En la segunda mitad de la década de 1920, el Ejército Rojo necesitaba una nueva pistola militar, ya que el revólver Nagan no era nada eficaz.
Las primeras muestras se hicieron en la década de 1930 por el fabricante de armas autodidacta Fiódor Tokarev. Su creación, denominada TT, era una pistola de 7,62 mm con un cargador de ocho cartuchos.
Pistola TT
Tokarev creó un arma potente, fiable, fácil de mantener y de producción económica. Sin embargo, en su diseño había bastantes soluciones prestadas.
Su automatismo se basa en la energía de retroceso en un recorrido corto del cañón. El bloqueo se lleva a cabo mediante la inclinación en el plano vertical con la ayuda de un “aro” oscilante como el de la Browning y un gatillo que se mueve longitudinalmente.
Los Tokarev proceden de los diseños de John Browning. Pero la gran mayoría de las armas modernas copian de un modo u otro a la Browning.
“Al crear armas, no es necesario reinventar la rueda. La principal tarea del diseñador es tomar esquemas probados y unirlos de la mejor manera posible”, dijo a Russia Beyond Vadim Kozulin, profesor de la Academia de Ciencias Militares.
Sin embargo, la TT tenía sus pros y sus contras. Por ejemplo, fue la primera pistola del mundo con un mecanismo de gatillo completo que se podía desmontar fácilmente como una pieza.
Otra característica distintiva de la TT era que no tenía seguro. Esto supuso un enorme contratiempo, ya que dio lugar a numerosos fallos de tiro y a disparos en la pierna no deseados. Incluso podía caerse al suelo y disparar accidentalmente debido a la ausencia de seguro. Esta fue la principal razón por la que la TT fue cambiada en el ejército por la pistola Makárov.
Sin embargo, esta pistola se ganó el favor de los militares e incluso se convirtió en la principal arma de la mafia rusa tras la caída de la Unión Soviética en los años 90.
Fusil autocargador SVT-40
Tokarev creó este fusil antes de la guerra ruso-finlandesa de 1939-1940. Se trataba de un fusil accionado por gas con un pistón de carrera corta, cargado por resorte, situado encima del cañón y con un cerrojo basculante.
Las armas pequeñas soviéticas solían ser de construcción simple y robusta, diseñadas para ser utilizadas por soldados poco instruidos y a veces mal equipados. La SVT-38, por el contrario, había sido diseñada pensando en el ahorro de peso. Se accionada por gas con una taza de cilindro de gas que no era fácilmente accesible. Era compleja para los estándares soviéticos, y no era adecuada para manejar munición con cebado corrosivo sin una limpieza frecuente.
Más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, este diseño se convertiría en un desastre, ya que los soldados mal entrenados (la mayoría de los cuales eran anteriormente agricultores y trabajadores llamados a las armas a raíz del mayor conflicto de la historia) no podían manejar el arma. La mayoría de ellos ni siquiera sabía que un fusil necesitaba un mantenimiento adecuado.
También hubo una variante de fusil de fuego totalmente automático que entró en escena en 1942. Sin embargo, debido a la opinión negativa que se ganó en esos días, el SVT-40 (así como su versión anterior SVT-38) no volvió a ganarse el favor de los soldados. El Mosin Nagant, fácil de usar y de mantener, se convirtió en su arma preferida.
Sin embargo, el SVT-40 se considera un arma técnicamente avanzada de su época. Llevaba en la recámara un potente cartucho de 7,62x54, era capaz de disparar en modo totalmente automático antes que el AK-47 y era bastante eficaz contra objetivos a 500 metros de distancia.
En la actualidad, el SVT-40 puede encontrarse en manos de cazadores en Rusia o en estanterías de coleccionistas de armas.
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