A comienzos de esta década las Fuerzas Armadas de Rusia recibirán un nuevo sistema autopropulsado de defensa aérea llamado Derivatsia.
Se basa en el vehículo de combate de infantería BPM-3 y en el módulo automático autopropulsado AU-220M, que realiza hasta 120 disparos por segundo con proyectiles de artillería de gran calibre.
“Su kit de munición incluye proyectiles explosivos y guiados a distancia. Esto significa que los artilleros antiaéreos pueden dejar caer el proyectil y hacer que se dirija durante el vuelo pulsando el botón, o corregir su movimiento en el aire después de detectar el movimiento del enemigo”, dijo una fuente de la industria de la defensa que deseaba permanecer en el anonimato.
Al mismo tiempo, también es útil para luchar contra objetivos de pequeño tamaño a una altitud de varios cientos de metros.
“Los drones se han convertido en el azote de nuestro ejército en Oriente Medio. En realidad no solo del nuestro. Los militantes preparan ‘objetos voladores’ controlados remotamente con medios improvisados, les colocan bombas y envían un paquete completo de bombarderos suicidas contra costosos sistemas de defensa aérea o tanques, helicópteros. En general, cualquier equipo que cueste millones de dólares”, dijo el experto.
El experto explica cómo el ejército tiene que derribar drones de dos rotores con cohetes multimillonarios, porque no hay un sistema completo que pueda resistir de manera barata y eficiente a un ejército de drones en el aire. “Se está creando Derivatsia con el fin de preservar el presupuesto y para destruir los irritantes zumbidos con bombas a bordo”, añadió.
Características de Derivatsia
A un ritmo de 120 disparos por minuto, Derivatsia es capaz de lanzar varias docenas de rondas de munición, colocarlas en fila y detonarlas instantáneamente. Gracias a ellos es capaz de acabar con un ejército de drones enemigos de ataque.
El alcance es comparable al de los misiles antitanque UMTAS guiados por láser de la OTAN, así como al de las bombas aéreas correctivas Roketsan MAM-C y MAM-L utilizadas por la Fuerza Aérea Turca en Oriente Medio.
Una de las características del cañón AU-220M de Derivatsia es su modularidad. Es decir, puede instalarse en equipos “pesados” como si se tratara de una plataforma, así como en vehículos de combate de infantería de la tercera versión o en el BRM-3K de reconocimiento.
“También hay una versión del AU-220M para la aviación de transporte. Permite convertir el IL-76 o AN-12 en un aparato de combate, análogo al C-130 Hércules de EE UU. El AU-200M está diseñado en calibres de 30 y 105 milímetros para transportadores militares”, dijo la fuente de Russia Beyond.