El 18 de enero comenzó en Rusia la vacunación a gran escala con Sputnik V, desarrollada por el centro Gamaleya.
La vacunación en Rusia es gratuita y se está realizando con la vacuna Sputnik V, producida por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología. Los habitantes de cada región rusa pueden inscribirse para vacunarse a través de la web de Gosuslugi (“servicios gubernamentales”) o por teléfono. En Moscú también es posible vacunarse no solo en las clínicas, sino también en los centros comerciales, por orden de llegada. Lo único que se necesita para hacerlo es el pasaporte.
Curiosamente, a finales de diciembre de 2020, el fabricante del Sputnik V lanzó un vídeo publicitario en inglés en las redes sociales con el lema “V is for Victory” (V es de Victoria).
Según la jefa de Rospotrebnadzor (el organismo de control de los derechos de los consumidores de Rusia), Anna Popova, para el otoño de 2021, el 60% de la población del país estará vacunada (de los 146 millones de habitantes de Rusia).
Los expertos afirman que estas estimaciones son reales si la gente está dispuesta a vacunarse: “Lo principal es que la gente entienda la necesidad de vacunarse”, dijo Larisa Popovich, directora del Instituto de Economía de la Salud de la HSE.
Rusia ya ha producido 6,5 millones de dosis de Sputnik V y fabricará unos 33 millones más hasta finales de marzo, según el ministro de Industria y Comercio, Denís Manturov.
“Enviaremos 2,1 millones de dosis a las regiones rusas a finales de enero, otros 5,7 millones de dosis en febrero y casi 9 millones de dosis en marzo”, declaró.
Mientras tanto, algunas regiones, como la de Perm, la de Leningrado y la de Volgogrado han informado de que tienen pocas. Las autoridades afirman que el déficit se debe al tamaño del territorio ruso y al hecho de que la producción del medicamento no ha alcanzado aún su plena capacidad.
Los expertos también señalan que no hay suficiente personal médico en las regiones.
La mayor disponibilidad de la vacuna se encuentra en Moscú, la región de Moscú, Sajalín, el distrito autónomo de Nénets y Chukotka (curiosamente, las tres últimas se encuentran entre las regiones más remotas de Rusia y están muy alejadas de Moscú).
El centro de vacunación en Moscú.
Alexánder Avilov/Agencia MoskvaSegún la agencia de noticias TASS, hasta el 29 de enero de 2021, 2 millones de personas ya habían recibido la vacuna. Sin embargo, aún no se ha revelado el número exacto de personas por región.
Además, no está claro si esta cifra incluye a los ciudadanos extranjeros que residen en Rusia.
Los funcionarios regionales compartieron las siguientes cifras: 300.000 vacunaciones en Moscú de los 12 millones de residentes, a fecha del 31 de enero, 50.000 vacunaciones en la región de Moscú sobre 7,6 millones de personas para el 25 de enero, 62.000 vacunaciones en San Petersburgo, de 5 millones de habitantes para el 30 de enero.
Mientras tanto, según las encuestas de VTsIOM y Levada Center, sólo el 38% de los rusos quería vacunarse y la mayoría con la vacuna rusa. Los que más la esperan son las personas mayores de 55, mientras que entre los menores de 34 años, la mayoría no quiere vacunarse.
Los motivos de la negativa incluyen el deseo de esperar hasta el final de los ensayos, el miedo a los efectos secundarios o simplemente la negación de la eficacia de cualquier vacuna. Los expertos también creen que la gente carece de motivación, porque se les sigue diciendo que lleven mascarilla y cumplan otras restricciones incluso después de recibir la vacuna.
Todavía no, pero ha dicho que piensa hacerlo. A mediados de diciembre de 2020, el presidente ruso dijo que no había recibido la vacuna debido a su edad. En aquel momento, solo podían vacunarse las personas de entre 18 y 60 años, y Putin tiene 68. Sputnik V ya ha sido aprobada para personas mayores de 60 años. Según el secretario de prensa de Putin, Dmitri Peskov, el presidente informará él mismo sobre su vacunación.
Actualmente la vacuna Sputnik V se produce en seis plantas situadas en Moscú, la región de Vladímir y San Petersburgo. Está prevista la apertura de una séptima planta en Yaroslavl.
En diciembre de 2020, se anunció que Sputnik V también se estaba produciendo en India (5 plantas), Corea del Sur (1 planta), Brasil (1 planta) y China (3 plantas) para cumplir con la demanda para la exportación.
A finales de enero, la producción de la vacuna rusa también comenzó en Kazajistán, aunque sólo para uso local.
Más de 40 países han mostrado su interés por la vacuna rusa, y ya han pedido 1.200 millones de dosis. El precio de exportación es inferior a 10 dólares por dosis, lo que supone la mitad del precio de las vacunas de Pfizer y Sinopharm, y 2,5 veces más barato que el medicamento de Moderna.
Además de Rusia ha sido registrada oficialmente en 16 países:
El primer país fuera de Rusia que empezó a utilizar la vacuna Sputnik V fue Bielorrusia. Las autoridades del país firmaron un contrato para recibir 170.000 dosis. En la actualidad la vacunación solo se realiza entre los trabajadores médicos.
El segundo país fue Argentina. A finales de diciembre se acordó la compra de 10 millones de dosis. El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner afirman haber sido ya vacunados.
El tercer país será Bolivia; el país deberá recibir 5,2 millones de dosis de la vacuna a finales de mayo. Los dirigentes del país también anunciaron su disposición a ser vacunados por el Sputnik V.
La semana pasada el gobierno mexicano afirmó que espera la llegada de las primeras 200.000 dosis de la vacuna rusa para esta misma semana. Además, el presidente Andrés Manuel López Obrador, escribió en su canal de Telegram que agradecía a Putin la decisión de enviar a México 24 millones de dosis de la vacuna Sputnik V en los próximos dos meses.
Serbia, por su parte, ha pedido 6,5 millones de dosis a diferentes fabricantes, entre ellas dos millones de dosis de Sputnik V. Según el Ministerio de Sanidad serbio, el 40% de los ciudadanos preferiría vacunarse con la vacuna rusa, mientras que el 28% lo haría con la de Pfizer, el resto afirma que no tiene ninguna preferencia.
El 1 de febrero de 2020 también comenzó la vacunación masiva en Kazajistán.
Hasta ahora no se han registrado efectos secundarios graves. Lo más frecuente es que la gente sienta síntomas similares a los de un resfriado: fiebre, debilidad, dolor de cabeza durante un par de días. Según el Ministerio de Salud argentino, sólo el 1% de los vacunados presentó algún efecto secundario: fiebre, dolor de cabeza, reacciones cutáneas alrededor de la zona de la inyección.
Entre las contraindicaciones para la vacunación se encuentran los accidentes cerebrovasculares, la tuberculosis, las hepatitis B y C, la sífilis, así como el VIH. El Ministerio de Sanidad ruso afirma que la vacunación puede ser arriesgada para las personas sometidos a tratamientos de oncología, ya que no se han realizado suficientes ensayos.
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