Rodeados por tropas hostiles en lo profundo de la retaguardia enemiga, un destacamento de exploración cubano compuesto por 16 hombres, al mando del Teniente Artemio Rodriguez Cuza logró romper el cerco gracias a la intervención de un ejemplar del famoso caza de fabricación soviética.
En la segunda mitad del pasado siglo sonaron tambores de guerra en un el continente de África, en proceso de descolonización. A mediados de octubre de 1975, mientras el ejército de Zaire y fuerzas mercenarias reforzadas con armamento pesado y asesores militares sudafricanos se aprestaban a lanzar ataques en el norte de Angola, por el sur columnas de blindados sudafricanos con el fin de ocupar la capital antes de la proclamación de la independencia de Portugal del 11 de noviembre.
Con el control de Luanda, el Movimiento Popular de Liberación de Angola declaró la independencia de Angola el 11 de noviembre de 1975, el día que los portugueses abandonaron la capital. El poeta y luchador independentista Agostinho Neto pasó a ser el primer presidente de la Angola independiente.
A la guerra de Angola
En ese momento sólo había en Angola 480 instructores militares cubanos, en respuesta a la solicitud hecha por el Presidente del MPLA Agostinho Neto. Pero ante la inminencia del ataque, Cuba acordó enviar tropas que combatieran a los ejércitos de Sudáfrica, la mayor y más rica potencia en ese continente, y de Zaire y los Estados Unidos.
Fidel Castro explicó así la intervención cubana: “Cuando comenzó la invasión de Angola por las tropas regulares sudafricanas el 23 de octubre, no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Y cuando el MPLA nos pidió ayuda, ofrecimos la necesaria para evitar que el Apartheid se instalara cómodamente en Angola”.
En 1976, el FNLA y los países que lo apoyaban fueron derrotados en la Operación Carlota, una de las misiones internacionalistas más importante que Cuba realizó hasta la fecha. Sin embargo, la UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola), respaldada por la Sudáfrica del Apartheid, siguió luchando por el poder.
El escuadrón cubano que fundó la fuerza aérea angolana
Como complemento a su aviación regular en Angola, la FAR había decidido en diciembre de 1975 enviar un Escuadrón de MiG-21MF directamente desde la URSS. El 8 de enero de 1976, gigantescos An-22 soviéticos llegan a Luanda con 12 MiG-21MF desarmados a Angola desde la Union Soviética, y el 19 de enero todo un escuadrón ya estaba listo. El 21 de enero el presidente angolano Angostinho Neto asistió a la fundación de la fuerza aérea angolana FAPA, pasando revista a los MiG-17 y MiG-21, donde todo el personal y los pilotos eran, curiosamente, cubanos.
El Jefe del escuadrón de MiG-21 era el Mayor Benigno Gonzáles Cortés. Este Escuadrón recibió la orden de estar listo para atacar objetivos en Zaire con los MiG-21, como la base aérea de Kitona, o el Palacio presidencial de Mobutu Sese Seko en Kinshasa. Pero antes de que tuviesen tiempo para hacerlo, Zaire fue derrotado en tierra por las tropas cubanas, abandonando el conflicto. El ejército cubano se dirigió al sur y el este.
MiG-21BIS al rescate
Los cazas rusos tuvieron la primera oportunidad de entrar en combate el 8 de febrero de 1976, cuando las tropas de la UNITA aislaron en su profunda retaguardia a un destacamento de exploración cubano compuesto por 16 hombres, al mando del teniente Artemio Rodriguez Cuza. Estos hombres trataron sin éxito de romper el cerco y solicitaron ayuda por radio, en una zona al casi fuera del alcance normal de los MiG-21.
Enviaron un mensaje: “Hemos sido localizados por el enemigo, estamos cercados y combatiendo a muy corta distancia”.
El jefe de la Agrupación Aérea en Angola, coronel Rafael del Pino, decidió (pese a no haber recibido permiso de La Habana) que se rescatase a la patrulla.
Ellos están a más de 500 kilómetros de Luanda, prácticamente en el límite de las posibilidades por el radio de acción de los MIG-21. Además, la orden que tengo es no realizar ninguna acción combativa hasta que los sudafricanos lo hagan primero. No obstante, está la alternativa de darles un pase rasante para asustarlos, y que los helicópteros los saquen en medio de la confusión, sin usar el armamento.
Al encontrarse esta unidad fuera del alcance de radio de acción máximo del MiG-21MF, del Pino decide arriesgarse a volar en un solitario MiG-21MF, acompañado por dos helicópteros Alouette-III (trofeos de guerra de los cubanos). Del Pino despegó a las 8.00 de Luanda en su MiG-21MF armado con cohetes de 57mm bajo las alas. Cuando la patrulla estaba casi sin municiones y había perdido prácticamente la esperanza de salir con vida, aparece en el cielo el caza de del Pino. El enemigo, al verle, le confundió con uno de sus Mirage franceses, y en lugar de huir del caza, le saludaron desde tierra.
‘Cojones, parece que no queda otro remedio que hacer uso del armamento”.
Del Pino destruyó una batería de morteros de la UNITA, y luego dio dos pases ametrallando a las tropas enemigas, que huyeron despavoridas. Aprovechando esto, la patrulla cubana logró romper el cerco, y regresar a salvo hasta la frontera con Namibia. El MiG-21MF de del Pino, sin tanques adicionales de combustible se quedó sin combustible en la misma pista al aterrizar en Luanda. Esta acción, considerada como una indisciplina, provocó que del Pino fuese destituido el 2 de mayo de 1976 como Jefe de la aviación cubana en Angola.