Los tres mayores acuerdos de venta de armas rusas del siglo XXI

Vitaly V. Kuzmin/vitalykuzmin.net
Han sido contratos millonarios y han reforzado los sistemas de defensa de varios países del mundo.

Su-35s a China

Rusia entregó un lote de aviones de combate Su-35 de 4++ a China según un acuerdo firmado en 2015.

Según el Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar (FSMTC), Rusia obtuvo unos 2.500 millones de dólares por el suministro de 24 aviones de combate a China. El acuerdo también incluía todo el equipo de suministro terrestre necesario, así como los motores de reserva y las piezas de los aviones. 

“China se convirtió en el primer socio extranjero de Rusia en recibir estos jets de combate multipropósito. Pekín acordó comprar el equipo de combate de Moscú, a pesar de la amenaza de sanciones económicas de EE UU que fueron impuestas a China a mediados de 2015. Las medidas restrictivas se introdujeron como parte de la ley de sanciones de CAATSA (ley sobre la lucha contra los adversarios de EE UU a través de las sanciones”), destinada a frenar el comercio de armas de Rusia”, dice Viktor Murajovski, editor jefe de la revista Arsenal de la Patria.

Cada avión de combate de la generación Su-35 4++ pesa 19 toneladas y tiene una altitud máxima de vuelo de 20.000 metros. Tiene una velocidad máxima de 2.500 km/h y lo puede manejar una persona. 

También tiene capacidad para llevar ocho toneladas de carga útil (todos los misiles guiados modernos, así como bombas no guiadas que pueden ser montadas en 12 soportes externos) y un cañón de aire de 30 mm.

Portaviones a la India

El INS Vikramaditya (anteriormente Almirante Gorshkov) es un portaviones modificado de la era soviética de clase Kiev. El buque fue retirado del servicio en 1987 y, en 2004, fue vendido a la India para convertirse en su buque insignia de la marina del país asiático. Según se ha informado, el portaviones costó 2.350 millones de dólares y se ha convertido en parte integrante de la flota india.

El buque tiene un desplazamiento de 45,5 miles de toneladas. Tiene 283,5 metros de longitud y 61 metros de ancho. Gracias a sus seis turbinas y seis alternadores diesel, el portaviones puede alcanzar velocidades de más de 30 nudos, lo que equivale a 56 km/h.

El barco puede cubrir hasta 25.000 kilómetros en 45 días sin atracar. Para operar, requiere hasta 110 oficiales y 1.500 marineros.

En la actualidad, hay estacionados en la cubierta 26 aviones de combate MiG-29K multipropósito de la marina rusa, acompañados por helicópteros de control y alerta temprana aerotransportados KA-31, así como por helicópteros antisubmarinos Ka-28.

“Actualmente Rusia y la India están negociando el cambio de los anticuados MiG-29K soviéticos por los aviones de combate de la generación MiG-35 4++. Estos aviones recibirán una variación náutica el próximo año y se prevé que el primer lote sea entregado a la flota india después de que el portaviones ruso Almirante Kuznetsov esté equipado con ellos”, señala Murajovski.

Sistema de defensa aérea S-400 Triumf a Turquía

Turquía se convirtió en el primer país de la OTAN en comprar el sistema de defensa aérea más avanzado de Rusia, el S-400 Triumf. El país otomano compró dos unidades por un valor de 2.500 millones de dólares.

Cada sistema incluye cuatro instalaciones de lanzamiento con cuatro misiles cada uno. Por lo tanto, cada unidad tiene 16 misiles en total, capaces de derribar cazas de quinta generación y misiles de crucero a una distancia de 200 km.

Esto sin contar el conjunto de combate de reserva que también se incluye en el contrato y que se ubicará en el campo de batalla. Además, hay que incluir las máquinas de carga de transporte, las estaciones de radar, un puesto de mando y toda una serie de vehículos de apoyo.

“Todavía no tiene rivales serios en el mercado. Sí, hay rumores de que los chinos han creado un sistema de misiles antiaéreos llamado HQ 26 que puede derribar objetivos a corta distancia e incluso alcanzar satélites de baja órbita. Pero se trata de rumores. Los países siguen prefiriendo los sistemas de defensa aérea fabricados en Rusia, así es el caso de Grecia (que tiene el S-300 ruso en servicio), la India y los países de la CEI”, dice Vadim Kozulin, profesor de la Academia de Ciencias Militares.

Según él, los chinos todavía no han confirmado las capacidades de su sistema en las pruebas de batalla de la vida real, ni han equipado a su ejército con ellos. Solo después podrán producir una versión de exportación para sus socios extranjeros.

“Para entonces, habremos completado nuestro trabajo en el sistema S-500 de próxima generación”, concluye el experto militar ruso. 

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