En algún lugar de California, una moto roja y brillante pasa a toda velocidad como si estuviera sacada de una película clásica. La conduce un hombre grande con barba y, junto a él, en el sidecar, hay una perra. Ella no lleva casco, pero sí sus gafas para perros. Se llama Gracie y tiene ocho años, así que tiene la suficiente experiencia como para sentarse erguida en su asiento sin inquietarse.
“Oye, Gracie, ¿quieres volar?”, le pregunta el hombre y, durante unos segundos, inclina la moto hacia un lado, montando sólo las ruedas de la moto. Al principio, Gracie está un poco ansiosa, pero a los pocos segundos vuelve a parecer feliz.
Así es como Gracie, una perra ganadera australiana de ocho años, pasa sus paseos en una Ural, la motocicleta rusa más famosa del mundo...excepto en Rusia.
En crisis en una moto militar
Los habitantes de Irbit, una pequeña ciudad de la región de Sverdlovsk, fundada en 1631, siempre tenían algo en lo que ocuparse. Prácticamente desde su fundación, pasaban ferias comerciales por la ciudad. En la década de 1930, Irbit pasó de ser una ciudad comercial a una ciudad industrial. Al principio se construyó una planta para producir ladrillos y, más tarde, se añadió una planta de fabricación de maquinaria para extraer turba.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se evacuó a Irbit la fábrica de motocicletas, que antes estaba en Moscú. Se ubicó en el territorio de la antigua fábrica de cerveza.
“La primera unidad militar llegó el 21 de noviembre de 1942, y en febrero, la primera unidad salió de Irbit en motocicletas”, relató Alexánder Bulanov, director del Museo Estatal de la Motocicleta de Irbit, en una entrevista con TASS. En los años de la guerra en Irbit se fabricaron más de 9.000 motocicletas. Al principio las utilizaban los militares y el modelo se llamaba M-72. El nuevo nombre Ural, en honor a la vasta región geográfica rusa, no se acuñó hasta 1962. Aunque este fue el nombre con el que se conocieron las motos en la Unión Soviética y en el extranjero.
Antes de la década de 1990, la fábrica producía con éxito 130.000 motocicletas al año para los ciudadanos soviéticos, y en ella trabajaban unas 10.000 personas. Tras la caída de la URSS hubo una crisis en la fábrica. Su nombre cambió varias veces, pero a principios del siglo XXI, la fábrica cayó en bancarrota.
Kaja Bendukidze, propietario de la fábrica desde 1998, decidió vender la fábrica, pero los únicos dispuestos a comprarla resultaron ser los entonces altos directivos. “Mis colegas Vadim Tryapichkin, Dimitri Lebedinski y yo”, explicó Ilyá Jait, uno de los actuales copropietarios de la fábrica, en una entrevista con Afisha Daily.
Exportando “Urales”
En 2015, los nuevos propietarios ajustaron la producción y, en ese mismo año, ya habían conseguido fabricar 1.755 motocicletas. Sin embargo, todas se enviaron a la exportación: a Japón, EE UU, Europa, Canadá y Australia.
“Enseguida nos dimos cuenta de que el mercado ruso no era prometedor para este tipo de [motos] y queríamos competir con las marcas mundiales. Pero, para ello, tuvimos que cambiar casi por completo nuestro proceso de producción. Los modelos actuales de Ural no tienen ninguna característica de la antigua motocicleta. Se trata de las exigencias de los mercados extranjeros”, explicó Jait.
Los trabajadores fabrican las piezas de la carrocería, el chasis y los motores en la fábrica, según Vladímir Kurmachev, director ejecutivo de la fábrica de motocicletas Irbit (IMZ). Los frenos, las cajas de cambio y otros componentes tienen que comprarse en el extranjero.
El volumen de fabricación de las motocicletas también ha disminuido considerablemente. Hoy en día, solo 150 personas trabajan en la fábrica ensamblando unas cinco o seis motos a medida al día.
La fábrica produce dos modelos de motos clásicas: la Ural CT y la Gear Up. Además, cada año, la empresa lanza colecciones limitadas de sus motos. Por ejemplo, motos Ural del color del lago Baikal y del desierto, o motos inspiradas en la naturaleza de la península de Yamal, en el Lejano Oriente ruso.
El tamaño del motor del Ural CT es de 745 cm3, su potencia es de 41 CV, tiene una velocidad máxima de crucero recomendada de 110 k/h y se vende con tracción trasera.
Gear Up tiene casi las mismas características, con la excepción del tamaño de sus ruedas. En cualquier caso, se considera el modelo estrella, ya que es la única moto con tracción total del mundo. A petición del cliente, la transmisión se puede acoplar al sidecar durante el montaje, lo que convierte a la moto en la opción ideal para salir fuera de carretera.
La Ural CT se vende por 821.000 rublos (unos 10.800 dólares), mientras que la Gear Up cuesta 962.000 rublos (unos 12.700 dólares).
Popularidad mundial
Ural cuenta con un total de cuatro concesionarios en Rusia, y unos 50 en EE UU. En la década de 2010, los paparazzi se fijaron en el actor Brad Pitt y en el solista de Aerosmith Steven Tyler subidos en motos Urales.
Según Vladimir Kurmachev, el actor Ewan McGregor, que actuó en La Guerra de las Galaxias, tiene dos motos Ural, una con sidecar y otra sin él.
“El 99% de nuestras motocicletas se exportan; en 2019, vendimos un total de solo 45 en el país”, dijo Kurmachev, compartiendo la información de ventas de Ural.
Pero, en su opinión, la razón de la popularidad de las motos rusas es su inusual diseño, que nunca cambiará bajo ninguna circunstancia.
“El Salón de la Motocicleta de Milán, que se celebra una vez cada dos años... si se quitaran las etiquetas de las motos, el ojo inexperto apenas podría determinar qué modelo es cuál. Pero una Ural es inconfundible”, dijo Kurmachev en una entrevista con el canal de televisión Rossiya 24 allá por 2017.
Ilyá Jait, copropietario de la fábrica, cree que la Ural es popular en el extranjero debido a su sidecar, que se puede separar de la moto.
“La edad media de los propietarios de nuestras motos actualmente es de 50-53 años. Suelen ser moteros experimentados que han descubierto un medio de transporte único: una moto con sidecar. Una Ural se diferencia por la relación entre el conductor y el pasajero. Es un viaje que se comparte con alguien”, ilustra Khait.
En Rusia, la moto no es popular debido a su elevado coste y también porque muchos fans de los anteriores modelos soviéticos están en contra de cualquier modificación, piensa Jait.
Mientras tanto, Ural se adapta ligeramente a todas las necesidades, según Jait. En París y Barcelona, hay guías turísticas en Urales. Los turistas transportan sus tablas de surf en ellas y una cafetería de San Petersburgo encargó una moto como “puesto de café expreso móvil” para vender café directamente desde la moto.
La moto es capaz de subir puertos de montaña, cruzar cañones y desiertos, por no hablar de las carreteras cubiertas de nieve. Su capacidad para atravesar cualquier tipo de terreno es otra de las razones por las que los clientes de EE UU están dispuestos a pagar precios a partir de 10.000 dólares, afirma Gene Langford, uno de los primeros concesionarios de Ural en Estados Unidos en la década de 1980.
“Las Urales pueden conducirse en invierno y en verano, incluso fuera de la carretera. El sidecar se puede utilizar como maletero, o se pueden meter niños o mascotas. Así, resultan ser el transporte perfecto para la aventura”, dijo Gene a USA Really.
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