El Instituto Ruso de Inmunología de la Agencia Federal Médico-Biológica (FMBA) ha patentado un tratamiento contra el coronavirus en forma de spray nasal, que se inhala. Se llama MIR-19 - de la abreviatura de “ARN pequeño de interferencia”. No se trata de otra vacuna, sino de un tratamiento fundamentalmente nuevo. Veamos sus prometedoras características básicas.
Sus desarrolladores dicen que MIR-19 es un tratamiento basado en el uso de micro ARN. “Es seguro para los humanos, no afecta al genoma ni a la inmunidad humana pero, al mismo tiempo, es muy eficaz para contrarrestar la replicación del virus y prevenir las formas más graves de infección por coronavirus”, afirma la directora de la FMBA, Veronika Skvortsova.
Los micro-ARN son ácidos ribonucleicos que desempeñan un papel clave en la regulación de los genes. En pocas palabras, estas moléculas pueden “apagar” los ácidos ribonucleicos del virus, ya que los atacan e impiden que codifiquen las proteínas y, por tanto, que se multipliquen. Para conseguirlo es necesario encontrar micro-ARN específicos que reaccionen a ciertas partes del ARN del genoma del SARS-Cov-2, y este es el principal reto. Hasta la fecha se han encontrado unos 2.500 micro-ARN humanos, y los laboratorios de todo el mundo buscan constantemente otros nuevos.
La FMBA cree que ha descubierto micro-ARN específicos que reaccionan al genoma del SARS-Cov-2 y el nuevo tratamiento se basa precisamente en ello. Se dice que es único. La FMBA presentó los detalles del nuevo tratamiento en la revista europea Allergy.
La idea de utilizar un spray contra el coronavirus no es nueva y se considera prometedora en la comunidad científica. Investigadores británicos, suizos y chinos trabajan actualmente en sprays nasales para la protección contra el coronavirus y en varios tratamientos. Pero por el momento no hay en el mercado ningún aerosol aprobado oficialmente que haya sido desarrollado especialmente para combatir el covid-19. Esto no es sorprendente, según los expertos rusos.
“Es un método muy atractivo a la hora de administrar un tratamiento porque no es nada traumático y resulta muy conveniente. Se administraría inmediatamente en el tracto respiratorio. Pero el problema es que más adelante en el tracto respiratorio se encuentra con una multitud de barreras, y estas barreras funcionan de manera particularmente eficaz cuando la infección está en una fase aguda. Hay un gran número de células especiales del sistema inmunitario -mucosas- y todo ello dificulta enormemente que el medicamento llegue a las células”, afirma Ilyá Yasni, jefe de investigación científica del fondo de capital riesgo farmacéutico Inbio Ventures.
La terapia con micro-ARN está todavía poco estudiada, y en todo el mundo no hay más que tres o cuatro tratamientos de administración intravenosa -para tratar enfermedades raras del hígado- y no hay ningún tratamiento con eficacia probada para enfermedades respiratorias. “Los microARN son moléculas muy caprichosas y especiales. Hay muchos entresijos, sobre todo en lo que se refiere a la forma de introducirlos en la célula y a cómo hacerlos suficientemente selectivos”, según Yasni.
Desgraciadamente, a pesar de la confianza que tienen sus desarrolladores en su alto grado de eficacia, aún está por demostrar. La patente emitida no dice nada sobre la eficacia. “Los modelos prometedores suelen patentarse en un primer momento y, posteriormente, empiezan los ensayos clínicos”, señala la directora del Instituto de Economía de la Salud de la Escuela Superior de Economía, Larisa Popovich. Lo que suele ocurrir es que primero se patenta la molécula que se pretende utilizar en los ensayos. Es una práctica normal, pero no es un hecho que el tratamiento vaya a ver la luz.
Mientras tanto, el MIR-19 solo ha sido sometido hasta ahora a ensayos clínicos de primera fase, en hámsters. Konstantín Severinov, profesor del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skólkovo y de la Universidad de Rutgers (EE UU), ha estudiado el artículo de Allergy y cree que las afirmaciones sobre la existencia de un tratamiento son, por decirlo suavemente, prematuras.
”Lo que se describe en el artículo se hizo mediante una especie de sistema de modelado, apenas diferente de un procedimiento de probeta. Y luego se probó -notablemente bien- en hámsters sirios. Los hámsters fueron infectados con el coronavirus y desarrollaron una ligera tos como resultado. Luego se demostró que si se le da a un hámster un poco del spray que contiene esta molécula para que lo respire, el grado de tos disminuye. Eso es todo lo que hay”.
Severinov cree que la distancia que queda por recorrer desde la frase actual hasta un tratamiento para humanos es “como llegar a la Luna”. “Por ahora se cuenta con una de estas llamadas moléculas candidatas [es lo que ha patentado la FMBA]. En varios laboratorios de todo el mundo se están desarrollando cientos de moléculas de este tipo, estoy seguro de ello. Solo un pequeño puñado pasa los ensayos clínicos, y un número aún menor llega a ser un tratamiento. Hasta ahora, esta peculiar molécula solo se ha usado en hámsters”.
La MIR-19 se está estudiando actualmente en ensayos clínicos de fase II, en pacientes humanos con covid-19.
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