en 1958. Durante seis años de producción, se fabricaron un total de 20.000 coches. Dado que el número es comparativamente bajo, es difícil encontrar un modelo superviviente del Cíclope en la actualidad, aunque de vez en cuando aparecen versiones restauradas en el mercado.
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