En los confines del mundo: Así viven los aleutianos rusos (Fotos)

Ciencia y Tecnología
ANNA SORÓKINA
Uno de los pueblos indígenas más pequeños de Rusia, los aleutianos, viven en una zona limitada en una isla remota de la península de Kamchatka y se mantienen en contacto con los aleutianos americanos de Alaska.

La distancia entre las Islas Aleutianas y las Islas del Comandante (Komandorski) es de apenas 370 km y por allí pasa la frontera entre Estados Unidos y Rusia. Los aleutianos, el pueblo indígena de la región, se encontraron divididos en el siglo XIX tras la venta de Alaska a Estados Unidos, pero las dos comunidades siguen manteniendo el contacto. Los problemas a los que se enfrentan los aleutianos de ambos lados del mar de Bering son similares: su lengua y sus tradiciones están desapareciendo poco a poco, al igual que los últimos representantes de la cultura unangan, por utilizar la palabra que los aleutianos emplean para referirse a sí mismos.

Isla abandonada

Actualmente hay unos 15.000 aleutianos en el mundo, la inmensa mayoría de ellos en Alaska. En Rusia, sólo quedan 300 aleutianos (son uno de los pueblos indígenas más pequeños del país) y prácticamente todos ellos viven en el pueblo de Nikolskoie (cuya población total es de poco más de 600 habitantes), el único asentamiento de la isla de Bering, la mayor de las islas del Comandante.

Los aleutianos de Alaska llegaron a las islas del Comandante en 1826, cuando la Compañía Ruso-Americana los reasentó aquí para trabajar en las industrias tradicionales de caza y pesca. Los emigrantes de la isla de Atka se instalaron en la isla de Bering, donde fundaron el pueblo de Nikólskoie. Y los emigrantes de la isla de Attu se asentaron en la isla vecina de Medni fundaron el pueblo de Preobrazhénskoie. Tras los enfrentamientos con los marinos rusos y las epidemias de viruela, la población aleutiana empezó a disminuir rápidamente. Como resultado, cuando se vendió Alaska en 1867, unos 2.000 aleutianos acabaron en Estados Unidos y 500 en Rusia, de los cuales 300 en la isla de Bering y 200 en Medni. En 1970, los habitantes de Medni fueron reasentados en la isla de Bering y ahora Nikólskoie es el único asentamiento que queda en las islas del Comandante.

Hoy en día hay bastante trabajo disponible aquí: El pueblo alberga un centro de visitantes de la Reserva Natural de Komandorski, una escuela, un hospital y un museo de historia local. Los aleutianos se ganan la vida con los recursos marinos, aunque la vida en la isla no es fácil.

El clima es duro y no hay mucho entretenimiento, ya que no hay otros núcleos de población cercanos (hay varios vuelos a la semana a Petropavlovsk-Kamchatski), por lo que los jóvenes suelen marcharse al “continente”.

La desaparición de la lengua

A principios de marzo de 2021 murió la última parlante del dialecto local de Bering, Vera Timoshenko, y ahora sólo queda una persona en Nikólskoie que utiliza libremente la lengua aleutiana (dialecto Mednj), Guennadi Yakovlev.

A sus 86 años, canta canciones en aleutiano, da clases de baile y ayuda a los lugareños a comunicarse con los aleutianos estadounidenses de Anchorage: Este tipo de teleconferencias se celebraban regularmente antes de la pandemia. Muchos entienden la lengua de sus abuelas y abuelos, pero llevan mucho tiempo hablando en ruso en la vida cotidiana: el aleutiano no se enseña en las escuelas.

La lengua aleutiana tiene dos dialectos principales (el occidental, que incluye las versiones de Bering y Medni, y el oriental) y, además, en Estados Unidos se utiliza el alfabeto latino para la lengua escrita, mientras que en Rusia se usa el cirílico. La razón de que sea difícil de aprender tiene sus razones: hay muy poco material didáctico y muy pocos parlantes de la lengua, dice Elena Solovaniuk, jefa adjunta de la administración local. Ella aprendió la lengua aleutiana en el Instituto de los Pueblos del Norte de San Petersburgo bajo la dirección del lingüista Evgueni Golovko, que ha estudiado las lenguas de los pequeños pueblos indígenas desde la época soviética.

“Las islas del Comandante son mi tierra natal. Tengo un padre ruso y una madre aleutiana; el abuelo y la abuela eran aleutianos de la isla de Medni, y siempre me han interesado la historia y la cultura de los aleutianos”, dice Elena. “Cuando era joven solía oír a los lugareños hablar entre ellos en aleutiano, aunque si había alguien que no conocía el idioma cambiaban al ruso”. Durante varios años dirigió un club gratuito de estudio de la lengua para adultos en Nikólskoie. “Representábamos pequeñas escenas en lengua aleutiana, escribíamos relatos cortos y los presentábamos a concursos regionales y hacíamos recuerdos con inscripciones en aleutiano”. Los aficionados a la lengua aleutiana también idearon un juego de mesa: Se trataba de un juego de exploración en el que los jugadores tenían que “abrirse camino” desde una aldea hasta una colonia de focas, realizando tareas en aleutiano y moviendo sus fichas a medida que avanzaban. Desgraciadamente, las clases dejaron de imprtirse porque la gente estaba ocupada con sus respectivos trabajos.

Los aleutianos americanos también tienen problemas para aprender su lengua materna. El moscovita Rodión Kosorukov se ha interesado toda su vida por las lenguas raras y en una ocasión decidió aprender aleutiano a partir de libros de texto, “sólo por mi propio beneficio”, como él mismo dice. No hay ni periódicos, ni emisoras de radio, ni películas en aleutiano, y para poder comunicarse con los parlantes contemporáneos de la lengua Rodión empezó a buscar activamente aleutianos en las redes sociales, pero esto no resultó tan sencillo. “Sólo una mujer que encontré de las islas Aleutianas fue capaz de responderme”, dice. “También escribí a un sacerdote, que me contestó que me había entendido, pero que no podía escribir en aleutiano, aunque sí podía conversar con sus feligreses mayores. Utilizó el inglés conmigo, mientras que yo le contestaba en aleutiano”.

La preservación del patrimonio cultural de los aleutianos no es una tarea sencilla, teniendo en cuenta que todo esto ocurre literalmente en el confín del mundo. Bajo la dirección de Elena, está a punto de publicarse un diccionario de la lengua rusa-aleutiana en imágenes, algo que debería facilitar el aprendizaje. Ha sido posible gracias a una subvención presidencial obtenida por una organización pública local de los pueblos del Norte (ANSARKO). Esta subvención ha permitido sufragar los gastos de publicación del diccionario, así como la compra de material para las clases magistrales de artesanía tradicional y la confección de trajes para los miembros de los conjuntos.

“Queremos que nuestros hijos conozcan al menos algunas palabras en aleutiano”, dice Galina Koroliova, que hasta hace poco era directora de ANSARKO y ahora es presidenta de la duma del distrito municipal de Aleutski. Ella también tiene un padre ruso y una madre aleutiana de la isla de Medni, y puede entender el aleutiano hablado.

Además de su trabajo principal, Galina dirige un conjunto folclórico infantil. También baila en un conjunto de adultos y participa activamente en la promoción de la cultura aleutiana, colaborando, entre otras cosas, con la Asociación Internacional Aleutiana de Anchorage.

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