El avión de reconocimiento Su-24MR descubrió el objetivo y envió sus coordenadas al centro de control. Entonces despegaron tras él cazabombarderos Su-34 de primera línea. Destruyeron el aeródromo con andanadas de misiles S-13 no guiados.
Las pistas de aterrizaje no son objetivos difíciles: son grandes, muy visibles y se encuentran en un solo lugar. Es cierto que los aeródromos están protegidos por la defensa aérea, pero engañarlos es una cuestión de tecnología (el Su-34 y sus pilotos saben cómo hacerlo). En general, el cazabombardero está adaptado para atacar los objetos más diversos: desde barcos que navegan hasta las aglomeraciones de tanques y todoterrenos individuales con terroristas. Con 12 puntos de suspensión, el avión puede transportar más de 10 toneladas de bombas y misiles.
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