Así han evolucionado los trajes de protección biológica desde el siglo XVII hasta hoy (Fotos)

Martinevsky I.L., Molyare G.G., 1971; Valery Melnikov/Sputnik
La humanidad ha sido consciente desde hace mucho tiempo de la necesidad de proteger del contagio a las personas que trabajan cerca de los pacientes o de la misma contaminación química. Sin embargo, sólo en el último siglo y en la primera parte del presente se han encontrado soluciones exitosas.

La ropa capaz de ofrecer protección contra ambientes dañinos no es un invento nuevo. Ya durante las primeras epidemias de peste estaba claro que lo mejor era mantener una distancia segura de cualquier persona infectada, y si el distanciamiento era imposible en virtud de la necesidad profesional (en el caso de los médicos, por ejemplo) el contacto físico debía mantenerse al mínimo. Este concepto evolucionó mediante el ensayo y el error, por supuesto, de modo que el traje de “médico de la peste” (un largo abrigo de cuero, guantes y una máscara con un largo “pico”) apareció solo en el siglo XVII. Hoy en día, este tipo de tecnología se perfecciona y desarrolla constantemente, habiéndose cambiado hasta el prototipo de las prendas especiales utilizadas para el trabajo en condiciones peligrosas.

 Trajes antiplaga

A principios del siglo XX, toda una serie de mortales epidemias se desataron en muchos países, incluyendo Rusia,: tuberculosis, tifus, viruela y brotes de peste. Para esa fecha ya se había descubierto que muchos virus se transmitían por medio de gotitas en el aire o a través de la mucosidad, por lo que cualquier persona que trabajara en zonas infectadas tenía que llevar ropa especial.

Durante la última gran epidemia de peste en Manchuria (1910-1911), el Imperio Ruso creó cordones sanitarios en el Ferrocarril Oriental Chino para evitar su propagación en Europa. Se prohibió la entrada de personas provenientes de Manchuria, y los residentes de China sólo podían subir a un tren después de pasar cinco días en observación. Todos los trabajadores médicos y los equipos de desinfección tenían que llevar trajes especiales con capuchas, máscaras y guantes.

Desinfectantes en Habrin

Después de cada turno de trabajo, todas las prendas exteriores se enjuagaban al aire libre con una solución de cloruro de mercurio o ácido carbólico, y luego pasaban a una lavandería especialmente designada. El calzado se desinfectaba con la ayuda de una bomba de presión. Los historiadores afirman que hubo casos esporádicos de no observancia de los procedimientos de desinfección, y estos cesaron después de que varios trabajadores sanitarios se infectasen y muriesen Este tipo de ropa se sigue llamando traje antipeste, aunque los médicos y científicos lo llevan cuando trabajan con otros agentes de la enfermedad como la viruela, la gripe aviar o el coronavirus.

Instituto anti-plaga en Volgogrado

Los trajes consisten en una prenda de cuerpo entero (oficialmente llamada pijama), una capucha, una bata, gafas protectoras, una mascarilla, guantes y botas de goma. El traje completo también puede incluir un equipo de respiración.

De conformidad con la legislación rusa, este tipo de vestuario debe estar disponible no sólo en los hospitales y clínicas ambulatorias, sino también en los vehículos de emergencia dotados de equipos de lucha contra infecciones. El personal de las ambulancias normalmente usa la versión desechable.

Traje anti-plaga, la región de Moscú

También se usan trajes desechables cuando se trata con pasajeros que llegan del extranjero y de los que se sospecha que tienen un coronavirus. Son mucho más baratos y están hechos de materiales más sencillos: Por ejemplo, en lugar de botas tienen cubiertas de zapatos con cordones y, en lugar de una bata protectora, hay un mono de una pieza con protectores de brazos o un delantal. Los materiales también son diferentes: El desechable está hecho de materiales sintéticos como el poliéster, mientras que la versión reutilizable es de algodón o viscosa de alta resistencia, con una superficie repelente al agua.

En el aeropuerto de Sheremétyevo

De acuerdo con las normas sanitarias, el traje desechable tiene que ser empapado en desinfectante y destruido después de cada turno, mientras que el multiusos puede ser usado de nuevo después de una limpieza adecuada. Sea cual sea el tipo, los trajes están hechos con un mínimo de costuras para evitar que los virus penetren en la ropa del usuario.

Trajes de protección biológica y química

Los militares que trabajan en zonas de contagio no llevan trajes anti-plaga, sino trajes anti-exposición adecuados.

Algo así se creó también a principios del siglo XX, pero no para contrarrestar una amenaza bacteriológica sino química: el uso del gas mostaza en la Primera Guerra Mundial. A finales de 1916, Rusia tenía equipos químicos especiales en el ejército, y después de la Revolución, en 1918, surgieron unidades tropas químicas de pleno derecho (hoy en día se llaman tropas de protección radiológica, química y biológica). Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la URSS tenía trajes hechos de un tejido especial de goma que protegían del gas mostaza.

Ejercicio de armas antiquímicas en la década de 1930.

En los años 60, el ejército soviético adoptó un un traje de protección de todo servicio diseñado para ser usado no sólo para amenazas químicas sino también biológicas.

Medición de la radiación en Chernóbil, 1986.

Además de una prenda de vestir para todo el cuerpo, capucha, guantes y mascarilla (o respirador), el equipo incluye botas, una unidad de filtración de aire y filtros de repuesto.

Descontaminación en Bérgamo.

¿Está el Ejército ruso preparado para la guerra biológica? Pincha aquí para comprobarlo.

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