Estos son los primeros rusos con un coche eléctrico

Serguéi Shajidzhanyan/TASS
El Nissan Leaf es el vehículo eléctrico más popular aunque también hay algunos Tesla.

Cuando Denís, de Kémerovo, se compró un Nissan Leaf, tuvo que recabar los votos de los vecinos y pasar por un sinfín de trámites burocráticos para recibir el permiso y poder equipar su complejo de apartamentos con un cargador para su coche eléctrico. 

A pesar de su creciente número, los coches eléctricos siguen constituyendo una ínfima parte del parque automovilístico de Rusia. Pero algunos conductores se toman desafían las dificultades y escogen usar coches eléctricos en el país, donde las largas distancias y los duros inviernos son norma.

Una gota en el océano

A pesar de un reciente repunte en las cifras de 2021, los coches eléctricos siguen siendo una rara avis en las carreteras de Rusia. A principios de 2021, solo había 10.800 coches eléctricos matriculados en Rusia.

Sin embargo, en comparación con 2020 el número de coches eléctricos creció un 71%. Aunque es cierto que 10.800 vehículos parecen irrisorios, teniendo en cuenta que el número de turismos en el país en 2021 ascendía a 45 millones.

Curiosamente, el 97% de todos los coches eléctricos de Rusia -en su mayoría Nissan Leaf- tienen el volante a la derecha, a pesar de que Rusia utiliza oficialmente el volante a la izquierda. Y la mayoría de esos coches están matriculados en el Extremo Oriente ruso. Sin embargo, hay algunas personas que creen que los eléctricos son el futuro.

Tesla en Siberia

El bloguero Kirill Petrov se define a sí mismo como “el mayor fan de [Elon Musk] en la Federación Rusa”. Es propietario de unos cuantos coches Tesla y sube con regularidad vídeos de análisis a su canal de YouTube. Originario de Novokuznetsk (Siberia), Petrov es también un experto en la conducción de coches eléctricos -concretamente Tesla- a temperaturas bajo cero.

“Elon Musk no preparó este coche para esto”, dijo Petrov mientras conducía su Tesla durante 170 km desde Novokuznetsk hasta la estación de esquí siberiana de Sheregesh en condiciones invernales extremas.

A pesar de que el coche consumía el doble de batería de lo habitual, el bloguero y su equipo llegaron a la estación de esquí sin mayores problemas, excepto una ocasión en la que la puerta delantera del coche no abría porque se había congelado.

Petrov intentó cargar la batería del coche desde un enchufe normal y funcionó. Tras romper un cable alargador, el bloguero y su equipo tuvieron que cavar una plaza de aparcamiento para su Tesla cerca de una cabaña de madera para cargar el coche desde un enchufe de la casa.

Dadas las severas condiciones, -25ºC, el coche calculó que tendría suficiente energía para volver a Novokuznetsk en más de 24 horas. A pesar de estas pequeñas aventuras, la crítica de Petrov fue positiva, ya que demostró que el coche es suficientemente fiable incluso en los duros inviernos siberianos.

Coches eléctricos en Moscú

A diferencia de lo que ocurre en el Lejano Oriente ruso -donde el Nissan Leaf constituye la mayor parte de los coches eléctricos-, los pioneros de los vehículos eléctricos en Moscú son, en su mayoría, personas con alto poder adquisitivo.

Al parecer, el oligarca ruso Román Abramóvich llevó a Rusia 20 coches Tesla para distribuirlos entre sus “personas de confianza y socios”, con el fin de aumentar las ventajas de los coches eléctricos en el país, donde todavía despierta algunos recelos.

Una de las personas que recibió un Tesla de manos del oligarca, según informan los medios de comunicación, fue Anóon Belov.

“Me parece que Tesla crea una imagen positiva para su propietario: [la gente] me mira como si fuera una especie de extraterrestre [que viene] del futuro. Creo que, poco a poco, todo el mundo se pasará a los coches eléctricos y de hidrógeno. Y nuestro país también lo hará”, dijo Belov en una de sus entrevistas.

Maxim Spasenenko, otro propietario de un coche Tesla en Moscú y cofundador de un negocio local de alquiler de Tesla, comparte la opinión de Belov sobre la superioridad de los coches eléctricos frente a los vehículos convencionales en Rusia.

“El Tesla es un coche para la ciudad. Aunque es posible realizar viajes de larga distancia, aquí en Rusia no es 100% cómodo [conducir el Tesla en trayectos prolongados] porque la infraestructura [complementaria] aún no está tan desarrollada. Pero es un buen coche para conducir dentro de una ciudad”, dice Spasenenko.

"[En Moscú] hay suficientes estaciones de carga. Pero si el Gobierno quiere popularizar los coches eléctricos en Rusia, tiene que desarrollar la infraestructura. Si la infraestructura no se desarrolla, los coches eléctricos solo pertenecerán a las personas que viven en casas particulares o poseen plazas de aparcamiento privadas y, también, a los que idealizan a Elon Musk. El resto sentirá que [tener un coche eléctrico] no es una experiencia cómoda”, añadió.

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