En Rusia ha comenzado una fase de investigación con el fin de crear una nueva generación de aviones de combate ligeros. Así lo afirmó el servicio de prensa de la Corporación Aeronáutica Unida (UAO, por sus siglas en inglés), que recientemente se unió a la corporación estatal Rostej.
A finales del año pasado la corporación MiG hizo una solicitud para la investigación del “cálculo aerodinámico de aeronaves ligeras de bimotor multifuncionales de primera línea, en comparación con sus homólogos extranjeros” para el período de 2020-2025. La información al respecto se colocó en el portal de adquisiciones del gobierno ruso. El coste de la investigación se estima en 4 millones de rublos (unos 54.000 dólares a fecha de hoy), según el canal de televisión Zvezdá.
La primera vez que se habló de la posibilidad de crear un caza ligero de quinta generación por la corporación MiG fue en 2017 y lo anunció el entonces viceprimer ministro, Dmitri Rogozin. Según él, el avión debería despegar en 2025. En el foro Ármiya-2017, el jefe de la corporación MiG, Ilyá Tarasenko, dijo que se planeaba crear una aeronave bimotor.
Más tarde, el director ejecutivo de la corporación Klímov, Alexánder Vataguin, señaló que el motor de esta máquina puede ser creado en base al RD-33. Durante la exposición IDEX-2019 hubo negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos sobre la posibilidad de crear un caza ligero de quinta generación.
Cabe recordar que en los años 60 surgió la idea de que una proporción óptima sería tener un 80% de los cazas ligeros y un 20% de los cazas pesados en la Fuerza Aérea. Este fue el concepto ampliamente aceptado entonces. Este cálculo de la proporción se debe, en gran medida, a que el uso de una máquina cara y pesada, que tiene un exceso de capacidad para realizar ciertas tareas, no siempre es rentable. Por eso en la URSS se decidió crear dos aviones a la vez.
Así aparecieron el caza pesado Su-27 y el ligero MiG-29.
Interceptan en Alaska dos aviones rusos de guerra antisubmarina Il-38.